Enlace permanente Enviado por Donaldo Pinedo (no verificado) el Lun, 10/27/2014 - 10:50
Me parece que la meta de la titulación de las comunidades nativas (individual, comunal, territorial) no tiene que ver con el rechazo a las empresas mineras y de hidrocarburos, ni con la defensa del territorio en sí mismo, ni con la continuidad de la tradición y la identidad. Estos son elementos discursivos muy comunes, pero escasamente reales.
Me parece que la meta de las comunidades es tener el control absoluto de los recursos naturales que poseen sus territorios, beneficiarse de ellos a través de la gestión autónoma o la cesión a terceros (incluidos empresas extractivas, colonos, madereros, etc.). Me parece que la razón es conseguir beneficios directos (no como el canon, que no llega), justos, equitativos y sostenibles que provienen del boom extractivo.
Desde luego, en este escenario, la titulación del territorio indígena como pueblo, y no como individuo o comunidad, es mucho más ventajosa. ¿Alguna vez el Estado peruano hará consulta previa a una nación indígena en vez de una comunidad nativa? ¿Alguna vez las empresas extractivas negociarán los derechos de uso y servidumbre con una nación indígena en vez que con una comunidad? Las condiciones de negociación -y por ende los beneficios- serían completamente diferentes. Hay que seguirle los pasos a los Achuar (FENAP), parece que están abriendo el camino...
Me parece que la meta de la titulación de las comunidades nativas (individual, comunal, territorial) no tiene que ver con el rechazo a las empresas mineras y de hidrocarburos, ni con la defensa del territorio en sí mismo, ni con la continuidad de la tradición y la identidad. Estos son elementos discursivos muy comunes, pero escasamente reales.
Me parece que la meta de las comunidades es tener el control absoluto de los recursos naturales que poseen sus territorios, beneficiarse de ellos a través de la gestión autónoma o la cesión a terceros (incluidos empresas extractivas, colonos, madereros, etc.). Me parece que la razón es conseguir beneficios directos (no como el canon, que no llega), justos, equitativos y sostenibles que provienen del boom extractivo.
Desde luego, en este escenario, la titulación del territorio indígena como pueblo, y no como individuo o comunidad, es mucho más ventajosa. ¿Alguna vez el Estado peruano hará consulta previa a una nación indígena en vez de una comunidad nativa? ¿Alguna vez las empresas extractivas negociarán los derechos de uso y servidumbre con una nación indígena en vez que con una comunidad? Las condiciones de negociación -y por ende los beneficios- serían completamente diferentes. Hay que seguirle los pasos a los Achuar (FENAP), parece que están abriendo el camino...