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Perú: La escuela indÃgena del 'Qhapaq Ñan': ¿Imaninantataq Sumaq Kausay?*, por Javier Lajo

En su propuesta del 2 de octubre del 2006, el hermano Evo Morales, Presidente de todos los indígenas del continente, hablando sobre el Sumaq Kausay, dice: Construyamos una verdadera comunidad de naciones sudamericana para vivir bien; y luego define: Vivir bien, es pensar no sólo en términos de ingreso per-cápita sino de identidad cultural, de comunidad, de armonía entre nosotros y con nuestra madre tierra. Y en otra parte remacha: Nosotros -los indígenas- no creemos en la línea del progreso y el desarrollo ilimitado a costa del Otro y de la naturaleza... tenemos que complementarnos... Debemos compartir. Esto para muchos que subestiman la grandeza y potencia de nuestra cultura andina puede parecer..., ¿Poesía indígena?, ¿Romanticismo?, ¿Buenos deseos?...

Veamos ahora brevemente la estructura filosófica que explica y da coherencia al Sumak Kausay o Allin Kausay. Es parte principal de la antigua escuela del Qhapaq Kuna y su pedagogía práctica del Qhapaq Ñan o Camino de los Justos.

Es cierto que antiguamente en la confederación del Tawantinsuyu no existió una institución educativa institucionalizada o escuela andina separada de las otras instituciones sociales, similar a la que existe hoy en occidente, en donde al niño se le separa de las actividades productivas-económicas, pero también domesticas, para fundamentalmente enseñarle la lecto-escritura y que así pueda acceder a la cultura de los libros y pueda avanzar individualmente en el aprendizaje de la cultura y la ciencia.

En la cultura occidental la división social del trabajo tiene un corte fundamental entre el trabajador manual y el trabajador intelectual, y esto determina un tanto el super-elitismo de los intelectuales y la suerte de los niños en su forma y estilo de educarse en la escuela como institución aparte. En todas las culturas esto no ha sido igual, sociedades como la Inka, Maya o Azteca, han sabido manejar la creación, acopio, sistematización, almacenamiento y transmisión de la sabiduría y el conocimiento, según sus propias y particulares formas de dividir el trabajo social. Pero este es otro tema, aquí solo queríamos precisar que en nuestra cultura andina la forma de educar a nuestros niños ha sido (y sigue siendo de alguna manera) un tanto diferente en dos sentidos: El primero es que los educandos aquí se acercan mas a la sociedad productiva-reproductiva, en vez de alejarse en una institución educativa aparte, y el segundo es que los educandos al no estar divididos entre manuales e intelectuales, no entran en una dinámica elitizante y de privilegio, o por lo menos la formación de categorías o jerarquías entre los educandos es de otro tipo muy diferente a la creación de aristocracias intelectuales.

Ahora solo vamos a referir algunos principios de nuestra sabiduría educativa (1) y dejaremos para futuros artículos el tema de la tecnología educativa o sistema del Qhapaq Ñan y su estructura pedagógica milenaria que nos enseña los secretos de la Pachamama o madre natura a través del principio de la vincularidad (2).

Hace ya varios años, el hermano quichwa del Ecuador, Luis Viteri Gualinga, desde las oficinas del BID, transmitía un documento titulado Visión Indígena del Desarrollo, en donde cuestionaba el concepto de desarrollo, no solo como inútil para la cosmovisión indígena, sino altamente peligroso. Visto bajo los cristales indígenas, el desarrollo capitalista, por sus vínculos con los principios ambiciosos y angurrientos del lucro y la ganancia, puede matar la vida sobre el planeta. Y eso es lo que esta pasando. Entonces no solamente es altamente peligroso para los indígenas, sino que por eso mismo los conceptos de desarrollo y progreso combinados con lucro, ganancia, especulación financiera, operaciones offshore, y otros conceptos de la economía moderna, tienen significados de veras perversos para toda la humanidad. Pero, ¿ Alguien podrá parar y ponerle fin a esta senda apocalíptica?.

El Allin Kausay, que está compuesto por los términos: Allin, que es buenísimo, magnifico, esplendido y el Kausay, que es vida o mejor aun existencia; se pude traducir primariamente como: espléndida existencia. Viteri Gualinga dice que ... por la diversidad de elementos a los que están condicionadas las acciones humanas que propician el sumak kausai, como son el conocimiento, los códigos de conducta éticas y espirituales en la relación con el entorno, los valores humanos, la visión de futuro... Visto así, constituye una categoría en permanente construcción.

El Allin Kausay, esplendida existencia o vivir bien, es un principio importante de la disciplina o modo de vida andino-amazónico, que se inicia con el Allin Ruay, o el hacer bien las cosas, es decir, hacerlas realmente y para esto se precisa que cada cosa surja o devenga de un equilibrio de pares proporcionales, que es como se comprende el orden natural en la sociedad indígena. La oposición complementaria y proporcional o Yanan-Tinkuy entre las paridades, por ejemplo del calor-frío, la luz-oscuridad, lo alcalino-ácido, lo masculino-femenino, etc, es lo que produce el existir real de las cosas en movimiento, como la vida, el buen clima, la paz, la armonía, el trabajo, etc.; en cambio también puede surgir la des-proporción o desequilibrio de los pares y este es un deterioro del Allin Kausay que es lo que crea situaciones anómalas, pero no por eso malas, las enfermedades, las tempestades, el dolor, el desempleo, etc, es decir todo lo que nos hace sufrir. El ser humano comprendiendo este comportamiento del medio natural, propicia entonces el llamado equilibrio hampi que es el arte de saber encontrar el justo medio según el momento y la circunstancia, en este complejo juego o trama de fuerzas pares que predeterminan cualquier situación del kausay o existir. No esta demás señalar que en este hacer bien las cosas, el punto medio entre los pares de fuerzas no es lo mismo que el justo medio, aquí en las culturas indígenas, debe haber un equilibrio entre los criterios cuantitativos, pero también cualitativos, que es lo que diferencia a la lógica indígena de la occidental que es una lógica prioritariamente cuantitativa, lo cual deviene de su paradigma de origen en la unidad y no en la paridad que es el paradigma indígena. Así el criterio de verdad no se da por dogmas idealistas como es la costumbre del occidente, pero menos por la simple práctica, sino por la búsqueda y el encuentro del equilibrio hampi.

El Ñan o Camino, o búsqueda del criterio de verdad en la cultura indígena de los andes, es simbolizada por una diagonal, en runa simi o quechua se dice Chekkalluwa, cuya traducción literal es línea de la verdad, por eso mismo el Qhapaq Ñan o Camino de los Justos, esta construido sobre una recta diagonal que traza un ángulo de 45° del eje norte-sur y que cubre gran parte del hemisferio, recta encima de la cual están construidos nuestros principales templos milenarios, teniendo como centro la ciudad sagrada de Tiwanaku. Pero el Allin Ruay, o hacer bien solo cubre uno de los tres Pachas de la cosmovisión Inka: el del Kay Pacha o mundo de aquí y de ahora. Y es que el Kay Pacha también es producto del equilibrio del par fundamental o Hanan Pacha-Uku Pacha, que son dos mundos en movimiento sucesivo y permanente contractivo-expansivo, dinámica que los Mayas conocían como el estado Ollin. Esta dinámica Ollín o Yanan-Tinkuy (en Quechua), es la que construye el aquí y el ahora. Para simplificar diremos que el presente es producto del equilibrio o encuentro entre el pasado y el futuro o lo que es casi lo mismo entre el Hanan Pacha y el Uku Pacha, ambos también identificados con los principios del Allin Yachay o pensar bien y el Allin Munay o sentir bien, respectivamente.

De esta forma el equilibrio pleno para el Allin Káusay es producto del justo medio entre el sentir y el pensar y en donde el criterio de verdad (o Chekka) es la conciencia plena del momento y la circunstancia del Allin Káusay o esplendida existencia como buen producto del sentir y pensar equilibrados o complementariamente proporcionales. Esta es la filosofía simple de nuestra cultura andina, mas difícil es practicarla, pero no es tanto cuando se aprende desde niño, a no dar un solo paso en falso.

La cultura occidental ha privilegiado el pensar desde sus orígenes en la Grecia antigua, por eso los Inkas cuando llegan los españoles los señalan como yachayniyoq, y no se equivocaron pues hasta hoy los occidentales no dejan de usar el logos' y la epistheme, la razón y la ciencia como sus principales armas y virtudes. Pero han descuidado mucho su parte afectiva, sus sentimientos, su corazón. Para eso sirve el Allin Munay, principio Inka que señala que para vivir espléndidamente se debe querer bien, amar fuerte, saber sentir al cosmos, a la comunidad, a los semejantes y al medio circundante, a la madre natura, a la Pachamama. Imaginemos las limitaciones de un empresario capitalista, un ejecutivo gerente tratando de recordar y llevar a la práctica su curso de inteligencia emocional, de sentir su responsabilidad social para con la comunidad o su responsabilidad ecológica para con la naturaleza... sensiblerías arcaicas, diría: estas debilidades emotivas pueden debilitar mis cuentas bancarias... O peor, imaginemos a los curas desde el pulpito clamando por caridad con los trabajadores y empleados de las empresas, o clemencia para los ríos y lagos contaminados..

Estos principios Inkas del Allin Munay o querer bien, sentir bien; el Allin Yachay o pensar bien, saber bien y finalmente el Allin Ruay o hacer bien, son pues los tres pilares sobre los que se construye el Allin Káusay o Sumac Káusay, término este último que tiene una connotación estética pues Sumac es una adjetivo que califica lo hermoso, lo bello, pero que en las culturas indígenas suele coincidir con el Allin que es lo bueno, lo espléndido, lo excelente. Así los principios éticos, en nuestro Orden Andino coinciden plenamente con lo estético.

Desgraciadamente la cultura occidental ha privilegiado excesivamente el pensar en sus disciplinas de conocimiento y de vida, esto como producto de su filosofía monomaniaca, que deviene de su mito de origen neoplatónico, que es la unidad creadora, toda su ciencia y por ende su tecnología esta condicionada al principio de que ciencia es medir, calculan todo bajo su medida única que es La Razón o El logos de su existencia, más allá de su medida allanan cualquier otra cualidad trascendente y tienen su máxima en el cogito ergo sum, el pienso luego existo de Descartes, pensador que representa la entronización de las matemáticas en el subjetivismo o individualismo científico y con ello la potenciación del llamado plan baconiano del saber es poder, que significa la separación total y el dominio del sujeto sobre el objeto, que es uno de los pilares de la modernidad, en donde el homo occidentalis (valga el neologismo) quiere dominar a la naturaleza -y mas aun, a la realidad- a través del Saber pretendiendo conocer absolutamente sus características para manipularlas a través de la invención de leyes. Imaginan a la Pachamama como una gran máquina, capaz de poderse manipular y explotar sin medida ni contemplación. Esto es, sin duda alguna, lo que ha ocasionado la ruptura de los vínculos de la civilización occidental con la Pachamama.

Bajo estos conceptos se mueven, pues, los mecanismos del desarrollo y el progreso de occidente en los territorios indígenas que constituyen todo el continente americano o nuevo mundo y muchos otros territorios del planeta, por esto es que son principios sumamente peligrosos no solo para los indígenas, sino para el resto de la humanidad. Presentamos estas objeciones desde nuestras culturas indígenas porque pueden servir para recuperar el equilibrio hampi del planeta, pues los indígenas creemos que ya no se trata solamente de salvar nuestras culturas y nuestros pueblos de la postergación y exclusión a la que nos han sometido por mas de cinco siglos, sino de aportar a la solución de problemas planetarios como la pobreza endémica, las guerras, el calentamiento y la inestabilidad global del clima, fenómenos humanos y naturales que ya han matado a muchos miles y que amenazará, muy pronto la existencia misma del planeta. Y no será la primera vez que esto pueda suceder por la vocación suicida de alguna cultura desequilibrada.

(*) ¿Imaninantataq Sumaq Kausay?, interrogación en quechua que dice: ¿Qué significa pues, el vivir bien?.

Notas:

1) La palabra filosofía educativa no la usaremos porque es disfuncional a nuestra cultura, en otra parte explicaremos esto.

2) Ver: Javier Lajo: Qhapaq Ñan, la ruta Inka de sabiduría, Edit. Amaro Runa-CENES, Lima 2005.

Fuente: Argenpress, Prensa Argentina para todo el mundo, http://www.argenpres.info/nota.asp?num=039162 

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PROLEGÓMENOS A LA CULTURA RUNA

"El problema del indio de hoy, es que sigue concibiendo y profesando credos ajenos, no confÃa en su propia sangre, duda de sus propias capacidades, duda de su lengua. Pareciera que las secuelas de la colonización han quedado impregnadas más en la mente que en la sangre. Necesitamos sacudirnos de estos bretes internos, para liberarnos en pensamiento y acción"

La cultura, entendida como el conjunto de conocimientos y maneras de vida que toman los pueblos, las familias o las personas dentro de un territorio y su propia cosmovisión, hacen que sean distintas unas de otras. Esta diversidad de filosofar y desfilosofar; sobre, el entorno y el universo, promueven que las culturas convivan, supervivan y encuentren puntos a veces coincidentes, a veces contradictorios hasta diametralmente opuestos dentro del equilibrio natural de la vida social que se encapricha en el tiempo.

En una de estas perspectivas, la cultura «RUNA» vive y se desarrolla enmarcada; como, una de las diversidades de la cultura universal que cohabita en su lecho, con el valor, la ética, la conciencia dual, pluralista y sostenible hasta el momento; pero ello es totalmente adversa a la concepción y a las aspiraciones urbano-centralistas y hasta, hiper-centralistas. Su visión y su actuar, no sólo es incomprendido, más bien es juzgado, hasta considerado como obstáculo para «el Desarrollo del paÃs» y obviamente inaceptable en nuestra concepción. Entonces está claro, que, es momento que los indiostengan la oportunidad no sólo de buscar espacios o de mendigar comprensiones, sino, de protagonizar iniciativas propias y acciones convenidas que permitan reconquistar nuestra autoestima colectiva como pueblos y como individuos inherentes y cobijados en una lengua dulce, expresiva, aglutinante y adecuada a nuestras esperanzas sociales.

Se agradece a los peruanos que pensaron y piensan en la sangre india o runa, que actuaron y actúan en nombre de millones que andan confundidos con los Apus, los Awkis y la Pachamama; empero, nos falta «re-auto-descubrirnos» como raza en el tiempo y en el espacio actual circundante; hoy, es nuestra obligación moral para auto-reafirmarnos, auto-impulsarnos y fortalecer nuestro legado histórico; no, para petrificar o fosilizarlo, mas bien para dinamizar y reivindicarla ante el mundo, rehaciendo, perfilando y puliendo nuestra cultura en la contemporaneidad universal, apoyados en la gran experiencia cientÃfica y cultural de nuestros ancestros que se tiene de sur a norte, de este a oeste, momentáneamente enterrada; es hora del «AYARACHIY», es hora de exhumar espiritualmente a los «Ñawpaq kawsaqkuna» (seres ancestrales), para que oxigenen y revitalicen nuestra sangre y nuestro pensamiento.

No es para nosotros favorable la manera de existir o coexistir, imitando concepciones occidentales de economÃa, traducidos solamente en lo monetario y no en la productividad integral y solidaria del ser humano; necesitamos creer en nuestras propias capacidades y confiarnos entre nosotros los indios, lejos de seguir creyendo y obedeciendo al poder externo como lo venimos haciendo hoy. Nos empecinamos en aquello que muchos prefieren resumir en el concepto de que la única forma de subsistir en el mercado globalizado es siendo «competitivos», con esta aseveración sencillamente ya por inanición estarÃamos fuera de ello, porque ¿Quién pone las reglas de juego en la Globalización?, por ejemplo el ALCA; a pesar de que muchos prefieren aceptar que ya somos «globalizados». Creo, mas que globalizados somos las albúminas que servimos para cebar las economÃas de algunas culturas que dicen ser «Desarrolladas», que pregonan el humanismo; sin embargo, sus prácticas son contrarias y para ello nos quieren concienciar diciendo que absolutamente todos, estamos en esta «oportunidad horizontal de la globalización». Creemos que para participar dignamente de las oportunidades de la globalización, tenemos que empezar a auto-reafirmarnos en nuestra identidad, en nuestras formas productivo-recreativas y en la autodeterminación de nuestras aspiraciones que generen espacios interculturales retributivos, en la que las fortalezas del globo terrestre no se expresen en culturas superiores e inferiores, en culturas desarrolladas y en culturas embrionarias u otro similar; sino, que el paÃs y el mundo entiendan que sólo existen culturas diferentes, que tienen formas distintas de interactuar en el contexto. Entonces, demandamos una relación simétrica y equitativa.

Definitivamente, para este fin lo único que tenemos en las manos es nuestra potencialidad histórica y estas potencialidades tienen que ser desarrolladas de manera creativa; no solo para integrarnos sino, para actuar protagónicamente dentro de ello, sin caer en el «oportunismo»; pensar, en el eterno orgullo de nuestro pasado, serÃa como haber muerto en carne y alma o darÃa a entender que los herederos de la cultura milenaria nos hemos quedado en el conformismo, añorando nuestro pasado. El indio de hoy debe ser el Awki (espÃritu) viviente del presente siglo, que se alimenta de su historia; para, mirar firmemente el futuro adverso y con firmeza convertirlo en prominente y coherente la visión cultural india, labrada en roca firme que perdure en el tiempo, construyendo y reconstruyendo inquebrantablemente con las generaciones venideras de acuerdo a los contextos, sin perder la raÃz de nuestro árbol genealógico, con una identidad ideológica y cultural. Por ello, pueden cambiar, hasta variar el ritmo, la vestimenta de nuestras danzas, como del Wayliya, el Wiphala, el Anti, etcétera; empero, lo que debe quedar es el espÃritu, el alma, la mentalidad mágica de la persona, del danzante, del músico y del ayllu que convive, disfruta y comparte en su realidad con la naturaleza.

Invoco a las organizaciones campesinas e indÃgenas del paÃs, a luchar por un movimiento cultural de unidad indÃgena. ¡¡Multipliquémonos para sumarnos; no, para dividirnos!!.

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