Servindi, 12 de julio, 2010.- Lo que hasta hace unos días era una mancha que no pasaba de 15 metros de largo, se ha convertido en un desastre ecológico que compromete hasta 100 kilómetros de río, aguas abajo.
Tres semanas después del derrame de petróleo en el Marañón, ocurrido el 19 de junio, a la altura de la localidad de Saramuro, las investigaciones de los biólogos, Pedro Carrillo y Percy Gallegos, revelaron que el petróleo alcanzó cien kilómetros, desde la zona del derrame.
Ellos recogieron muestras de agua, lodo y peces de diez comunidades indígenas, de un total de cuarentidós afectadas pertencientes a los pueblos Cocama, Achuar, Urarina y Kichwa, en la región Loreto.
Tal como lo informó ayer el diario El Comercio los pobladores no pueden consumir el agua del río y solo esperan la misericordia de la lluvia.
Lo grave del asunto es que las comunidades no fueron informadas ni por la empresa, ni por las autoridades del derrame, poniendo en grave riesgo la salud de la gente que consumió el agua con restos de crudo.
“Ni ese sábado, ni el domingo ni siquiera el lunes nos comunicaron del accidente. Fueron las mismas comunidades las que decidieron por su cuenta dejar de consumir el agua y los peces del río”, dijo a El Comercio la hermana Nancy Roca, misionera del Sagrado Corazón de Jesús.
Según el testimonio de Rocío del Pilar Emma, enfermera del centro de salud de Santa Rita, “se tiene un reporte de 54 casos de enfermedades diarreicas y 12 de dermatitis atribuidos a la contaminación por petróleo”.
Pluspetrol, por su parte, asegura que solo comunicaron al teniente gobernador de la localidad de Saramurillo, donde ocurrió el accidente y que no se comunicó a las otras comunidades afectadas por el derrame porque no estaban dentro de su zona de operaciones.
Cabe recordar que el sábado 19 de junio, en Saramuro, exactamente en la bahía llamada Tiwinza, la base de una barcaza de petróleo que prestaba servicios para Pluspetrol Norte se quebró y liberó al río 400 barriles de crudo.
Este mismo accidente ya había pasado antes, cuando en el año 2000, unos 5.500 barriles de petróleo terminaron en el mismo río luego de que una barcaza con crudo de la misma empresa se hundiera.
La empresa tiene como récord 78 derrames de petróleo durante los últimos cuatro años en la amazonía peruana.
Gobierno minimizó el daño
Pese a la gravedad del daño ecológico la primera reacción del gobierno fue minimizar el daño. En un tibio comunicado, unos días después del accidente, el Ministerio de Energía y Minas dijo que 400 barriles de petróleo “es un monto muy pequeño, comparado con lo ocurrido en el Golfo de México”.
A esa declaración agregó que: “una cosa muy pequeña, no debe ser motivo de alarma”.
Fiscalización sin fondos
Unos días antes de ocurrido el derrame de petróleo en el Marañón, el Ministro del Ambiente, Antonio Brack, anunció la inminente paralización del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) por falta de presupuesto.
El titular del Ambiente advirtió que la OEFA dejaría de funcionar el si es que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) no le transfiere los recursos adicionales que solicita.
El Ministerio del Ambiente solicitó para este año una partida de S/. 34.06 millones, de los cuales sólo se les transfirió S/. 4.86 millones que resultan insuficientes para cubrir los gastos que demanda esta cartera.
Piden declarar en emergencia zona por desastre ecológico
En un pronunciamiento público diversas organizaciones sociales expresaron su desacuerdo frente al gobierno por minimizar los daños y exigieron declarar en emergencia la zona por desastre ecológico.
En el documento señalan que las manchas de crudo se extienden a 100 kilómetros y contaminaron las áreas cercanas de San José de Saramuro y San José de Parinari, incluyendo las zonas inundables, los gramalotes y huamas que están en la ruta de Saramuro-Nauta-Iquitos.
Uso de dispersantes
A la ola de denuncias contra Pluspetrol se suma la acusación de que la empresa había usado dispersantes para contener el petróleo.
Álex Pinedo, poblador de la comunidad San José de Parinari, vio el domingo 20 de junio un deslizador que echaba una especie de polvo sobre las manchas de petróleo que arrastraba la corriente.
Un informe elaborado por el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) recomendó que se realice una vigilancia integral de los impactos que se podrían generar a corto y mediano plazo en el agua.
Ello debido a los “altos contenidos de aceites y grasas hallados en la capa superficial del río Marañón, y conociendo que se usaron dispersantes para el crudo derramado".
Sin embargo, César Olea, jefe de medio ambiente de Pluspetrol Norte, niega que se hayan usado dipersantes para contener el derrame.
“Lo que hemos usado es una barrera de contención y luego un material orgánico (Oclansorb) absorbente sobre las manchas arrastradas por el río que no afecta el ambiente”, dijo.
El uso de dispersantes que disolvería el petróleo y lo precipitaría al fondo del río fue también uno de los temas que más se discutió durante y después del derrame de petróleo en el mar de Luisiana pues su impacto es impredecible.
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Comentarios
Es una vergüenza, en otros
Es una vergüenza, en otros lugares del mundo se declara es estado de emergencia, se pide ayuda internacional y se hace una campaña par recoger todo el crudo posible en contenedores, para preservar la naturaleza. Otra vez el gobierno y la capital, como si la selva no fuese peruana, como si los habitantes del amazonas no fuesen peruanos. ¿Qué ocurriría si este desastre se produce en el río Rimac, o en el río Chillón o en el Río Cañete?. Seguramente declararían el estado de emergencia, porque se trata de la costa y de las playas. Como este desastre pasa en la selva, lejos, muy lejos de la capital, los limeños de turno, empezando por los que están en el gobierno, no se dan por enterados. ¿Quieren dinero por hacer algo? ¿Es que necesitan una coima para actuar como autoridades para poner a los responsables a trabajar y a comprometerse con restaurar el daño ocasionado?. Noooo, como siempre, ellos se llenan los bolsillos y el pueblo que se joda. Tremendos miserables de gobernantes tenemos.
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