La obsolescencia de la información es cotidiana, siendo mas, cuando la educación ha tendido a una desvinculación con la realidad; y tendiente a la centralidad sin adherir dentro de sus prácticas la articulación, haciendo ajeno todo lo que esté fuera de su alcance concernientemente a otros modos de vida. Una manera holÃstica formativa orientada a el hoy un después, en base a experiencias y conocimientos integracionistas basadas en cosmovisiones, no siempre referidas al entorno ambiental sino a modos distintos de percepción, en cuanto, a lo relacionado con el universo y su tradicional ligazón con la vida misma. Las cosmovisiones no necesariamente son visibles, además, ostentan un reconocimiento académico. Su incorporación en los planes de estudio es imprescindible, ya que, de este modo, se reconoce la diversidad y se promueve el respeto y la tolerancia que son constitutivas y formativas para una adaptabilidad humana, pues permite constatar y valorar la pertinencia social de su existencia. Una formación que no sólo sea teórica sino también interrelacional, podrá entender la problemática social y generar una capacidad de sensibilización con los problemas de su entorno, el respeto de los saberes de los grupos humanos distantes de la metrópoli. Una pertenencia hace que la formación educativa no esté exenta de la realidad misma, y no haga ajeno al educando ante una diversidad de concepciones, topografÃas, habitantes y normas de grupo, sus creencias: lo material frente a su contraparte espiritual. El ninguneo atrofia la capacidad de investigación, indagación, observación y reflexión, pilares que orientan el desarrollo del pensamiento lógico-formal, analÃtico y crÃtico conducentes a la generación de conocimientos. Sin ese entendimiento no se alcanzarÃa la armonÃa entre individuos. Sin la función cognitiva no entenderÃamos el mundo sensible y el fÃsico de los distintos grupos depositarios de conocimientos distintos al nuestro. El funcionamiento de la sociedad parte de la educación, de familiarizar al educando con habitantes de pueblos alejados, el desconocimiento puede acarrear una insensibilización y un atentado contra su habitat natural construyendo asÃ, fronteras internas. La educación de estos tiempos debe ser tendiente a una permeabilidad no sólo teórica sino práctica, puesto que la teoricidad tan sólo queda en el papel, sin una activa interacción entre seres, el entendimiento tiene que ser real, sólo asÃ, se propicia un equilibrio armonioso en la convivencia humana de los pueblos.
Ynés Trujillo Vidal Consejero PolÃtico Dpl. Relaciones Internacionales-Academia Diplomática del Perú
La obsolescencia de la información es cotidiana, siendo mas, cuando la educación ha tendido a una desvinculación con la realidad; y tendiente a la centralidad sin adherir dentro de sus prácticas la articulación, haciendo ajeno todo lo que esté fuera de su alcance concernientemente a otros modos de vida. Una manera holÃstica formativa orientada a el hoy un después, en base a experiencias y conocimientos integracionistas basadas en cosmovisiones, no siempre referidas al entorno ambiental sino a modos distintos de percepción, en cuanto, a lo relacionado con el universo y su tradicional ligazón con la vida misma. Las cosmovisiones no necesariamente son visibles, además, ostentan un reconocimiento académico. Su incorporación en los planes de estudio es imprescindible, ya que, de este modo, se reconoce la diversidad y se promueve el respeto y la tolerancia que son constitutivas y formativas para una adaptabilidad humana, pues permite constatar y valorar la pertinencia social de su existencia. Una formación que no sólo sea teórica sino también interrelacional, podrá entender la problemática social y generar una capacidad de sensibilización con los problemas de su entorno, el respeto de los saberes de los grupos humanos distantes de la metrópoli. Una pertenencia hace que la formación educativa no esté exenta de la realidad misma, y no haga ajeno al educando ante una diversidad de concepciones, topografÃas, habitantes y normas de grupo, sus creencias: lo material frente a su contraparte espiritual. El ninguneo atrofia la capacidad de investigación, indagación, observación y reflexión, pilares que orientan el desarrollo del pensamiento lógico-formal, analÃtico y crÃtico conducentes a la generación de conocimientos. Sin ese entendimiento no se alcanzarÃa la armonÃa entre individuos. Sin la función cognitiva no entenderÃamos el mundo sensible y el fÃsico de los distintos grupos depositarios de conocimientos distintos al nuestro. El funcionamiento de la sociedad parte de la educación, de familiarizar al educando con habitantes de pueblos alejados, el desconocimiento puede acarrear una insensibilización y un atentado contra su habitat natural construyendo asÃ, fronteras internas. La educación de estos tiempos debe ser tendiente a una permeabilidad no sólo teórica sino práctica, puesto que la teoricidad tan sólo queda en el papel, sin una activa interacción entre seres, el entendimiento tiene que ser real, sólo asÃ, se propicia un equilibrio armonioso en la convivencia humana de los pueblos.
Ynés Trujillo Vidal
Consejero PolÃtico
Dpl. Relaciones Internacionales-Academia Diplomática del Perú