Perú: Ni una gota más, por Elvira RÃmac

Hace mucho tiempo el jefe de esta tierra (Cerro de Pasco), era el Cacique Patar y él un día soñó que la riqueza de su pueblo iba a ser su desgracia. Entonces triste lloró día y noche. Tanto lloró que sus lágrimas formaron dos lagunas y en ellas se oculta hasta ahora. Alejandro Padilla; Las aventuras de Lamparita y sus amigos.

Las lagunas de Patar o Patarcocha, llamadas cariñosamente por los pobladores como los ojos de Cerro de Pasco, han sido protagonistas de mitos e historias, que en la actualidad no son más que un recuerdo que se extingue con los años.

Ambas fueron utilizadas, en pro del desarrollo, por la Empresa Minera Centromin Perú Unidad Operativa Cerro de Pasco. En el año 1979 Centromin secó una de las lagunas, cuyas aguas se filtraban al interior de los socavones mineros. En una nota informativa de ese año, la empresa argumentó: Para el grueso de los cerreños, el desagüe de la laguna Patarcocha permitirá a Cerro de Pasco contar, en un tiempo no muy lejano, con un moderno, amplio y acogedor barrio que servirá de distracción a los que en la actualidad viven en la periferia de la ciudad o en las faldas de los cerros que circundan a la ciudad capital.

Todo quedó en simples promesas, luego que Centromin Perú Unidad Cerro de Pasco pasara en el año 1999 a manos de la Compañía Minera Volcan S.A.A., sobre todo, cuando hasta la fecha observamos el hacinamiento de viviendas que no cuentan con servicios de agua ni desagüe. Igual o peor suerte corre el otro ojo de la laguna, que sirve como colector de desagüe proveniente de asentamientos humanos y pueblos jóvenes de la zona.

Caso Jarria: Ni una gota más

La empresa minera Vinchos (unidad operativa de la empresa Volcan) firmó en el 2004 un convenio con la comunidad campesina de la Merced de Jarria, donde se comprometió a: No contaminar la laguna de Mancancoto, no limitar el abastecimiento de agua para la comunidad de Jarria y optimizar el uso de la laguna. Pero, a fines del mes de diciembre del 2006, la negligencia de la empresa produjo que el botadero de relave ubicado en la parte superior de la laguna se desembalse ocasionando un severo daño ambiental.

En protesta los pobladores tomaron las instalaciones de la referida empresa, tornándose un ambiente de zozobra y violencia. Ante esta situación, la Presidencia de Consejo de Ministros (PCM) y el Ministerio de Energía y Minas (MEM), intervinieron tratando de buscar alguna solución. Por varias horas se debatió con los comuneros de la zona temas laborales y de responsabilidad social dejando de lado el tema de fondo que tiene que ver con el medio ambiente. Por su parte el jefe de Relaciones Comunitarias de la empresa Volcan, Luis Pariona, indicó que se indemnizaría a la comunidad siempre y cuando presenten un estudio de contaminación ambiental que indique el grado de afectación. Durante la sesión un indignado comunero, sentenció, que no dejarían que la empresa, vierta ni una gota más al botadero de relave, ni utilice agua para sus labores mineras.

Son más de ocho empresas mineras que se ubican estratégicamente en cuencas o ríos en Cerro de Pasco, facilitando sus labores de extracción minera. Según el catastro rural, en la zona se encuentran registradas 43 comunidades campesinas, donde más de la mitad, sufre las consecuencias directa o indirecta de la actividad minera.

Lo que sucede en Cerro de Pasco no es una historia aislada, ésta se repite a lo largo de toda la región, donde surge la minería nacen las promesas de desarrollo y respeto al medio ambiente, pero también los conflictos sociales sobre todo por el agua.

Fuente: Boletín producido por Red Verde Perú y auspiciado por Noticias Aliadas