Servindi, 10 de mayo, 2010.- La negociación entre el Perú y Brasil para la explotación energética fue rechazada desde un inicio por la sociedad civil debido a las supuestas desventajas que favorecían ampliamente a Brasil. Ante ello el el viceministro peruano de Energía y Minas, Daniel Cámac, anunció recientemente que el país sólo exportará a Brasil la energía eléctrica que quede como excedente.
Según el funcionario peruano las negociaciones para la interconexión eléctrica entre ambos países culminó y ahora este deberá ser aprobado por el Congreso brasileño y el Ejecutivo peruano para entrar en vigor.
Al aprobarse el documento, se estaría estableciendo finalmente el modo en que los dos países vecinos podrán comerciar con la energía eléctrica generada en sus territorios.
Cámac afircó que una cláusula establece las prioridades a la hora de destinar la energía peruana: primero al servicio público local (mercado regulado), luego al mercado libre local (como empresas mineras) y por último el mercado brasileño.
"El acuerdo con Brasil nos va a permitir la construcción de grandes centrales hidroeléctricas para abastecer el requerimiento interno y luego la venta de excedentes al mercado brasileño", aseguró Cámac.
Ante esta situación, diversas organizaciones de la sociedad civil alzaron su voz de protesta debido a que consideran que las centrales hidroeléctricas planeadas vulnerarán el territorio y los pueblos amazónicos. Además, cuestionan la distribución de la energía que será generada en Perú.