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Los problemas del ‘Chambira’

Foto: Derrame en Santa Rita de Castilla, en el Marañón

 

Por Jorge Pérez Rubio

1 de febrero, 2016.- La cuenca del río Chambira está ubicado en el distrito de Urarina, provincia de Loreto, región Loreto – Perú. La cuenca está habitada en su mayor parte por indígenas Urarina. Existen actualmente en la cuenca aproximadamente tres mil habitantes. El flagelo de la pobreza y de extrema pobreza ha infligido su mayor castigo –en los últimos 40 años– en agravio de los derechos fundamentales y colectivos a partir de la extracción de petróleo en la cuenca y del alejamiento del Estado.

Alrededor del Lote 8 –operado por Pluspetrol Norte S.A– abundan historias que dan cuenta de cómo la actividad petrolera ha ido convirtiendo la cultura tradicional del pueblo indígena Urarina en una censurable oportunidad lucrativa y de enormes ganancias a favor de las empresas petroleras mediante el vergonzoso régimen de conculcación y expropiación de derechos, del incumplimiento de los estándares ambientales y sociales no fiscalizados ni por el Estado ni –por ignorancia de los impactos negativos de la industria del petróleo- por los Urarina.

El Estado habría concedido con sigilo y sin anuencia a la Empresa petrolera del lote 8 –hace mucho tiempo y en la figura de una familia disfuncional– la función de promover el desarrollo de la cuenca del Chambira por razones, puedo inferir, geográficas –ubicado en lo más recóndito– y económicas. Esta medida ha permitido al Estado eximirse del deber de atender las demandas del Chambira y ha propiciado la desastrosa huida del bienestar, dejando a su paso una insoportable estela de pobreza, dolor y sufrimiento. 

La Defensoría del Pueblo (Iquitos) ha visitado más de una vez la cuenca del Chambira en los últimos dos años y ha logrado identificar con claridad los macizos problemas que a diario carcome el futuro de la población indígena que vive en la cuenca desde tiempos antiguos. Los álgidos problemas han sido documentados y derivados a las instituciones públicas competentes con la finalidad de alentar el esfuerzo de llevar adelante la implementación de una agenda de desarrollo integral.

Los informes de la Defensoría del Pueblo (Iquitos) sobre la situación social de la cuenca del Chambira aborda los graves problemas relacionados con el acceso a la educación escolar –En la cuenca funciona el Centro Rural de Formación en Alternanza de nivel secundaria, cuyo estándar de calidad podría estar arropado por el silencio o por la despreocupación. En el Centro Rural de Formación estudian solo dos mujeres del pueblo indígena Urarina sobrevivientes del estigma de la deserción escolar–, la escasa cobertura efectividad de los servicios médicos y de los programas sociales, alto porcentaje de embarazos de adolescentes y la ausencia del RENIEC ha generado una reveladora población de indocumentados.

La población de la cuenca del Chambira no está conectado con el flujo de embarcaciones de cargas y pasajeros que transitan por el río Marañón, en consecuencia, las posibilidades de contar con las más necesarias oportunidades de desarrollo humano son casi imposibles. La cuenca del Chambira es un suburbio, es un tributario marginal del mapa de prioridades de la región Loreto y del país, es un gueto indígena que subsiste gracias a la profusión del bosque. Con la presentación del problema de conectividad cierra la Defensoría su valioso informe sobre la cuenca.

El problema que la actividad petrolera ha causado sobre el núcleo de bienestar de la población del Chambira no ha sido tomado en cuenta por Defensoría del Pueblo (Iquitos).

El 10 de marzo del 2015, la Municipalidad Distrital de Urarinas a través de la Sub Gerencia de Asuntos Indígenas y Ambientales ha denunciado ante OEFA Loreto el hallazgo de petróleo esparcido en la Línea A del Oleoducto Corrientes – Saramuro, progresiva km 32 + 592 del Lote 8, operado por Pluspetrol Norte.

La contaminación revelada corresponde al derrame ocurrido el 25 de febrero 2015 a raíz de la ruptura del ducto que muy pronto cumplirá medio siglo de antigüedad. En los últimos años –por la misma causa– ha habido más de una docena de derrame en agravio directo de la vida de la población de las comunidades Nueva Alianza, Nuevo Progreso, Nuevo San Juan, Ollanta y Nuevo Perú ubicadas en el río Patoyacu, afluente del Chambira.

OEFA actúa en el escritorio y de conformidad con los reportes de campo de Pluspetrol Norte, cuya información necesaria para evitar y remediar los daños podría ser ineficaz e insuficiente. El Plan de Contingencia del Lote 8 no resiste los impredecibles y sucesivos derrames que se dan en la cuenca del Chambira. OEFA llega muy tarde y actúa en la ficción de un sistema de monitoreo ambiental serio e independiente.

La Defensoría del Pueblo ha logrado despertar la atención de las principales instituciones públicas sobre los problemas de la cuenca del Chambira.

Por ejemplo, el Viceministerio de Gestión Pedagógica del Ministerio de Educación concluye en la necesidad de “implementar un plan concertado multisectorial que permita atender con eficacia la situación de indefensión de la población indígena ubicada en la cuenca del río Chambira, que articule la participación de los tres niveles de gobierno, así como las instituciones públicas, privadas y sociedad civil; considerando como ejes transversales de intervención en salud, nutrición, educación y protección”.

El siguiente paso ha de alumbrar sobre la voluntad política y el compromiso del Estado de luchar contra la pobreza y la exclusión.

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Fuente: Blog Manguaré Milenario: http://irapay.blogspot.pe/2016/01/los-problemas-del-chambira.html
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