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Servindi, 17 de mayo, 2013.- Dos semanas pasaron para que el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), Timoleón Jiménez o Timochenko, responda a las denuncias hechas por las organizaciones indígenas del Cauca que responsabilizaron a su movimiento “de matar, de señalar y de dividir” a sus pueblos.
Las acusaciones la efectuaron la Asociación de Cabildos Indígenas (Acin), el Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) y la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic).
El pasado 29 de abril, en una carta dirigida al líder del grupo guerrillero, las organizaciones acusaron a éste de concebir un plan de exterminio sistemático, físico y cultural de las comunidades indígenas y de tener culpa en el fracaso de los procesos de diálogo surgidos a lo largo del tiempo.
La respuesta de las Farc se conoció también en forma de misiva, con fecha 12 de mayo. En ésta Timoleón rechaza las acusaciones de los indígenas y a la vez expresa su “voluntad abierta y sincera de dialogar y encontrar entendimientos”.
Para las Farc, las denuncias en su contra tendrían su origen en “terceros interesados”.
Lo que dijeron las organizaciones
Tanto la Acin, el Cric y la Onic señalaron a las Farc como responsables intelectuales de un plan militar destinado a asesinar de manera selectiva a varios comuneros indígenas.
Dieron a conocer, en ese sentido, el plan de la guerrilla para acabar con el movimiento indígena colombiano, una de cuyas estrategias es utilizar a integrantes de las comunidades, a quienes previamente han preparado para que cumplan con supuestos “propósitos militaristas revolucionarios”.
Asimismo, dan cuenta de la sanción aplicada a los guerrilleros capturados y a los que se responsabiliza del asesinato del guía espiritual Benancio Taquinás del resguardo de Jambaló.
No obstante, y pese a las graves agresiones sufridas, las organizaciones reiteraron su "vocación de diálogo" para superar las dificultades, y exigieron condiciones para el mismo.
"Que respeten nuestras autoridades indígenas y comunidad en general, y sobre todo, que respeten nuestro ejercicio de control territorial y que asuman Verdad, Justicia y Reparación", sentenciaron.
Por su parte, el máximo comandante de las Farc abogó por los guerrilleros capturados, de los que afirma son indígenas de las propias comunidades que no tienen responsabilidad en los hechos que les imputan, y rechaza que a dos de ellos se les haya condenado a 40 años de cárcel.
Sin embargo, afirmó que está a favor del diálogo y espera un próximo contacto.
"Comprenderán que se trata de asuntos que no pueden hacerse públicos por cuanto un enemigo mortal de ustedes y nosotros permanece a la espera de la menor oportunidad para golpearnos, reprimirlos o encarcelarlos a ustedes por relacionarse con nosotros", explicó.
A continuación difundimos las dos misivas:
Carta dirigida al comandante de las Farc
Toribío Cauca, abril 29 de 2013.
Señor:
TIMOLEÓN JIMÉNEZ
Comandante de las FARC
Demás miembros del Secretariado.
Con Nuestro Saludo.
Dolidos y preocupados por las consecuencias que deja la guerra en nuestros territorios pero a la vez con esperanza y expectativas porque en La Habana se negocie la terminación del conflicto armado, los indígenas del Cauca agrupados en ACIN, CRIC y ONIC, nos dirigimos a usted señor Timoleón Jiménez, comandante del Estado Mayor de las FARC para expresarle lo siguiente:
Desde nuestra visión de pueblos milenarios y desde nuestras acciones comunitarias autónomas de manera radical decidimos atravesarnos a la guerra, no obstante de los riesgos que esto significa porque nos cansamos de llorar nuestros muertos, reconociendo también el dolor de los demás.
Por eso, igual que una gran mayoría de colombianos le apostamos a que en Colombia se abra un verdadero proceso de paz que termine en justicia social, libertad, bienestar y dignidad desde la diversidad para el país. Así se demostró en la gigantesca, diversa y multitudinaria movilización del 9 de abril pasado en donde participamos los indígenas con convicción junto a comunidades que llegaron desde diferentes rincones de Colombia.
Anhelo este que igual se manifestó en el pasado Congreso Nacional de Paz que se realizó en la ciudad de Bogotá entre el 19 y el 22 de abril en la sede de la Universidad Nacional. La gente quiere vivir en paz igual que ustedes señor comandante. En ambos espacios, con sus palabras, ustedes presentaron sus saludos, su vocación de paz y su compromiso con la sociedad por alcanzarla o ayudarla a construir. Así lo entendimos nosotros.
Desafortunadamente las conversas para abordar asuntos humanitarios que hemos realizado en diversas ocasiones con ustedes en la región por allá a finales de los 80s, en los 90s y los últimos realizados alrededor de los actuales diálogos de paz en La Habana, solo terminaron en discursos vacíos de parte de ustedes porque una cosa es lo que ustedes pregonan en ciertos escenarios, y otra cosa es la realidad que nos toca sufrir en las comunidades debido al accionar de sus subordinados combatientes.
Lo decimos con dignidad y responsabilidad porque sabemos que ningún guerrillero, miliciano o comandante acciona las armas sin consentimiento, orden y directriz previa de los comandantes supremos, o sea ustedes.
Mejor dicho señor comandante, todo esto hace parte de un cuidadoso plan de guerra finamente elaborado que no solo busca desestabilizar al gobierno oligárquico de Colombia, sino también a los gobiernos autónomos, legítimos y ancestrales de los pueblos indígenas del país. Es innegable que el modus operandi, las víctimas, los métodos son los mismos que ustedes utilizan en el Cauca, Nariño, Valle del Cauca, el Chocó, la Orinoquia, la Sierra Nevada entre otras regiones.
Mire no mas señor comandante, tal y como sucedió en la década de los 80s, solo en los últimos tres meses han sido asesinados ocho comuneros entre los que se encuentran cuatro The’walas – Médicos Tradicionales del pueblo nasa – asesinados por milicianos de la organización que usted dirige, situación que se agrava si le sumamos los constantes señalamientos, el reclutamiento de menores, amenazas a líderes y miembros de la guardia indígena y las reiteradas campañas de estigmatización a nuestras organizaciones.
Por eso nos toca decir que somos víctimas de toda una política sistemática para exterminar nuestro proceso. Quien haya dado la orden de muerte de nuestros The Walas – Médicos Tradicionales – señor comandante, odia nuestra cultura, y evidentemente no es un revolucionario.
Por eso y al no ver voluntad expresa por mejorar las cosas por parte de las fuerzas guerrilleras que operan en la región, el día 29 de abril del año en curso, haciendo uso legítimo en el marco de los Usos y Costumbres, aplicamos remedio a 2 milicianos de su organización, responsables del asesinato de nuestro guía espiritual Benancio Taquinás del resguardo de Jambaló. Reiterándole que así se seguirá haciendo en todo hecho donde resulten involucrados miembros de los grupos armados.
Pero como es costumbre en los pueblos indígenas, no obstante de estas dificultades, hoy volvemos a reiterar nuestra vocación de diálogo para superar precisamente estas dificultades. Por eso las condiciones que exigimos para el diálogo son: que nos dejen de matar, de señalar y de dividir.
Que establezcamos como primer punto una agenda de diálogo y un mecanismo previo y satisfactorio de verificación internacional, a la vez que, por parte de las propias comunidades. Que respeten nuestras autoridades indígenas y comunidad en general, y sobre todo, que respeten nuestro ejercicio de control territorial y que asuman Verdad, Justicia y Reparación.
Si así lo considera usted señor comandante, la invitación pública y expresa a usted y a todo el secretariado para conversar, queda abierta para la fecha, la hora y el lugar que se acuerde. Por nuestra parte cuente con toda la disposición para preparar un posible encuentro. Quedamos atentos y esperamos encontrar eco positivo a nuestra solicitud.
C.c. Mesa de diálogo y negociación de la Habana
Atentamente,
AUTORIDADES INDÍGENAS, CONSEJO REGIONAL INDÍGENA DEL CAUCA – CRIC, ASOCIACIÓN DE CABILDOS INDÍGENAS DEL NORTE DEL CAUCA – ACIN – CXHAB WALA KIWE, ORGANIZACIÓN NACIONAL INDÍGENA DE COLOMBIA – ONIC
Toribío Cauca, abril 29 de 2013.
“Cuenten con nosotros para la PAZ nunca para la GUERRA”.
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Carta del comandante de las Farc a las organizaciones indígenas del Cauca
Señores:
Autoridades indígenas Consejo Regional Indígena del Cauca CRIC, Asociación de cabildos indígenas del Norte del Cauca ACIN-CXHAB WALA KIWE, Organización Nacional Indígena de Colombia ONIC.
Toribío, Cauca.
Apreciados compatriotas y compañeros:
Reciban el cordial saludo de nuestra organización revolucionaria. Me dirijo a ustedes en mi condición de Comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP con el propósito de dar respuesta a su carta de fecha 29 de abril.
Comenzaré por decirles que nada más lejano a la intención del Secretariado Nacional de las FARC que caer en provocaciones y asumir una actitud conflictiva con las comunidades indígenas del Cauca. En nuestro ánimo pesan muy antiguos y profundos lazos de afecto y solidaridad hacia las comunidades aborígenes del país y el continente, razón por la cual mal podríamos abrigar algún sentimiento de hostilidad o confrontación hacia ellas, menos todavía cuando nuestros principios y banderas de lucha contemplan la cabal reivindicación de sus seculares derechos violentados.
Pese a ello me veo obligado a hacer algunas precisiones, más con el propósito de invitarlos a analizar las cosas con la serenidad y la sensatez que ameritan la situación y el momento. Con previa invocación a su dignidad y responsabilidad, nos acusan ustedes en su nota de tener un cuidadoso plan de guerra elaborado contra los gobiernos autónomos, legítimos y ancestrales de los pueblos indígenas del país. Honradamente, humanamente, políticamente, podemos asegurarles que tal apreciación está rotundamente equivocada, no se corresponde para nada con la realidad y más parece el producto del envenenamiento por parte de terceros interesados. De nuestra parte existe toda la disposición para entendernos positivamente con ustedes, como comunidad, como autoridades indígenas, como hermanos de sueños y de luchas.
Nosotros estamos seguros que del diálogo, de un franco y sano intercambio, sin terceros azuzadores de por medio, brotará un completo entendimiento. Nosotros también hemos sido víctimas del comportamiento individual de algunos dirigentes indígenas, sin que por ello nos atrevamos a sindicar a toda la comunidad o a sus autoridades. Estamos seguros, por ejemplo, de que el trabajo del médico tradicional Benancio Taquinás con los servicios de inteligencia de la Fuerza Aérea y el Ejército, que condujo a que unidades nuestras fueran reiteradamente bombardeadas o asaltadas, con diversas pérdidas humanas y materiales, no era producto de la orden de ninguna de las dignidades indígenas. Por su propia voluntad, él optó por ponerse al servicio directo de las fuerzas militares en el desarrollo de la guerra.
Si ustedes tienen quejas o denuncias contra guerrilleros o milicianos que de algún modo han cometido abusos o conductas delictuosas contra los indígenas o su comunidad, estamos en disposición plena de recibirlas y tramitarlas, aplicando los correctivos que contemplan nuestros estatutos y reglamentos disciplinarios. Poseemos una normatividad y unos principios muy rigurosos, que todo combatiente nuestro conoce porque se le enseñan y exigen. Tenemos el convencimiento de que una relación normal y respetuosa entre nosotros permitiría nuestro conocimiento y debida solución de cualquier atropello contra ustedes. Pensamos que del mismo modo, esa relación propiciaría que ustedes dieran la debida solución a las conductas abiertamente hostiles contra nosotros que provengan de cualquier miembro de sus comunidades.
Lo que en cambio perjudica y abre heridas muy difíciles de reparar, son procedimientos sumarios y desacertados como los que refieren en su carta del 29 de abril. Como Comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP les aseguro que ninguno de los indígenas capturados, juzgados y condenados por ustedes en un día,tiene la menor responsabilidad en los hechos que les imputaron, pese a lo cual varios de ellos fueron sentenciados a 40 años de cárcel. Tales absurdos, cometidos por ustedes mismos contra su propia gente, antes que generar unidad y respeto hacia las autoridades de la comunidad, apuntan a dividir esta y a sembrar futuros y graves enfrentamientos que con sabias y prudentes decisiones hubieran podido evitarse.
Ya le expresaba yo a la ACIN, en carta del 20 de julio del año pasado, nuestros puntos de vista y actitud hacia las comunidades y autoridades indígenas del Cauca. Al tiempo que los invito a repasar entre todos esa misiva, les expreso nuestra voluntad abierta y sincera de dialogar y encontrar entendimientos que nos permitan avanzar satisfactoriamente hacia nuestros mutuos anhelos de paz y justicia social. Les reitero que no somos sus enemigos, incluso la mayoria de sus propias comunidades así lo entiende y asume, hecho que por alguna razón que podríamos definir y aclarar, parece producir algún grado de irritación en cierto sector de sus autoridades.
En esas condiciones nos declaramos a la espera del contacto para reunirnos. Comprenderán que se trata de asuntos que no pueden hacerse públicos por cuanto un enemigo mortal de ustedes y nosotros permanece a la espera de la menor oportunidad para golpearnos, reprimirlos o encarcelarlos a ustedes por relacionarse con nosotros.
Les reitero nuestro abrazo de compañeros y hermanos. Hernán Cortés logró sojuzgar a las comunidades aztecas de México porque sumó a su ejército otras tribus indígenas que engañadas lo apoyaron. Huáscar, el hermano de Atahualpa, se alió con Francisco Pizarro y precipitó el hundimiento de los Incas. Aún nos sangra a todos la herida del terrible drama de los indígenas de Agualongo, ganados por los españoles para luchar a favor de la Corona y en contra del ejército libertador de Bolívar. Esas historias jamás debieron producirse y estamos obligados a impedir que vayan a repetirse algún día. Por Colombia, por todos los perseguidos de este país, por la justa causa indígena de América es indispensable nuestro entendimiento. Estamos dispuestos a todo por conseguirlo.
Atentamente,
Timoleón Jiménez
Montañas de Colombia, 12 de mayo de 2013.a ACIN-CXHAB WALA KIWE, Organización Nacional Indígena de Colombia ONIC.
Toribío, Cauca.
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