Servindi, 3 de abril, 2009.- Hoy se conmemora la creación de la Zona Reservada Güeppí: área de extraordinario valor cultural y refugio de biodiversidad entregada en concesión para explotar el lote 117 de hidrocarburos.
Esta decisión ha generado la oposición de los pueblos y comunidades indígenas kichwas, secoyas y boras que han vivido desde tiempos inmemoriales en armonía con esta zona, sin depredarla.
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La Zona Reservada Güeppí, un paraje extraordinariamente rico en flora y fauna, se ubica en el extremo norte de la amazonía peruana. En el mapa del Perú aparece como una cuña entre Ecuador y Colombia.
La reserva se halla en la provincia de Maynas, región Loreto y fue declarada como tal el 3 de abril de 1997 mediante el Decreto Supremo 003-97 expedido por el Ministerio de Agricultura.
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La Zona Reservada Güeppí es una de las reservas más importantes del Perú desde el punto de vista ecológico ya que alberga poblaciones no perturbadas de flora y fauna silvestre, representativas de la Selva Baja o "Bosque muy Húmedo Tropical".
Estudios científicos sostienen que Güeppí forma parte del denominado "Refugio del Pleistoceno Napo-Putumayo", un centro endémico que alberga y concentra una gran riqueza de especies biológicas.
Entre los objetivos de conservación están la diversidad biológica y los paisajes conformados por una compleja red de cuerpos denominados "aguas negras". Se trata de lagos y quebradas caracterizados por sus formaciones de vegetación acuática flotante y herbácea pantanosa.
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Güeppí alberga especies de flora y fauna en situación vulnerable o en vías de extinción, como el otorongo, el lobo de río, el caimán, el manatí, el bufeo colorado, el bufeo gris y el lagarto negro.
Esta área protegida es privilegiada para la investigación científica, ya que presenta una gran diversidad de formas de vida. Al mismo tiempo, se han encontrado restos arqueológicos de culturas prehispánicas que ofrecen información valiosa sobre la ocupación humana de la zona.
La Zona Reservada de Güeppí está destinada a promover el turismo, la recreación y otras actividades para la conservación y el manejo sostenible de los recursos, involucrando tanto a las poblaciones colonas como nativas de la región.
Por todas estas consideraciones los pueblos indígenas consideran que el gobierno central tiene que reevaluar su concesión sobre el lote 117 porque se superpone no solo a la propuesta de Parque Nacional Güeppí sino también a las propuestas de reserva comunal: Airo Pai, del Pueblo Secoya, y HUIMEKI, de los pueblos Huitoto, mestizos y Kichwa.
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El lote 117 concesionado a Petrobras de Brasil no solo afecta al proyectado Parque Nacional Güeppí sino también a los territorios de más de 10 mil indígenas de 110 comunidades nativas.
Una vez más son las organizaciones de los pueblos indígenas las que surgen en defensa de la vida y la biodiversidad de los bosques tropicales y exigen no solo el respeto a sus derechos colectivos como pueblos indígenas sino también una política coherente de conservación al gobierno peruano.
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