Enlace permanente Enviado por Ramón Yáñez Suárez (no verificado) el Lun, 11/23/2020 - 21:15
El problema no es de discriminación sino de ubicación. Se acusa a Martha Hildebrandt de discriminacion cuando lo que habria que acusar a la abogada indígena de ”desubicación”. Las lenguas minoritarias son, también, un patrimonio lingüistico a conservar, cuidar y proteger en su ámbito, eso es una cosa pero pretender que cualquier lengua local se convierta en “oficial” al igual que la lengua oficial, mayoritaria e internacional, es un disparate fruto de la ignorancia y la exageración paternalista y acomplejada de lo indígena. Tener un título no da el sentido común y, el usar esa titulación obtenida con el esfuerzo personal y de la sociedad que no discrimina al indígena y le promociona para que estudie y mejore su situación, cono arma arrojadiza contra la sociedad que la promocionó tildando de “discriminación”, cualquier ocurrencia que tenga que ver con lo indígena, me parece una tergiversación sectaria e injusta por parte de esa abogada que, por ser indígena, se ve en la obligación de defender lo indígena y sobre dimensionarlo despreciando al resto. Quizás Martha Hildebrandt se vió sorprendida por el exagerado planteamiento de la abogada María Sumire y le salieton palabras que algunos tergiversaron para desacreditar su criterio. Un pais no puede tener 10 lenguas oficiales por quedar bien con los indígenas . Esos indígenas pueden tener dos lenguas, pero no pueden obligar al pais a hablsr lenguas diversas que la mayoría no conoce pues son lenguas muy respetables pero minoritarias y la supuesta oficialidad no añadiría nada y metería al pais en un problema como lo de la Torre de Babel con consecuencias nefastas para todos los ciudadanos, para todo el pais.
El problema no es de
El problema no es de discriminación sino de ubicación. Se acusa a Martha Hildebrandt de discriminacion cuando lo que habria que acusar a la abogada indígena de ”desubicación”. Las lenguas minoritarias son, también, un patrimonio lingüistico a conservar, cuidar y proteger en su ámbito, eso es una cosa pero pretender que cualquier lengua local se convierta en “oficial” al igual que la lengua oficial, mayoritaria e internacional, es un disparate fruto de la ignorancia y la exageración paternalista y acomplejada de lo indígena. Tener un título no da el sentido común y, el usar esa titulación obtenida con el esfuerzo personal y de la sociedad que no discrimina al indígena y le promociona para que estudie y mejore su situación, cono arma arrojadiza contra la sociedad que la promocionó tildando de “discriminación”, cualquier ocurrencia que tenga que ver con lo indígena, me parece una tergiversación sectaria e injusta por parte de esa abogada que, por ser indígena, se ve en la obligación de defender lo indígena y sobre dimensionarlo despreciando al resto. Quizás Martha Hildebrandt se vió sorprendida por el exagerado planteamiento de la abogada María Sumire y le salieton palabras que algunos tergiversaron para desacreditar su criterio. Un pais no puede tener 10 lenguas oficiales por quedar bien con los indígenas . Esos indígenas pueden tener dos lenguas, pero no pueden obligar al pais a hablsr lenguas diversas que la mayoría no conoce pues son lenguas muy respetables pero minoritarias y la supuesta oficialidad no añadiría nada y metería al pais en un problema como lo de la Torre de Babel con consecuencias nefastas para todos los ciudadanos, para todo el pais.