Servindi, 12 de noviembre, 2012.- Como muestra de repudio por la masacre de diez campesinos, nueve hombres y una mujer, en Santa Rosa de Osos, Antioquia, cientos de colombianos recorrieron las calles de la ciudad el último sábado para pedir el cese de la violencia.
Los marchantes que se desplazaron por las calles del municipio de Santa Rosa de Osos gritaron a viva voz frases en defensa de la vida y culminaron su movilización con un abrazo simbólico en solidaridad con los familiares de las víctimas.
Los funerales de los diez campesinos se cumplieron un día antes, viernes, en la misma localidad, ubicada en el departamento de Antioquia, mientras cerca de 200 personas se desplazaban de la zona rural al casco urbano ante el temor del resurgimiento de la violencia.
La tragedia
El hecho se dio el miércoles en la noche cuando un grupo de hombres, al parecer pertenecientes a una banda criminal del narcotráfico (exparamilitares) lanzó una granada contra los campesinos de la finca La España que terminaban sus labores en una finca productora de tomate de árbol.
Sin embargo, los delincuentes no dejaron allí las cosas y los remataron con ráfagas de fusil.
Según autoridades civiles del departamento de Antioquia, la masacre obedecería a que el dueño de la propiedad se habría negado a pagar una extorsión a la banda criminal, las mismas que se disputan el control del territorio, un corredor para la salida de drogas hacia el Caribe.
En recientes declaraciones el presidente Juan Manuel Santos atribuyó la matanza a los miembros de Los Rastrojos, una de las slots online bandas armadas dedicadas al narcotráfico y la extorsión y sobre los que aseguró que perseguirá hasta su captura.
Éstas surgieron tras la disolución, en 2006, de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), tras un acuerdo con el Gobierno del expresidente Álvaro Uribe (2002 – 2010).
La movilización en solidaridad con los afectados la integraron personas de todas las edades que portaban banderas de Colombia y pancartas con mensajes en rechazo de los grupos armados ilegales como "La vida es sagrada, no más violencia" y "Ni una muerte más”.
"Es una herida muy profunda la que tenemos en nuestro país. Aquí nos convocó nuevamente la barbarie, el dolor y la vergüenza. Tenemos que levantar la cara y a este pueblo", lamentó el gobernador del departamento de Antioquia, Sergio Fajardo.
El trágico hecho ha abierto un debate sobre su se puede hablar de un resurgimiento paramilitar.
Según cifras oficiales, más de 3,7 millones de personas han sido desplazadas en Colombia en los últimos años, como consecuencia del conflicto armado interno, en el que han participado guerrillas, paramilitares y narcotraficantes.
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