Mientras las comunidades respetan el estado de emergencia y toman medidas sobre sus territorios, las fuerzas del orden no estarían respaldando a las autoridades indígenas, poniendo en grave riesgo la salud de las comunidades en medio de la pandemia de COVID-19.
Por Patricia Saavedra
Servindi, 28 de marzo, 2020.- Los pueblos indígenas fueron los primeros en reaccionar ante la pandemia por el COVID-19, cerrando algunos territorios incluso antes de la declaración del estado de emergencia. Asimismo, son los más respetuosos de la disposición de cuarentena.
Sin embargo, las fuerzas del orden estarían debilitando estas medidas que voluntariamente han tomado las comunidades para resguardarse de la pandemia. Así lo denuncian diversas comunidades indígenas de la selva central.
"Estamos muy preocupados por la forma como se está haciendo cumplir este decreto [de urgencia], especialmente por las instituciones encargadas”, sostuvo Raúl Sinacay, presidente de la Unión de Nacionalidades Asháninkas y Yaneshas (UNAY), con bases comunales de Pasco y Huánuco.
Hace unos días la Central Asháninka del Río Ene (CARE) también denunció un tránsito intensivo en la carretera Satipo-Pangoa-Valle del Tambo-Pichari debido a la emisión de permisos especiales por parte de la Base de Puerto Anapate, perteneciente a la Marina de Guerra del Perú.
“Deben hacer cumplir lo que el mismo Estado ha decretado, y las fuerzas del orden acatar esto. Si es una medida a nivel nacional, por qué no se está cumpliendo. Si el Estado o la Marina dan estos permisos entonces nosotros quedamos sin piso”, sostuvo Ángel Valerio, presidente de la CARE.
Apu Ángel Valerio, presidente de CARE.
En comunicación con Servindi, el dirigente indígena explicó que han observado una circulación normal de vehículos por la vía que va desde Satipo a Pichari (Cusco), la cual es una vía nacional.
“Esta es la vía de San Martin de Pangoa, la cual, solo desde Puerto Anapate, que pertenece a la cuenca del Ene, pasa por comunidades como Puerto Shampintiari, Alto Shampintiari, Pampa Alegre, Kinaropitiari Centro, Kinaropitiari Alto, entre otras”, refirió el dirigente.
Asimismo, indicó que este problema se presenta más en la parte alta del Ene, que es frontera entre Cusco y Junín.
Mientras, desde el distrito de Constitución, en Oxapampa, Pasco, Raúl Sinacay, presidente de la UNAY –que representa a 25 comunidades nativas– denunció la misma situación.
“Nosotros tenemos un corredor vial que viene desde Lima y que pasa por todo Constitución y llega a Pucallpa, pero muchas personas siguen transitando, desacatando el Estado de emergencia”, señaló.
Ellos, al igual que otras organizaciones indígenas, también restringieron el ingreso en sus territorios: “Desde el lunes hemos cerrado las vías de acceso de entrada a las comunidades nativas del distrito de Constitución y todo el distrito de Puerto Bermúdez”, informó.
En dichos casos, las fuerzas del orden no estan reforzando las medidas de las autoridades indígenas: “Hemos cerrado pero las personas siguen entrando desde Pucallpa, desde Chanchamayo y las Fuerzas Armadas les están haciendo pasar. Entonces, en donde quedan nuestras medidas”, lamentó Sinacay.
Salud en alerta
“Si el virus llega a nuestras comunidades se va a expandir rápidamente”. Así de claro fue Ángel Valerio para referir el gran peligro que corren si este tránsito de vehículos se mantiene.
Y es que, en el caso de los asháninka –el más numeroso pueblo indígena de la Amazonía peruana–, en décadas pasadas fueron asolados por males como: cólera, gripe, neumonía, tos, sarampión, hepatitis, entre otras, resultado del avance de invasores y colonos en sus territorios.
“Hemos hecho un diagnóstico en la cuenca del Ene y hemos identificado que hay un 93.5 por ciento de desnutrición crónica y 90 por ciento de anemia. Esto se relaciona a la falta de agua potable”, afirmó el dirigente de CARE.
Sospecha de infectado
Por su parte, Raúl Sinacay indicó que han identificado a un comunero con síntomas sospechosos de COVID-19, hecho que han reportado al centro de salud, pero aún no ha sido asistido.
“Estamos solicitando la evaluación a un caso sospechoso al centro de salud de Constitución y a la Red de Salud de Oxapampa. Lo tenemos aislado, pero esta persona no puede estar abandonada. Estamos cumpliendo el protocolo, pero tiene que venir alguien del Minsa”, indicó.
Asimismo, pidieron que se dote a la Red de Salud de Oxapampa con equipamiento que asegure la detección oportuna de la enfermedad del COVID-19.
“El Minsa debe dotarnos con implementos de bioseguridad”, refirió James Pishagua, lidér de la Freconayappp (Federación Regional de Comunidades Nativas Yanesha, Asháninka del Pichis, Palcazú y Pachitea).
Pishagua también demandó una mayor articulación con el sector Salud, así como mejorar la comunicación para el reporte o identificación de casos.
"Pedimos coordinaciones más estrechas o una línea para nosotros porque la que está abierta está muy saturada y en las comunidades no tenemos la facilidad de la telefonía", puntualizó.
De mantenerse la situación de tránsito permanente, los dirigentes evalúan tomar medidas más drásticas a fin de salvaguardar la salud y la vida de sus comunidades.
De otro lado, si las fuerzas del orden están permitiendo esta circulación, ¿cómo se estará viviendo el estado de emergencia en aquellas zonas fronterizas o en la profundidad de los bosques donde impera la ilegalidad?
Comunidad nativa de Shintuya, en Madre de Dios, también cerró sus territorios como muchas comunidades amazónicas. Imagen: Facebook CCNN Shintuya.
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