Servindi, 18 de diciembre, 2022.- «Lázaro Bernardo Jara Paredes, es un sacerdote que antes de elevarte al cielo con sus prédicas, te acerca a la tierra. "Dios está en tu corazón", te dice; "el demonio igual"».
Y es sobre este sacerdote singular, campesino y amical, que escribe esta semana nuestro colaborador José Luis Aliaga Pereira, desde la provincia de Celendín, en Cajamarca.
Un relato breve, pero que nos dibuja el perfil de este personaje de pueblo comprometido con las causas populares y que contiene además un comentario sobre el sentido de la Navidad de este sacerdote cajamarquino.
Lázaro Bernardo Jara Paredes, a propósito de la navidad
Por José Luis Aliaga Pereira*
Todos, de algún modo, celebramos la navidad. En esta oportunidad, a propósito de la fecha que se ha enraizado en nuestras costumbres, me voy a ocupar de un hombre del que, por su forma de ser y pensar de estas celebraciones, me impresionó. Para mí es el más humano de los sacerdotes que hasta hoy conozco. No voy a hablar de la Teología de la Liberación; aunque, por lo que él practica, indirectamente, podría decirse que sí. Desde que llegó a nuestro pueblo, automáticamente, se conectó con los ciudadanos (as) más humildes: "Un trato individual pero también de pareja, familiar, social y, por supuesto, con los animales y plantas. Todo nos une", explica.
Nacido en Cajabamba, lo encontré por allí, cuando visitaba el valle más grande y productivo de la zona norte del Perú, el que los depredadores mineros están destruyendo: el valle de Condebamba. Al saludarnos, dándonos la mano, me mostró que, aparte de sacerdote, es también un campesino labrador de la tierra, los callos recién abiertos en sus manos, por esta labor, así lo mostraban. Tiene sus familiares por este lugar y, en sus días libres, trabaja la chacra como un campesino más. Es de mediana estatura; pero de un espiritu inmenso. Hace poco lo vi muy identificado, observando, entre la multitud que ocupaba la plaza mayor de Celendín, a los y las personas que intervenían frente a la manifestación que había salido a decir a Dina Boluarte ¡basta! de asesinar a nuestro pueblo. Era, tambien, un manifestante más.
Lázaro Bernardo Jara Paredes, es un sacerdote que antes de elevarte al cielo con sus prédicas, te acerca a la tierra. "Dios está en tu corazón", te dice; "el demonio igual". En cierta oportunidad, Lázaro Jara, salía de dar su sermón en la iglesia de Chuclalás; era la fiesta patronal de este caserío celendino. Como sabemos los que lo tratamos, él conversa con los feligreses en las misas; en realidad, éstas, son un largo diálogo. "A pesar del progreso de la ciencia, me dijo, es difícil hablar con muchas personas". ¿Por qué?, le pregunté. "Muchos, aún piensan que alguien bajará de las estrellas a salvar la humanidad. El Dios está dentro de ti, de nosotros, y es el mismo hombre el que lo despierta y se salva".
Lázaro Jara Paredes es profesor, enseña en el Centro Educativo Coronel Cortegana de nuestra provincia y pertenece al BARETRAEC, es Secretario Defensa del sindicato "Bases Regionales de Trabajadores en la Educación de Celendín", afiliado a FENATEPERU.
No soy el indicado para hablar de la navidad, por ello he traído en esta entrega al Padre Lázaro, así lo llamamos sus amigos, quien hace poco envió un artículo para la revista Chungo y batán cuyo título es una pregunta: ¿Qué navidad celebro? Acá lo tienen:
¿QUÉ NAVIDAD CELEBRO?
¿Aquella que nos ofrecen los Medios de Comunicación Social, el mercado, las tiendas comerciales, y que en vez del Niño Jesús presenta la figura del papá Noel porque es más llamativa para los negocios, y que propicia que en las viviendas muchos arbolitos con luces y pocos nacimientos con pesebre, también la abundancia de comida, bebida a reventar y la infinidad de regalos a todo dar para los que pueden? O celebramos la navidad del Evangelio donde nos muestra que Dios se ha encarnado en el mundo para salvar al mundo, ¿un Dios que se hace hombre para salvar al hombre, para hacernos solidarios y compasivos, todos hermanos y a todos hijos de su Padre?
El teólogo Leonardo Boff nos dice: “El Niño Jesús, habla del niño interior que llevamos siempre dentro de nosotros, que siente necesidad de ser cuidado y que, una vez que ha crecido, tiene el impulso de cuidar. Es ese pedazo de paraíso hecho de inocencia, de espontaneidad, de encanto, de juego y convivencia con los otros sin ninguna discriminación, y eso no se ha perdido”.
Celebrar la navidad cristiana es creer que Dios se ha hecho hombre, que ha elegido, aceptado, acogido y asumido nuestra condición humana. Dios se ha hecho real en lo más frágil de la condición humana: en un recién nacido, que no es nada sin una madre que lo acoge, protege y cuida. Dios se hizo hombre con todas las consecuencias del ser humano: quebradizo, necesitado, protegido por una pareja humana: María y José.
Dios ha elegido la última posición y, desde ella, nos va señalando la grandeza de la vida humana, que no reside en el poder, la sabiduría, la riqueza, el mando, sino la humildad servicial como principio de convivencia social, el respeto y defensa especial a los desvalidos de aquella (y nuestra) sociedad: pobres, pecadores, prostitutas, cobradores de impuestos (publicanos) y los demás marginados que aquella y nuestra sociedad expulsados a los últimos rincones del planeta.
En el evangelio de Juan 1,14 dice: Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”. Es decir: Dios ha asumido plenamente nuestro ser humano y pertenece a nuestra raza, es patrimonio de toda la humanidad, de un modo especial de los desechados de esta sociedad podrida por el poder, la riqueza, la exclusión, el desprecio, la injusticia estructural.
Jesús no eligió un palacio para nacer, ni le asistió el médico del emperador romano, ni la mejor ginecóloga acompañó el parto de María. Jesús, hijo eterno, eligió lo despreciable según los poderosos para señalar el camino de una humanidad distinta.
Mucha gente desconoce qué se celebra en Navidad, y con sus actitudes prepotentes por el dinero y el despilfarro, niegan en la práctica la mayor realidad humana de construir desde el servicio desinteresado y, por qué no decirlo, amoroso y justo, la igualdad de los humanos.
Para quienes lean este comentario les deseo una ¡Feliz navidad!.
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* José Luis Aliaga Pereira (1959) nació en Sucre, provincia de Celendin, región Cajamarca, y escribe con el seudónimo literario Palujo. Tiene publicados un libro de cuentos titulado «Grama Arisca» y «El milagroso Taita Ishico» (cuento largo). Fue coautor con Olindo Aliaga, un historiador sucreño de Celendín, del vocero Karuacushma. También es uno de los editores de las revistas Fuscán y Resistencia Celendina. Prepara su segundo libro titulado: «Amagos de amor y de lucha».
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