«En este día, representantes de más de 170 países se reúnen en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York para firmar el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático. Este pacto histórico, junto con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, tiene la capacidad de transformar nuestro mundo. » — Secretario General, Ban Ki-moon
Naciones Unidas, 22 de abril, 2016.- Este año, el Día de la Madre Tierra coincide con la ceremonia de firma del Acuerdo de París sobre el cambio climático, que tendrá lugar en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. El Acuerdo fue aprobado por los 196 Estados partes de la Convención Marco sobre el Cambio Climático en París el 12 de diciembre de 2015.
En el acuerdo, todos los países se comprometieron a trabajar para limitar el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados centígrados, y dados los graves riesgos, a esforzarse por lograr que sea menos de 1,5 grados centígrados.
La ceremonia se lleva a cabo en el primer día que el Acuerdo estará abierto para la firma, marcando el primer paso para asegurar que el Acuerdo entre en vigor jurídico tan pronto como sea posible.
La Asamblea General, Reconociendo que Madre Tierra es una expresión común utilizada para referirse al planeta Tierra en diversos países y regiones, lo que demuestra la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos y Observando que cada año se celebra el Día de la Tierra en numerosos países, decidió designar el 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra en 2009, en virtud de la resolución A/RES/63/278 .
Tema 2016: Los árboles para la Tierra
El Día de la Tierra comenzó a celebrarse en los Estados Unidos de América en 1970 y ahora se dirige hacia su 50 aniversario. El Día está organizado por la Earth Day Network, cuya misión consiste en ampliar y diversificar el movimiento ambiental en todo el mundo y movilizarlo eficazmente para construir un medio ambiente saludable y sostenible, hacer frente al cambio climático, y proteger la Tierra para las generaciones futuras. El tema de este año tiene el objetivo de plantar 7,8 millones de árboles en los próximos cinco años.
¿Por qué los árboles?
Los árboles ayudan a combatir el cambio climático
Absorben el exceso perjudicial de CO2 de nuestra atmósfera. De hecho, en un solo año, media héctarea de árboles maduros absorbe la misma cantidad de CO2 producido por la conducción promedio de un automóvil, que es de unos 42 000 kilómetros.
Los árboles nos ayudan a respirar aire limpio
Los árboles absorben los olores y los gases contaminantes (óxidos de nitrógeno, amoníaco, dióxido de azufre y ozono) y las partículas de filtro del aire atrapándolos en sus hojas y su corteza.
Los árboles nos ayudan a contrarrestar la pérdida de especies
Mediante la plantación de los árboles adecuados, podemos ayudar a contrarrestar la pérdida de especies, así como proporcionar una mayor conectividad del hábitat entre los fragmentos forestales regionales.
Los árboles ayudan a las comunidades y sus medios de vida
Los árboles ayudan a las comunidades a lograr la sostenibilidad económica y ambiental a largo plazo y proporcionar los alimentos, la energía y los ingresos. http://www.earthday.org/earth-day/
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Fuente: UN: http://www.un.org/es/events/motherearthday/
Día Internacional de la Madre Tierra
Reconociendo que la Tierra y sus ecosistemas es nuestro hogar y resaltando la necesidad de promover armonía con la naturaleza y el planeta, en abril de 2009 la Asamblea General de la ONU designó el 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra (resolución 63/278),
Al proclamar esta fecha la Asamblea reconoció que “Madre Tierra” es una expresión común en varios países y regiones, reflejando la interdependencia que existe entre los seres humanos, otras especies y el planeta que habitamos. Solicitó que los Estados Miembros, los órganos de Naciones Unidas, organismos internacionales, regionales, subregionales, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil observen y creen conciencia del Día.
Mensaje del Secretario General con motivo del Día Internacional de la Madre Tierra
22 de abril del 2015
La palabra “madre” es sumamente evocadora. Nos trae a la memoria poderosos recuerdos de la mujer que nos trajo al mundo, nos crió y nos ayudó a convertirnos en quienes somos ahora. La Tierra es la madre por antonomasia: un planeta asombroso que desde tiempos inmemoriales ha sustentado la vida en una miríada de formas. Con el tiempo, los seres humanos dejamos de necesitar el cuidado materno constante; sin embargo, nunca dejamos de depender de la Madre Tierra. Durante toda la vida, necesitamos aire, agua, tierra fértil e infinidad de otros dones que nos obsequia el planeta.
Esta dependencia se hace aún más sorprendente, si cabe, que hayamos permitido que el rápido y a menudo imprudente desarrollo humano haya hecho peligrar tantos de los delicados sistemas que llevan funcionando en armonía desde hace milenios. Cada vez somos más conscientes de los estragos que ha causado nuestra especie: la contaminación, la progresiva escasez de recursos, la extinción de especies de flora y fauna y la precipitación hacia puntos de inflexión que podrían alterar la forma en que funciona nuestro planeta. Ni sabiéndolo hemos cambiado nuestra forma de actuar.
Pero estamos a tiempo de enmendarnos y 2015 nos brinda una oportunidad inmejorable para hacerlo. Este año, el mundo se propone acabar de definir la agenda para el desarrollo sostenible después de 2015 y concertar un nuevo acuerdo universal sobre el cambio climático que sea constructivo. Estos procesos podrían encauzarnos hacia un futuro mejor al erradicar la pobreza extrema en todas sus formas y redefinir nuestra relación con el planeta y todos y cada uno de los seres vivos que lo habitan.
Las grandes decisiones que tenemos por delante no corresponden solo a los legisladores y los dirigentes mundiales. Hoy, en este Día de la Madre Tierra, hago un llamamiento para que todos nosotros seamos conscientes de las consecuencias que tienen nuestras decisiones sobre el planeta y lo que supondrán para las generaciones futuras. No todos tenemos a nuestro alcance obrar de manera sostenible, pero quienes tenemos esa posibilidad podemos transformar el mundo, entre los miles de millones de personas que somos, con simples decisiones como optar por bombillas de bajo consumo o comprar solo lo que vayamos a consumir. El cambio comienza con nosotros.
Como comunidad mundial, tenemos la oportunidad de hacer que 2015 sea un hito decisivo en la historia de la humanidad. Puede ser el año que nuestros hijos y nietos recuerden como el momento en que decidimos construir un futuro sostenible y resiliente, tanto para la Madre Tierra como para todos aquellos que el desarrollo ha dejado rezagados hasta ahora. Aprovechemos, juntos, esta oportunidad histórica.
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