Servindi, 28 de marzo, 2021.- Un grave atentado se produjo el viernes 26 de marzo a las 10 de la mañana contra el local del Museo Ayavaca que desde hace treinta años recopila información, reúne vestigios arqueológicos y brinda información a los escolares y visitantes.
En el marco de un litigio judicial sobre mejor derecho de propiedad –aún no resuelto– Delmiro Berrú Calle ingresó al recinto del museo rompiendo una pared lateral colindante desde donde inició su labor de invasión y destrucción.
Museo Ayavaca: antes
Museo Ayavaca: después
Vitrinas con vidrios rotos, piezas arqueológicas destruidas y otros materiales informativos y de investigación yacen regados por el piso de las dos habitaciones que funcionaban como Museo Ayavaca dedicado a la cultura Ayawaka.
La acción de Delmiro Berrú –una persona que muestra signos de enriquecimiento repentino– ha sido avalada por la policía local, entidad que de forma irregular se ha rehusado registrar la denuncia.
El argumento que esgrime es que “no pueden sentar una denuncia por que el Juez ha dado orden de desalojo" y que “ellos no pueden contradecir ya que solo cumplían una orden del juzgado”.
Lo extraño es que la familia Tabra-Yahuana nunca recibió una notificación de desalojo por lo que presumen que hay una complicidad turbia de la policía en esta acción irregular y que ha sobrepasado todos los límites legales.
¿Sabrá el Ministro del Interior que la policía nacional se presta para avalar atropellos contra la propiedad y la cultura?.
Turbia asesoría legal
Algo que explique la virulencia y temeridad en el proceder de Delmiro Berrú Cabe se encuentre en la calidad de su abogado Alex Peña Castillo, quién recientemente fue sancionado por las rondas campesinas de Ayavaca por sus estrechoz vínculos con el Proyecto minero Río Blanco.
Alex Peña es descrito por los lugareños como una persona belicosa y agresiva. Recuerdan que cuando fue candidato a la alcaldía hace un par de décadas hacía disparos para amedrentar a quienes lo contradecían.
En las actuales circunstancias no habría tenido escrúpulos para recurrir a tinterilladas y alentar a su cliente Delmiro Berrú Calle a zurrarse en la legalidad y tomarse la justicia con sus manos.
Graves daños a la cultura y a la propiedad
La invasión aprovechó que los propietarios se encuentran desde el 15 de marzo de 2021 en la ciudad de Piura. Un inquilino –que pidió reservar su nombre– indica que durante la semana escuchó movimientos y ruidos extraños.
Si bien la acción se hizo pública el viernes 26 el horadar la pared del Museo y la sala es una acción que se estuvo haciendo desde días antes.
Efectivos policiales llegaron el viernes para resguardar el “orden” y consumar la agresión debido a la reacción de la gente frente al atropello, pero la acción se había iniciado mucho antes.
Imágenes captadas por los vecinos muestra que el invasor creó una división de madera y colocó separadores en medio de la sala y el Museo Ayavaca sin ninguna consideración ni respeto a la identidad cultural y a la propiedad, como vamos a pasar a detallar.
Acción no respeta el debido proceso
Mario Tabra Guerrero nos narra que la casa en litigio perteneció a sus bisabuelos Eleazar Alcedo Calle y Jesús Guerrero Carnero, quienes tuvieron cinco hijos: Jesús (su abuela), Beatriz, Angélica, Máximo y Francisco Alcedo Guerrero.
De estos cinco derechos Mario Tabra heredó el primero de su abuela Jesús Alcedo Guerrero, madre de su padre Emilio Raúl Tabra Alcedo.
La tía abuela Beatriz dejó mediante testamento los derechos a su padre Emilio Raúl nombrándolo albacea del testamento.
Posteriormente, Mario Tabra Guerrero compró los derechos de los herederos de sus tíos abuelos Angélica y Máximo.
El señor José Huachillo Huanca compra proindiviso los derechos de los hijos de su tío abuelo Francisco Alcedo Guerrero, mas no firma su esposa Jesús Saavedra Robledo viuda de Alcedo.
Ésta decide cambiar su derecho a esta casa por otros derechos que la familia tenía en otro domicilio en la misma ciudad de Ayavaca, y se los cede a Hilda Guerrero Timoteo viuda de Tabra, madre de Mario Tabra.
En resumen, a la fecha Mario Tabra Guerrero posee cuatro y medio derechos de la casa.
El origen del problema
Al fallecer el señor José Huachillo su esposa María Oralia Cevallos de Huachillo inscribe su parte de la propiedad en los registros públicos pero sin hacer la previa división y partición de la propiedad.
Aquí empieza el origen del problema. Enterados de ese acto ilícito Mario Tabra pidió se declare la nulidad de dicho acto jurídico, caso que aún está pendiente de resolución en la Corte Suprema.
En vez de enfrentar el caso –como correspondería–, la señora Oralia Cevallos vende este derecho a Delmiro Berrú Calle.
Muchos años después, Delmiro Berrú Calle presenta ante el mismo juzgado una demanda por derecho de mejor propiedad, ante la cual Mario Tabra interpuso un interdicto por existir una demanda previa.
Todo esto implica que mientras La Corte Suprema de Lima no dictamine una resolución no se puede actuar en la demanda de mejor derecho de propiedad.
Obviamente, la acción agresiva y prepotente realizada por Delmiro Berrú Calle con la asesoría de Alex Peña Castillo está fuera de la ley, no respeta el debido proceso, no ha sido notificada a las partes y ha causado daños a los derechos del pueblo de Ayavaca y al derecho de propiedad.
En conclusión, estamos ante un atropello sin nombre para lo cual se prestan autoridades y la policía de Ayavaca. La pregunta que surge es: ¿Quiénes alientan esta acción contra un defensor ambiental y cultural de Ayavaca?
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