Enlace permanente Enviado por Roberto Arboleda (no verificado) el Dom, 12/16/2012 - 21:52
Apreciado amigo Efraín. Me llegó este escrito por una amiga en común, que trabajó contigo en el Alto Sinú.
En general estoy de acuerdo con lo que planteas. Por ejemplo la ONIC no se ha vuelto a pronunciar sobre este fenómeno de la mutilación del clitoris a niñas indígenas. Pero tengo conocimiento que el fenómeno crece en la zona chamí, y en especial en Risaralda. Lo peor es que siguen muriendo niñas indígenas. Tampoco las organizaciones indígenas se han preocupado por el suicidio de niñas, que también es un fenomeno creciente en varias zonas indígenas (Vaupés, Cordoba, Antioquia y Chocó). No se si usted se habrá enterado que en el Alto Sinú se han suicidado 7 niñas en los dos últimos años.Es bueno que haya traido también a colación lo pernicioso y corrupta que son las EPS y también las de los indígenas. Por ejemplo Pijaos Salud debería ser suspendida y la Superintendencia Nacional de Salud no debería alcaguetiar tanta sirverguenzura de los directivos de esta empresa. Pero tambien las autoridades y organizaciones indígenas deberían mirar por que se estan malgastando los recursos de la salud y empleando para otros fines. Allí el Comité de indígenas del Cauca debería pedirle cuentas a la AIC y a la IPS que fundaron los cabildos del Norte del Cauca y que es la que llevó a la quiebra al Hospital de Toribío, que venía desarrollando una labor meritoria para campesinos y para indígenas pobres.
Amigo efraín, no comparto su apreciación cuando menciona a las iglesias como partidarias de la cooptación negativa que sufren los pueblos indígenas. Aunque no puedo hablar de todas las corrientes religiosas que hay en las comunidades, si me atrevo a decir que la iglesia católica ha cambiado mucho y somos muchos los que participamos y reivindicamos las luchas indígenas por sus territorios, siendo respetuosos de los valores culturales de los pueblos indígenas.
reciba usted un caluroso saludo, deseándole paz en estas navidades,
Apreciado amigo Efraín. Me llegó este escrito por una amiga en común, que trabajó contigo en el Alto Sinú.
En general estoy de acuerdo con lo que planteas. Por ejemplo la ONIC no se ha vuelto a pronunciar sobre este fenómeno de la mutilación del clitoris a niñas indígenas. Pero tengo conocimiento que el fenómeno crece en la zona chamí, y en especial en Risaralda. Lo peor es que siguen muriendo niñas indígenas. Tampoco las organizaciones indígenas se han preocupado por el suicidio de niñas, que también es un fenomeno creciente en varias zonas indígenas (Vaupés, Cordoba, Antioquia y Chocó). No se si usted se habrá enterado que en el Alto Sinú se han suicidado 7 niñas en los dos últimos años.Es bueno que haya traido también a colación lo pernicioso y corrupta que son las EPS y también las de los indígenas. Por ejemplo Pijaos Salud debería ser suspendida y la Superintendencia Nacional de Salud no debería alcaguetiar tanta sirverguenzura de los directivos de esta empresa. Pero tambien las autoridades y organizaciones indígenas deberían mirar por que se estan malgastando los recursos de la salud y empleando para otros fines. Allí el Comité de indígenas del Cauca debería pedirle cuentas a la AIC y a la IPS que fundaron los cabildos del Norte del Cauca y que es la que llevó a la quiebra al Hospital de Toribío, que venía desarrollando una labor meritoria para campesinos y para indígenas pobres.
Amigo efraín, no comparto su apreciación cuando menciona a las iglesias como partidarias de la cooptación negativa que sufren los pueblos indígenas. Aunque no puedo hablar de todas las corrientes religiosas que hay en las comunidades, si me atrevo a decir que la iglesia católica ha cambiado mucho y somos muchos los que participamos y reivindicamos las luchas indígenas por sus territorios, siendo respetuosos de los valores culturales de los pueblos indígenas.
reciba usted un caluroso saludo, deseándole paz en estas navidades,
Roberto