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Terra - EFE.- La tribu de los "batek", de los que quedan menos de mil individuos, sobrevive como cazadores y recolectores nómadas en la selva virgen de Malasia gracias, paradójicamente, a un fenómeno tan moderno como el turismo de masas.
Los "batek", que forman parte a su vez de la etnia de los "orang asli" (pueblo original, en malayo), vieron limitado su hábitat a los más de 4.000 kilómetros cuadrados de Taman Negara (parque natural) por las plantaciones de palma y las actividades agrícolas y ganaderas.
Cada aÅ„o, entre 80.000 y 100.000 turistas visitan Taman Negara para practicar senderismo, realizar excursiones nocturnas para la observación de animales, avistar aves exóticas y, además, visitar un genuino poblado "batek".
La visita consiste en asistir a una demostración de cómo consiguen crear fuego a partir de un leÅ„o que frotan con una liana, el tiro con cerbatana y una vuelta por el poblado.
El fuego tiene gran importancia, ya que es esencial para cocinar o mantener a los animales de la selva alejados.
Los "orang asli", que comprenden a los aborígenes de la península de Malasia que poblaron estas tierras antes de la llegada de los malayos, suponen menos del uno por ciento de la sociedad malasia y la mayor parte vive integrada en la vida moderna.
Los "batek" son de las pocas tribus que se han resistido a los cantos de sirena de la modernidad y continúan en poblados nómadas, donde lo moderno no acaba de erradicar sus milenarias tradiciones.
En medio de objetos tribales, destacan la manguera que los suministra agua potable, los mecheros, las camisetas y gorras colgadas del tendero, utensilios que compran en el mercado y alguna radio furtiva.
En los asentamientos viven entre diez y quince familias que habitan chozas construidas con caÅ„as de bambú, hojas y algún plástico para impermeabilizarlas de la lluvia.
Los hombres visten "sarong" o falda masculina que, a veces, acompaÅ„an con una camiseta, si bien cada vez más se decantan por ropas más modernos pantalones y camisetas, mientras que las mujeres se cubren con una tela que a veces deja descubierto sus pechos.
"Yo, como jefe de la tribu, me encargo de representar a los habitantes de mi poblado cuando los jefes del Gobierno de Kuala Lumpur vienen a hablar con nosotros, también velo por su seguridad y ellos vienen a mi para que resuelva sus problemas", indicó a Efe en un inglés algo roto el 'batin' o jefe del poblado, Kumbang, de 43 aÅ„os.
Elegido responsable del poblado hace un aÅ„o de manera vitalicia, Kumbang expresó con orgullo sus deberes para con su pueblo, pero no parecía muy interesado en entrar en detalles sobre su nuevo papel como atracción turística.
Kumbang, el único que puede hablar algo en inglés de su poblado, afirmó que puede casarse con las mujeres que quiera, pero que por ahora sólo se ha interesado por la que es su esposa.
Aunque preservan sus creencias animistas y su forma nómada de vida, estos aborígenes se han visto influenciados por la civilización que los rodea.
Así, Mike, guía turístico de 27 aÅ„os, aseguró que los 'batek' utilizan el dinero que reciben de los turistas para adquirir comida, tabaco y mecheros en los mercados de Kuala Tahan y Kampung Tembeling, cerca del parque.
"Sin embargo, ellos prefieren seguir viviendo en la jungla con sus costumbres, recolectando plantas como alimento o medicina y cazando de vez en cuando animales, ya que son los únicos a los que se permite hacerlo en el parque", acotó Mike.
AÅ„adió que a veces acuden al hospital, cuando tienen enfermedades graves, pero que no se adaptaron a la escuela que las autoridades construyeron para ellos y los niÅ„os sólo atendieron durante una semana a las clases.
Fuente: Terra Actualidad - EFE
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