Servindi, 29 de abril, 2016.- El antropólogo y experto en Amazonía Alberto Chirif pidió a las autoridades actuar de forma más enérgica ante las denuncias por deforestación, a propósito de un extenso artículo que publicó hace algunos días en el que revela la manera cómo opera el cuestionado Grupo Melka con la presunta complicidad del Estado.
El 28 de abril, en entrevista con Radio San Borja, Chirif señaló que dicho grupo empresarial desobedeció las prohibiciones del Ministerio de Agricultura para el caso de Tamshiyacu, poblado ubicado a solo una hora de la ciudad de Iquitos, en la región Loreto.
En esa zona opera Cacao del Perú Norte SAC, una de las 25 empresas que Dennis Melka, de nacionalidad checa y estadounidense, tiene registradas en el Perú, todas ellas dedicadas a actividades agroindustriales en la Amazonía: 17 de palma aceitera y 8 de cacao.
Pero la empresa no solo desobedece, sostuvo el antropólogo, sino que también engaña a los campesinos "al comprarles a cien soles cada hectárea".
Chirif recordó que a la fecha se han deforestado en Tamshiyacu más de dos mil 300 hectáreas de bosques. Esto se ha hecho sin Estudio de Impacto Ambiental ni resolución que autorice cambio de uso de tierras forestales ni autorización de desbosque, enfatizó.
El experto también se refirió a la prohibición que la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible le impuso a la empresa Plantaciones Pucallpa SAC, también del Grupo Melka, para que deje de deforestar en bosque primario y territorio ancestral en el distrito ucayalino de Nueva Requena.
"Vamos a ver si este señor (Melka) hace caso. Lo impresionante es la falta de autoridad que hay en el país. Cuando alguien, qué se yo, se roba un pan en la esquina a él lo pueden meter a la cárcel, pero cuando hay una persona poderosa que viene y se trae abajo en total 13 mil hectáreas (sumando lo deforestado por Melka en Loreto y Ucayali), parece que eso no lo consideran delito", aseveró.
En otro momento, Chirif no descartó que exista una complicidad entre funcionarios del Gobierno Regional de Loreto y la empresa.
"Yo creo que hay una complicidad, de hecho gente que estaba trabajando para el Gobierno Regional ahora está trabajando para la empresa; yo creo que es esa gente la que le dio el dato (a la empresa) de que podían ir a Tamshiyacu y presionar ahí a los campesinos para que vendan sus tierras e invadir a aquellos que no quieran vender", precisó.