Enlace permanente Enviado por Manuel Cuentas ... (no verificado) el Vie, 07/17/2015 - 16:44
En efecto, a todos los que conocemos la realidad de los pueblos indígenas en situación de aislamiento y contacto inicial que habitan en diferentes zonas de la Amazonia peruana nos ha sorprendido la decisión del Ministerio de Cultura de iniciar un contacto “controlado” con los Mashco Piro del departamento peruano de Madre de Dios pese a la vigencia de normas y directrices que establecen una serie de principios que buscan garantizar el respeto al derecho a la vida e integridad física y cultural, a la libre autodeterminación y al no contacto, así como la protección de los territorios y recursos naturales que son ocupados y aprovechados sosteniblemente por estos pueblos. Sin embargo cabe preguntarse ¿será correcto y oportuno centrar nuestra preocupación sólo para establecer si con este contacto “controlado” el Ministerio de Cultura ha transgredido o no el principio de NO CONTACTO?. Personalmente considero que nuestra mayor preocupación debería estar orientada a proponer y consensuar estrategias y acciones concretas que permitan afrontar con serenidad las múltiples situaciones que se vienen generando por la reiterada y frecuente aparición de estos hermanos indígenas. Soy consciente de que las normas se ponen vigencia para cumplirlos y hacerlos cumplir, sin embargo soy un convencido de que éstas no pueden permanecer inalterables por siempre, al contrario y deben ser objeto de revisión cuando la realidad y las condiciones cambian.
En efecto, a todos los que conocemos la realidad de los pueblos indígenas en situación de aislamiento y contacto inicial que habitan en diferentes zonas de la Amazonia peruana nos ha sorprendido la decisión del Ministerio de Cultura de iniciar un contacto “controlado” con los Mashco Piro del departamento peruano de Madre de Dios pese a la vigencia de normas y directrices que establecen una serie de principios que buscan garantizar el respeto al derecho a la vida e integridad física y cultural, a la libre autodeterminación y al no contacto, así como la protección de los territorios y recursos naturales que son ocupados y aprovechados sosteniblemente por estos pueblos. Sin embargo cabe preguntarse ¿será correcto y oportuno centrar nuestra preocupación sólo para establecer si con este contacto “controlado” el Ministerio de Cultura ha transgredido o no el principio de NO CONTACTO?. Personalmente considero que nuestra mayor preocupación debería estar orientada a proponer y consensuar estrategias y acciones concretas que permitan afrontar con serenidad las múltiples situaciones que se vienen generando por la reiterada y frecuente aparición de estos hermanos indígenas. Soy consciente de que las normas se ponen vigencia para cumplirlos y hacerlos cumplir, sin embargo soy un convencido de que éstas no pueden permanecer inalterables por siempre, al contrario y deben ser objeto de revisión cuando la realidad y las condiciones cambian.