Acabo de regresar del Festival de la Digna Rabia que todavÃa continúa. (He enviado a Servindi la forma de verlo en directo, espero que lo hayan logrado). El resumen de lo que he visto y oÃdo es que el zapatismo no es sólo el grupo armado que desde hace 15 años resguarda un pedazo de México donde gobierna el conjunto de la población maya de la zona. Es el catalizador de todo el descontento con el sistema en México y en todas partes. SerÃa muy largo escribir sobre este tema, no tengo ni los conocimientos necesarios ni la calma para hacerlo. Sólo señalaré algunas cosas: En el festival he aprendido mucho, escuchando a intelectuales connotados como el uruguayo Raúl Zibechi exponiendo su registro de los nuevos movimientos surgidos en el sur de nuestro continente, su innovación, sus peculiaridades y Adolfo Gilli desentrañando el profundo significado del racismo en Bolivia (peor que el que sufrimos en el Perú que no es poco). Hemos escuchado a un luchador que desde las entrañas del combate del pueblo boliviano contra ese racismo nos muestra las capitulaciones, las deformaciones y las mezquindades existentes en el actual gobierno. También a una exguerrillera sandinista que denuncia la traición al sandinismo que representa el gobierno de Daniel Ortega quien habla contra el neoliberalismo y convive con él, que ha criminalizado el aborto. Hemos escuchado y visto diversas y muy bellas manifestaciones de la poesÃa, música, periodismo, pintura, caricatura, tejidos, escultura populares. Estuvo presente la reciente rebelión griega que atacó guarniciones policiales en protesta contra el asesinato de un muchacho, a través de la revista “Aháva†que tuvo la gentileza de editar su último número en castellano. También estaban vascos que luchan contra el dominio del estado español y españoles que están contra la polÃtica anti-inmigrante de su gobierno. Nada de esto es zapatismo, todo esto es lo que el zapatismo quiere que se conozca. En el sistema electoral mexicano es imposible que una fuerza independiente llegue ni a un municipio, por eso los indÃgenas de la zona tienen sus gobiernos autónomos que no reciben ni un centavo del estado. Por eso en las pasadas elecciones el zapatismo llamó a “la otra campaña†que era la manifestación de todos los descontentos con el sistema. Producto de esto en el Festival estaban representadas las trabajadoras sexuales, los homosexuales, indÃgenas de otras zonas, de otras lenguas, VÃa Campesina, la organización de los campesinos del mundo, obreros petroleros, feministas, etc. HabÃa marxistas, anarquistas, gente que no se dice ni marxista ni anarquista, todos los que según los zapatistas están abajo y a la izquierda. Hubo un expositor que no estaba de acuerdo con “la rabia†y tuvo el derecho de expresarlo. Al margen de la reunión me enteré de los sistemas de salud y educación zapatistas que no están encajados en determinada escuela sino que recogen todo lo que creen que les sirve. El servicio médico de ellos atiende a los zapatistas y a sus enemigos, como éstos últimos no participan en el trabajo colectivo tienen que pagar una módica suma por el servicio. Los de la biblioteca de la educación secundaria me compraron una colección incompleta de nuestro periódico “Lucha IndÃgenaâ€, no regalé, porque nos falta dinero y ellos, aunque también les falta dinero comprendÃan que entre pobres debemos ayudarnos. Es cierto que el zapatismo ya no ocupa un lugar importante en los medios de comunicación, pero es cierto también que está echando raÃces cada vez más profundas en el corazón de todos los marginados a quienes no les dice cómo deben luchar, no tiene un Comité Central que da lÃnea ni pretende captarlos al “zapatismoâ€. Y también hecha raÃces en el corazón de gente de diversas partes del mundo que se siente oprimida por el sistema. A representantes de ellos acogieron con los brazos abiertos los indÃgenas mayas de Chiapas con sus vestimentas tÃpicas y con sus distintas lenguas.
Acabo de regresar del Festival de la Digna Rabia que todavÃa continúa. (He enviado a Servindi la forma de verlo en directo, espero que lo hayan logrado).
El resumen de lo que he visto y oÃdo es que el zapatismo no es sólo el grupo armado que desde hace 15 años resguarda un pedazo de México donde gobierna el conjunto de la población maya de la zona.
Es el catalizador de todo el descontento con el sistema en México y en todas partes.
SerÃa muy largo escribir sobre este tema, no tengo ni los conocimientos necesarios ni la calma para hacerlo.
Sólo señalaré algunas cosas:
En el festival he aprendido mucho, escuchando a intelectuales connotados como el uruguayo Raúl Zibechi exponiendo su registro de los nuevos movimientos surgidos en el sur de nuestro continente, su innovación, sus peculiaridades y Adolfo Gilli desentrañando el profundo significado del racismo en Bolivia (peor que el que sufrimos en el Perú que no es poco).
Hemos escuchado a un luchador que desde las entrañas del combate del pueblo boliviano contra ese racismo nos muestra las capitulaciones, las deformaciones y las mezquindades existentes en el actual gobierno.
También a una exguerrillera sandinista que denuncia la traición al sandinismo que representa el gobierno de Daniel Ortega quien habla contra el neoliberalismo y convive con él, que ha criminalizado el aborto.
Hemos escuchado y visto diversas y muy bellas manifestaciones de la poesÃa, música, periodismo, pintura, caricatura, tejidos, escultura populares.
Estuvo presente la reciente rebelión griega que atacó guarniciones policiales en protesta contra el asesinato de un muchacho, a través de la revista “Aháva†que tuvo la gentileza de editar su último número en castellano.
También estaban vascos que luchan contra el dominio del estado español y españoles que están contra la polÃtica anti-inmigrante de su gobierno.
Nada de esto es zapatismo, todo esto es lo que el zapatismo quiere que se conozca.
En el sistema electoral mexicano es imposible que una fuerza independiente llegue ni a un municipio, por eso los indÃgenas de la zona tienen sus gobiernos autónomos que no reciben ni un centavo del estado. Por eso en las pasadas elecciones el zapatismo llamó a “la otra campaña†que era la manifestación de todos los descontentos con el sistema. Producto de esto en el Festival estaban representadas las trabajadoras sexuales, los homosexuales, indÃgenas de otras zonas, de otras lenguas, VÃa Campesina, la organización de los campesinos del mundo, obreros petroleros, feministas, etc.
HabÃa marxistas, anarquistas, gente que no se dice ni marxista ni anarquista, todos los que según los zapatistas están abajo y a la izquierda.
Hubo un expositor que no estaba de acuerdo con “la rabia†y tuvo el derecho de expresarlo.
Al margen de la reunión me enteré de los sistemas de salud y educación zapatistas que no están encajados en determinada escuela sino que recogen todo lo que creen que les sirve. El servicio médico de ellos atiende a los zapatistas y a sus enemigos, como éstos últimos no participan en el trabajo colectivo tienen que pagar una módica suma por el servicio. Los de la biblioteca de la educación secundaria me compraron una colección incompleta de nuestro periódico “Lucha IndÃgenaâ€, no regalé, porque nos falta dinero y ellos, aunque también les falta dinero comprendÃan que entre pobres debemos ayudarnos.
Es cierto que el zapatismo ya no ocupa un lugar importante en los medios de comunicación, pero es cierto también que está echando raÃces cada vez más profundas en el corazón de todos los marginados a quienes no les dice cómo deben luchar, no tiene un Comité Central que da lÃnea ni pretende captarlos al “zapatismoâ€. Y también hecha raÃces en el corazón de gente de diversas partes del mundo que se siente oprimida por el sistema.
A representantes de ellos acogieron con los brazos abiertos los indÃgenas mayas de Chiapas con sus vestimentas tÃpicas y con sus distintas lenguas.