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Panamá: Iglesia indÃgena Mama Tata cuestiona invasión de transnacionales

Por Juan Limache

Argenpress, 19 marzo 2008.- Los indígenas panameños de la etnia Gnobe Bugle preservan su cultura y la integridad de sus tierras, agrupándose en torno a la Iglesia Mama Tata, instituida por la 'profeta' nativa Adelia Atencio, hace 46 años.

Goiget Miranda, uno de los representantes de esta organización, manifestó que gracias a sus tradiciones religiosas se han organizado para defender sus tierras de la voracidad de las transnacionales que pretenden quitarles sus tierras para construir hidroeléctricas y proyectos mineros.

Los Gnobe ocupan 6.968 kilómetros cuadrados ricos en reservas forestales, recursos hídricos, tierras cultivables y atractivos turísticos, que se han convertido en atracciones para inversionistas de proyectos energéticos, tanto de Estados Unidos, Canadá como España.

"Nos preocupan los proyectos de minería y la construcción de hidroeléctricas que en los últimos dos años ha representado muerte para nuestro pueblo", dijo haciendo un alto en una protesta de ambientalistas en el Parque Catedral, a pocos metros del palacio de gobierno.

Gracias a la labor proselitista y evangelizadora de Mama Tata, los miembros de esta Iglesia indígena crecieron hasta convertirse en un movimiento que abarca la vida económica, social y educativa de este grupo étnico panameño de 161.000 habitantes.

Haciendo un alto en su protesta, Miranda enseñó su libro sagrado, escrito en jeroglíficos indígenas, donde la fundadora de Mama Tata profetiza la pérdida de sus tierras y el desequilibrio ecológico por culpa de la deforestación.

"Ella anunció hace 46 años que nuestras tierras serían arrebatadas por los extranjeros, que llegarían a usurpar nuestras tierras para talar nuestros bosques, contaminar los ríos y traer epidemias, muerte y pobreza", dijo.

Actualmente, la comarca Gnobe enfrenta altos niveles de pobreza, y sus tierras se encuentran en disputa por empresas norteamericanas y canadienses que pretenden construir hidroeléctricas y un centro minero para la extracción de oro.

El proyecto minero que más ha avanzado se encuentra entre las provincias de Cocle y Colón, en la costa atlántica, donde el Grupo Petaquilla, de capital canadiense y estadounidense, desarrolla un complejo aurífero con una inversión de 300 millones de dólares y el desalojo de una veintena de comunidades indígenas.

"Estas amenazas a la vida de nuestro pueblo ya estaban profetizadas, y ahora enfrentamos el desalojo de nuestras comunidades, la contaminación de los recursos hídricos con cianuro y la aparición de enfermedades gastrointestinales", denunció.

Frente a este panorama, la Iglesia Mama Tata llevó a cabo del 31 de febrero al 3 de marzo de este año una conferencia nacional a la que asistieron cerca de 5.000 miembros, para tratar sobre el futuro de sus tierras y su propia existencia.

"Haciendo nuestros rituales, como nos enseñó Atencio, combinamos las tradiciones míticas de nuestros ancestros, ceremonias de respeto a la tierra, al río, a los árboles y a todos los seres vivos, buscando la armonía entre los individuos y el cosmos", detalló.

La profeta, quien murió en 1964, dejó un legado cultural que ahora las nuevas generaciones de Gnobes vienen plasmando en un alfabeto con base en jeroglíficos, lo que se convertirá en la base de su escritura.

Según Miranda, la fundadora de Mama Tata elaboró, además, un manual con escrituras en forma de jeroglíficos, a partir del cual han desarrollado una escritura nacional Gnobe, que influye no sólo en su vida religiosa sino también en otros aspectos de sus existencias.

"Nuestro libro sagrado está conformado por 145 capítulos que versan sobre asuntos de la vida cotidiana, temas sociales, ética, valores, asuntos de familia, economía doméstica y cómo aplicar la justicia, entre otros puntos", expresó.

El líder índígena aclaró que Mama Tata es una Iglesia nacida en sus tierras y, a diferencia de la Iglesia católica, no ha sido traída para imponerla a sangre y fuego, como hizo El Vaticano hace 500 años.

"Ha sido un trabajo arduo, durante el cual nuestro pueblo ha venido madurando sobre su existencia y rescatando su pasado histórico, que ahora podemos guardar gracias a nuestra escritura", puntualizó.

Los Gnobe viven cerca de la frontera con Costa Rica, y son los habitantes autóctonos más numerosos de este país, seguidos de los kunas, ubicados en el archipiélago caribeño de San Blas, y los emberá, que pueblan la zona limítrofe con Colombia.

Tanto los kunas como los emberás enfrentan litigios por la defensa de sus tierras y comarcas, que pese a ser reconocidas por la Constitución panameña, numerosas veces han sido violadas para favorecer a empresas inversionistas que desarrollan proyectos.

Fuente: Argenpress

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