Por Alberto Chirif
Felicito a mi colega Frederica Barclay por sus agudos comentarios sobre las declaraciones y el papel jugado por el antropólogo Juan Ossio en los últimos años. Es a partir de ellos que me animo a añadir algunas consideraciones sobre el tema.
Cuando vi por primera vez que se entrevistaba a Juan Ossio sobre el tema del reciente levantamiento indígena, pensé que, una vez más, se trataba de ese recurrente error de los periodistas de consultar a personas teniendo en cuenta su profesión, pero no su especialización, ni dedicación vital.
Así, a un médico le pueden preguntar sobre dolencias del corazón, sin tener en cuenta que es dermatólogo o el hecho de que haya dedicado su vida a funciones muy distintas: planificación hospitalaria, por poner un ejemplo. Sin embargo, luego de comenzar a leer la entrevista, me di cuenta de que el error no era del periodista, sino de Juan Ossio, al incursionar en temas que le son desconocidos. Ésta es también una tendencia común.
Otra cosa que me sorprendió fue la vigencia del antropólogo Ossio a lo largo de diferentes gobiernos. Con Fernando Belaunde, integró la comisión de Ucchuraccay; con Alejandro Toledo, fue asesor de su esposa en asuntos indígenas; y ahora con Alan García, una vez más, lo asesora en estos mismos temas.
Su enfoque, en el primer caso, fue señalar que los campesinos habían obrado como lo hicieron porque habían dos Perú: uno moderno, al cual pertenecía la parte urbana y occidentalizada del país; y el otro primitivo, donde estaban los campesinos que habían asesinado a los periodistas porque pertenecían a este mundo del pasado. Una manera extraña de ver las cosas ya que supone una separación de mundos sin relación, sin tener en cuenta que la situación de indígenas y campesinos es consecuencia de relaciones de poder impuestas por el "Perú moderno". Pero, más que eso, supone también la descalificación de un pasado indígena, que al menos en sus discursos, el señor Belaunde calificaba de "glorioso", y que constituye el campo de estudios del antropólogo Ossio.
El trabajo con la señora Toledo, al menos en teoría, parecía revestir características muy diferentes. Ni ella ni su "cholo sagrado", como calificaba a su esposo, propusieron disolver comunidades en su época, aunque dieron gato por liebre cada vez que pudieron, como con el tema de las transnacionales mineras (que lo digan los piuranos) y, para el caso de los amazónicos, el nulo apoyo dado a las comunidades, por ejemplo, a las de la selva central en sus disputas con madereros que habían recibido contratos de extracción forestal sobre sus territorios.
En la entrevista, Ossio recuerda su experiencia en la región declarando que, cuando estuvo con los aguarunas, en 1964 (para mayor precisión: hace 44 años) ellos "no tenían noción del valor del dinero. Las transacciones eran en trueque. Preferían que yo les pagara el alimento con latas de conserva y comestibles. ¿Qué hago yo con el dinero?, me decían. Me imagino que la circulación del dinero habrá aumentado ahora, pero tienen una conciencia bastante limitada sobre las transacciones del mercado". No entiendo bien qué ha querido decir con este ejemplo referido a tiempos tan lejanos, pero sí me queda claro lo que éste demuestra.
La primera cosa que demuestra es la antigüedad de su experiencia y, la segunda, es que si debe recurrir a ella a pesar del tiempo transcurrido, es que es la única que tiene. En suma, demuestra estar muy poco entrenado para manejar el tema y, sobre todo, para ser asesor presidencial sobre asuntos indígenas.
Una tercera cosa que demuestra es que su interés se centra en la antropología histórica. De hecho, él ha trabajado sobre el mesianismo andino, lo que ciertamente está muy bien, pero no lo califica para su función actual.
Compruebo con él algo que ya antes había visto en otras personas que tratan de descalificar a los indígenas a partir de las imágenes que construyen sobre ellos: que los que más se parecen a esas imágenes son quienes las fabrican.
Así, los caucheros, que decían que los indígenas eran salvajes para justificar su trato y explotación, cumplían perfectamente las características de crueldad y bestialidad que les atribuían a ellos. En este caso, es el antropólogo Ossio quien cumple con ese atributo que él imagina que los indígenas tienen, de ser contrarios al cambio y a la historia, o, para decirlo con términos actuales, aunque la palabra no me gusta, a la modernidad.
Si en ese tiempo la gente prefería el trueque al dinero, era lógico que así fuese, porque el dinero no le servía para adquirir los productos que necesitan. Con seguridad, que un náufrago que se encuentre en una balsa en medio del océano va a preferir un jarro de agua fresca que un millón de dólares. En este caso él también habrá optado por el valor de uso y no por el de cambio.
Ante la nueva "imaginación" de Juan Ossio sobre el aumento actual de las "transacciones del mercado", le digo que sí, efectivamente, éstas se han incrementado. Hoy hay aparatos de música en todas las comunidades, muchos tienen refrigeradoras, algunos venden cerveza e, incluso, masato a los visitantes; hay tienditas, carreteras, Santa María del Nieva, en un alarde de modernidad, tiene su propio pueblo joven. Así cambian las cosas. En fin, ellos hace tiempo que responden al imperativo del presidente que Ossio nos transmite: "hay que marchar con la historia". El tema, claro, es que ésta no siempre les favorece, pero ése es otro problema.
El despiste del antropólogo Ossio queda muy claro a través de sus propias afirmaciones. Dice "...que [lo que] existió en la selva hasta la década del 70 fueron territorios tribales" y que la gente era "seminómada". Errado. En la selva central (especialmente Chanchamayo, Oxapampa, Villa Rica y Satipo), los ashaninkas y yaneshas estaban arrinconados en pequeños terrenos, rodeados por un mar de colonos, que habían entrado desde la segunda mitad del siglo XIX y, en especial, a partir de 1940, cuando distintos gobiernos comenzaron a impulsar planes de colonización.
Otro tanto sucedía en el alto Urubamba, donde había asentamientos machiguengas. En el alto Marañón, al menos en gran parte de esta zona, justamente en la que estuvo Juan Ossio en su rápida visita de 1964, también había muchos aguarunas desplazados y algunos de sus asentamientos estaban cercados por colonos. En esta zona existían escuelas desde las primeras décadas del siglo XX, que se expandieron mucho más después de 1950. Lo mismo ocurría en la selva central.
Mal pues pueden haber sido seminómadas poblaciones que asistían a la escuela. Tampoco pueden serlo quienes practican la horticultura, que el mismo Ossio reconoce como una de sus actividades económicas, ya que la yuca demora nueve meses en crecer. Si a este tiempo se le suma el que demanda hacer la chacra (tumbar el monte, esperar que se seque y quemarlo) y aprovecharla (nunca se cosecha todo a la vez), es claro que la población no puede moverse del lugar. Por esto, además, es que construyen casas estables, en vez de vivir en carpas o cobertizos transitorios. Otra cosa es que roten chacras cuando decrece el rendimiento de las que tienen en producción o son invadidas por la mala hierba. Para esto, escogen un lugar cercano que no implica trasladar su hogar.
A lo largo del tiempo, y esto lo demuestran las lecturas históricas, los pueblos indígenas han estado donde ahora están, y los únicos casos de desplazamientos que se conocen han sido ejecutados por los agentes de la modernidad: caucheros, madereros y patrones dueños de fundos. A esto se debe que existan en Madre de Dios shipibos del Ucayali y quechuas del Napo. Velasco Alvarado no creó a las comunidades, sino que legalizó un modelo que ya existía como consecuencia de un proceso de avance de la colonización y de la instalación de escuelas.
Señala Ossio que los jíbaros defienden "su territorio de manera muy fuerte impidiendo el ingreso de mestizos". Es una afirmación gruesa y, como siempre sucede con ellas, equivocada. Le demuestro lo contrario: las comunidades aguarunas del alto Mayo están todas alquiladas a colonos que las dedican al cultivo de arroz, quienes además han establecido sus casas y negocios en esas tierras. Ellas no han necesitado de leyes que las empujen, sino que simplemente han actuado en función de la autonomía administrativa que les reconoce la Constitución. En algunas partes de la selva central se dan procesos similares. Es verdad que también hay otras comunidades aguarunas que defienden fuertemente sus territorios, las cuales incluso han llegado a usar la violencia para expulsar a invasores (derecho reconocido por las leyes a cualquier propietario), que llegaron a tomar la decisión no porque les gustase, sino porque el Estado no procedió a ejecutar la sentencias de desalojo.
En este punto es lamentable recordar que este Estado cambiante que tenemos demuestra que su característica más permanente es su incapacidad para asumir su responsabilidad y actuar en defensa de la legalidad, claro, cuando se trata de indígenas, nomás.
Que "AIDESEP ha estado liderada por aguarunas", es otra afirmación sin sustento. A lo largo de sus casi 30 años de vida ha habido dos presidentes aguarunas (Evaristo Nugkuag y Gil Inoach), dos ashaninkas (Miqueas Mishari y Haroldo Salazar), un shipibo (Juan Chávez) y el actual que es shawi (Segundo Alberto Pizango). Adicionalmente, hubo por corto tiempo un harakmbut (Antonio Ãviche), quien renunció por problemas personales.
Por lo demás, AIDESEP es una compleja estructura de regionales y federaciones, donde los líderes son aguarunas allí donde ellos son mayoría (como en el caso de la Organización Regional de Pueblos Indígenas de la Amazonía Norte, ORPIAN), pero no en todas donde están presentes (como la Coordinadora de Pueblo Indígenas, CORPI, que es presidida por un kandozi).
No sé cómo tratar la afirmación que hace Ossio sobre el aislamiento de las comunidades, como causa de su situación. Dice: "No podemos aislar a las comunidades. ¿Por qué? Porque el aislamiento, entre otras cosas, los haría carecer de la protección institucional frente a criminales que se meten en su territorio. Debemos recordar que Sendero Luminoso se metió en territorio asháninka. Un par de senderistas controlaba a cien asháninkas. Esta situación de aislamiento no puede repetirse".
Qué poco rigor para evaluar un episodio tan dramático como el que vivieron las comunidades ashaninkas, y otras, de la selva central. Además, qué poco conocimiento de lo que realmente sucedió en aquella región. Las comunidades no estaban aisladas. Las del Perené y Satipo, por ejemplo, estaban atravesadas por la carretera Marginal, que también llega, aunque en malas condiciones, y no por voluntad de los indígenas, a Puerto Bermúdez. Un poco más lejos, las del Ene y Tambo, no fueron víctimas de Sendero por elección, sino porque el Estado las olvidó. La lógica del racismo opera también en este caso. Decir además que fueron "un par de senderistas" los que sembraron el terror en la zona es, esto sí, emplear la imaginación de manera malévola y, una vez más, racista, pues si hubiese sido así, ¡qué incapacidad la de los indígenas para liberarse de ese par de intrusos!
La verdad que la cosa fue bien diferente, y si SL y el MRTA cayeron, además del mérito que le corresponde a la Policía de haber afinado su sistema de inteligencia, fue por la acción decidida de la población, entre ella, los indígenas. Luego del asesinato de don Alejandro Calderón en 1989, líder ashaninka que presidía ANAP, federación del Pichis afiliada a AIDESEP, los indígenas organizaron lo que bautizaron como el "ejército ashaninka", que en una semana desapareció a las huestes del MRTA de la cuenca. Después de esto, continuaron su embestida contra SL, ya no en la zona, porque allí no estaba, sino en Satipo y Pangoa.
Ésta es una gesta que el Estado peruano no ha reconocido a los ashaninkas, ni para agradecerles públicamente ni para restituirles sus tierras que debieron abandonar cuando campeaba la violencia. El Programa de Apoyo al Repoblamiento no tuvo mejor idea que asentar colonos en las tierras que ellos habían debido dejar al huir del terror.
Juan Ossio confunde también conceptos cuando dice que: "Hay quienes entienden mejor lo que es la propiedad privada y hay otros grupos que han defendido su territorio". Los territorios comunales son un tipo de propiedad privada, aunque colectiva, que el Estado reconoce y que debería defender en caso de ser puesta en riesgo.
Regresa Ossio sobre un lugar común al afirmar una supuesta acción "malévola" de un "conjunto de ONG radicalmente ambientalistas que quieren ver a las comunidades tal y cual se han conservado toda la vida", lo que a su vez contradice cuando señala que no es que ellas "no quieren vivir como vivimos nosotros", sino todo lo contrario, para demostrar lo cual indica que: "...el mesianismo de la selva dice que hubo un héroe mítico -Pachacamayte- al que los blancos o choris le arrebataron todas las bondades que el dios quería darles a los nativos Pero ellos creen que va a llegar el momento en que tendrán acceso a esos bienes".
En primer lugar, Pachacamayte no es "el mesianismo de la selva" sino de un pueblo concreto: los Ashaninka; en segundo, chori no es igual que blanco, ya que es un término que se refiere a los colonos de procedencia andina; y en tercero, cómo puede Ossio reconocer la necesidad de bienes que tienen los indígenas, la que es cierta, y que ellos "no están en contra de los beneficios de la modernidad", y, paralelamente, imaginar que ellos atienden a malévolas ONG que "quieren ver a las comunidades tal y cual se han conservado toda la vida".
Igualmente se contradice cuando, primero, de alguna manera alaba a los indígenas y afirma: "...me alegro que este tema de la Ley de la selva haya saltado así, porque ahora los indígenas sí se están presentando como una fuerza que molesta y que puede llegar a incomodar. Quizá eso haga que la gente abra los ojos", e insiste: "[el]...único elemento positivo de todo esto es que el tema ha sido puesto en las primeras planas de los diarios.
Es interesante ver cómo las organizaciones nativas han logrado alcanzar tal dimensión que sus voces pueden ya ser escuchadas a escala nacional, lo cual antes era imposible". Pero de inmediato, como si se arrepintiera de lo dicho, afirma que [la derogatoria] es: "Una tontería porque estamos demostrando que se pueden cambiar las leyes solo porque la gente se pone belicosa. La violencia nunca puede ser un instrumento para cambiar las leyes". ¿Entonces qué es lo que le alegró del levantamiento que justamente tenía como finalidad la derogatoria? ¿A qué gente debería haberle abierto los ojos sino a la del gobierno, que es la ha motivado, con su actitud prepotente, que se produzcan las protestas? ¿Qué es lo que encuentra interesante de la dimensión lograda por las organizaciones indígenas y de su capacidad de ser escuchadas en el ámbito nacional, cuando descalifica sus logros como una tontería?
La violencia no debe ser un medio para cambiar las leyes ni la historia, pero tampoco para imponer, desde el poder, medidas arbitrarias por encima de la voluntad de la gente y de sus derechos reconocidos.
Comentarios
Bien informativo los dos artÃculos de Flica Barclay y Alberto Chirif! Informativo sobre la vida de los indÃgenas en diferentes tiempos y de paso sobre el casi siempre equivocado antropólogo Juan Osio. Me han causado bastante risas lo que me pasa cuando alguién toca al punto concreto de una verdad. Felicitaciones a ambos.
Excelente trabajo de Chirif. Resulta obvio que Ossio ha sido seleccionado gracias a la ligereza con que toma sus decisiones, y hace declaraciones; el divorcio con su profesion, y sobretodo la facilidad con la que pretende dar "validez oficial" a las atrocidades, y violencia criminal de sectores del Estado en contra de la poblacion indigena.
Indudablemente, las politicas oficiales y poliitcos criollos de nuestros pais que consideran a los pueblos originarios como gente de tercera, buscan persoajes no bien informados para justificar sus tropelias. Mi adhesion a los comentarios bien fundados de Barclay y Chirif.
Agradezco a Servindi el que nos haya hecho llegar las opiniones de Frica Barclay y de Alberto Chirif. Ojalá que los medios de comunicación le den difusión a estos artÃculos y no se queden solo con las ignorantes e indolentes opiniones de ossio. Creo ya que que ossio es uno de sus profesores de la especialidad de antropologÃa de la PUCP, cabrÃa esperar un pronunciamineto de los demás docentes de antropologÃa para asà saber si ellos opinan de manera diferente.
saludos
Excelente articulo de Alberto Chiriff. Desbarata, punto por punto, los argumentos con que fundamenta Juan Ossio para limpiar a los actos nefastos del gobierno en contra de los pueblos indÃgenas, valiendose de su carrera de antropologo mal empleada.
Ossio ha incurrido en un error, en sus declaraciones se evidencia lo desactualizado, mal informado en temas indìgenas del Perù; y poco serio en su ejercicio de una profesiòn muy genial como es la antropologìa. Ossio, deberà investigar y no caer en especulaciones baratas y fà ciles, es una recomendaciòn personal y muy constructiva para Ossio.
Algo que conocen pocos y serÃa muy importante informalo es que este tal Ossio fue declarado "persona non grata" a los pueblos indigenas amazonicos debido a un informe falso escrito a nombre de la CONAPA, para que el BID otorgue los préstamos a las empresas del consorciio Camisea. Este informe fue escrito en inglés y "reservado" para el BID, cuando AIDESEP luchaba por que no se afecten los territorios de los pueblos en aislamiento voluntario de la Reserva Nahua Kugapacori.
Y este es el tipo de profesores que tiene la Universidad Catolica para formar antropologos? Seria interesante saber que piensan sus estudiantes, colegas y los responsables de mantener el buen nombre de esa casa de estudios.
Ésta es la corriente de la antropologÃa racista que domina al Perú. Eminencia de la PUCP. Asà como él la antropologÃa jurÃdica cree que los indÃgenas son seres raros y no hacen más que meter el discurso demagógico del multiculturalismo. A lo mejor Ossio acaba asesorabdo a Cipriani cuando sea Rector de la Católica. Cuidadito con ese grupo de profesionales!
Encuentro excelentes y muy oportunas las respuestas de Alberto Chirif y Frederica Barclay.
Soy estudiante de 9no ciclo de Antropologia en la PUCP, en mi opinión las crÃticas de ambos reconocidos antropólogos son sumamente pertinentes. En primer lugar, porque como bien apunta Chirif el área de especialización de Juan Ossio nunca ha sido la AmazonÃa (basta una rápida revisión a sus publicaciones y cursos dictados para darse cuenta de esto) y en segundo lugar por su cuestionable record en esta área de su práctica profesional.
Por ultimo, a pesar de que la tentación es grande les rogarÃa no confundir al individuo Juan Ossio con la comunidad universitaria que es la PUCP, ya que estas declaraciones fueron hechas por el Dr. Ossio a titulo individual.
Lamentable las opiniones fuera de contexto de Ossio y mas lamentable es que opine sobre áreas de la antropologÃa que poco conoce. Otro hecho penoso es que cuestiones las formas de organización indÃgena para ser escuchados. Cuando este gobierno solo escucha si se afecta los intereses de las transnacionales.
Juan Ossio Acuña es verdaderamente un profesor repudiado por la mayorÃa de mis colegas antropólogos en la católica. Es el tercer ciclo seguido que promociones de la PUCP hacen cartas para poder evitar que siga dictando, ya que su preparación para la antropologÃa actual es nula, evidenciado en que basa toda su currÃcula en sus trabajos de campo de hace 30 años como mÃnimo.
Como en el comentario 10, puedo dar fe de que la comunidad antropológica de la PUCP no tiene, primeramente, una tendencia fija, y la influencia de Ossio ha sido positiva en el sentido de poder entender lo que significa ser un antropólogo que vive de la tergiversación y mal uso de la carrera en si.
Ojala se retire de una vez, y no vuelva a evidenciar su gran incapacidad para el servicio del paÃs
NI OSSIO NI LOS OTROS; DURANTE LA RECIENTE GUERRA CIVIL, EL CAPÍTULO AMAZÓNICO CONTÓ CON HUESTES INDÍGENAS EN VARIOS DE LOS BANDOS O EJÉRCITOS EN PUGNA: RECLUTADOS POR LEY EN EL EJÉRCITO PERUANO, NATIVOS REVOLUCIONARIOS EN LOS OTROS BANDOS, NATIVOS SICARIOS ENTRE LOS PARAMILITARES Y PRO-NARCOS QUE TAMBIÉN TALLARON. NO ME PUEDEN ENGAÑAR A MÍ QUE FUI AUTORIDAD MÉDICA EN EL PERENÉ A INICIOS DE LOS 90 Y EN SAN MARTÍN DESDE EL 78 AL 90 Y LUEGO DEL 2001 HASTA AHORA. HUESTES NATIVAS PARAMILITARES AL MANDO POLÍTICO DEL SUBPREFECTO APRISTA DE CHANCHAMAYO ASESINAROS A CIENTOS DE CIUDADANOS EN LA CARRETERA MARGINAL, INCLUSIVE MENORES DE EDAD POR NO PORTAR DNI, HASTA SECUESTRARON Y MATAROS A AUTORIDADES DE POBLADOS MENORES. EL GOBIERNO LOS USÓ PARA PONER ORDEN EN LA SELVA CENTRAL, Y LUEGO LOS ABANDONÓ AL HAMBRE, VARIOS MURIERON DE ENFERMEDADES COMO LA MALARIA Y NO TENÍAN COMO REGRESARSE AL GRAN PAJONAL DE DONDE LOS HABÍAN TRAIDO. NO CONOCEN LA VERDADERA HISTORIA.
Juan Ossio mas Sarasara dos tachados por los pueblos amazonicos y andinos por
falta de sencibilidad social y odio Ministro Vice ministro que dios haga algo, ya regalamos los territorios a los petroleros ahora que nos espera vender nuestros conocimientos ancestrales.
solo tristeza y lagrimas con sangre.
juan antonio
Para su tranquilidad de Ustedes.
Yo no soy Viceministro por tres razones
1. Por un respeto ami mismo y al pueblo indigena como un pueblo.
2. No debo ser oportunista.
3. Quiero seguir apoyando ala transformación interciultural que muchos pueblos indgenas han iniciado
Vaya y este señor Ossio es el Ministro de la Cultura, el gobierno aprista de mal a peor!!!
Felicitaciones al gobierno por la creacion de un ministerio de cultura, pero nuestra preucupacion en el nombramiento del Vice ministro de procedencia indigena amazonico, al señor Cesar Sarasara, a espalda de las 2 organizaciones nacionales como es el caso de Conap y Aidesep, otra vez mas el gobierno Alan Garcia sigue con su burrada, aun todavia no aprende el contenido del convenio 169 de la OIT,
Concuerdo plenamente con el comentarista Carlos Vecco, en que en la guerra civil los nativos amazónicos lucharon claramente en dos bandos: reclutados por el ejèrcito y por los insurgentes.
No les quedaba otro camino. No estuvieron aislados ni fueron nómades como pretende el ignorante e indolente Juan Ossio Acuña, quien es conocido por su ligereza desde los años en que medraba en el Instituto Indigenista.
¿Cuàl es el papel de este señordòn, que se recicla desde la época de Velasco, ha estado con Belaùnde, Fujimori asolapadamente Toledo y ahora el genocida García?
Detràs de Ossio Acuña està la opusdeista fanàtica Cecilia Bàkula.
Este cauchero con tìtulo universitario llamado Juan Ossio Acuña ya fue despreciado públicamente por los pueblos indígenas hace un par de años cuando a escondidas presentó un informe en inglès en el cual recomendaba a las compañías petroleras la expulsión de los indígenas de la Amazonía.
Este viejo racista, torpe y malvado es el actual MINISTRO DE LA CULTURA, que seguramente Garcìa llenarà de escoria burocràtica aprista.
Basilio Auqui Salvatierra
Soy una estudiante de antropologia de UNFV,por me indigna las declaraciones del antropologo Juan Ossio , al opinar de un tema que no es especialista,y su apoyo al oficialismo.
Gran Saludo a Chirift por su determinación y claridad por la defensa de los derechos de los pueblos indígenas. Estamos en la misma desde los años 60. Trabajo ahora en la Cámara de Diputados de México y estamos por sacar la Ley General de Consulta a pueblos y comunidades indígenas. Ojala podamos tener otro partido de basket en San Marcos
Ahora aclarado el Panorama CREEMOS una nueva version y necesaria profundización del TEma Cultura en enle Pais, de crítica personas DESCALIFICADAS POR SUS EXPRESIONES PASAR A PROPUESTAS QUE EL EMPEÑO DE TODOS HARA POSIBLE EJECUTAR EN EL PROXIMO GOBIERNO-.. solo el "Mesianismo de Garcia", HARIA POSIBLE QUE SE PUEDAN ABRIR LAS PUERTAS EN LO QUE LE QUEDA DEL GOBIERNO a TODAS las comunidades amazonicas(SUENA REFERENTE DE ALGUNA AFIRMACION DE OSSIO... respecto a algunos naturales...) CUASI DESNATURALIZADAS.
antropología sucia y racista, era obvio que ibn a escoger un antropologo de la Pucp para ministro de cultura. Quienes sino los antropologos se pueden comunicar y manipular a los "indios" a traves de talleres de formación, planeamiento de vida, ciudadania, etc
Es muy bueno que exista el Ministerio de la Cultura y como organos de linea deberia estar Educación y Deporte, el fin del vida es ser un hombre culto, la educación es un medio, y el deporte disciplinado es Etica y Orden fuertes columnas.
Sin embargo el mayor problema del Perú es la falta de Equidad mejor dicho la Exclución y descriminación social.Por gente para que el Mundo precioso es Occidente. No reconocen que somos herederos de la mayor civilizacion del Mundo Los Incas en este lindo mundo andino.
Las verdaderas organizaciones de Base y sus lideres saben quienes son Juan Ossio y Cesar Sarasara, estan tachados por Adiesep, y organizaciones verdaderas con años de lucha.
apu warkay
Cuando el amigo Sarasara dice "..apoyando a la transformación intercultural" que quiere decir, o a que quiere referirse?
se trata de apoyar al estilo garcilaso, guaman poma, u otros indígenas tránsfugas culturales?... que quieren transformar de las naciones indígenas?..que se modernicen y entren al sistema capitalista-al mando del imperio?... o quisieran seguir el camino de evo, marioneta del burgues su vicepresidente?... si las naciones indigenas no quieren desaparecer tienen que combatir: políticamente, ideológicamente, y militarmente si los avasalla la violencia fascista.. disfrazándose de criollos nada sacarán, solo extinguirse, pero su tarea es mas grande que la de simplemente sobrevivir, le concierne defender sus territorios a muerte, pues nos es imprescindible a toda la humanidad..
COMO SE PRONOSTICO LOS CONFLICTOS SEGUIRAN HASTA QUE SE RECUPERE EL MINSTERIO INDIGENA LOS AFECTADOS NO VAN ESTAR TOCANDO PUERTAS DE LAS INUTILES INSTITUCIONES DEL ESTADO, EL ESTADO DEBE TENDER EL PUENTE ENTRE LOS ORIGINARIO CON COSTUMBRES DIFERENTES DE LOS QUE GOBIERNAN.
TUVE LA OPORTUNIDAD DE SALVERLE LA VIDA AL DR. OSSIO, CUANDO LLEVO ORDENES IMPENSADAS A SHORINASCHI EN LA SELVA DE ATALAYA Y DIJO: QUE EL APU HUARCAYA LOS MUDE A OTRO TERRITORIO, LOS INDIGENAS CON FLECHAS Y TIROS LE DISPARARON POR LA BURLA, YO SALÍ PARA DECIRLE- AMIGO OSSIO RETIRESE QUE LO VAN A MATAR- Y ASI SE ARREGLO CON DIALOGO TRANVERSAL CON JUAN CAGNA PDTE. DE LA COMUNIDAD Y MI PERSONA EL CONFLICTO DE AÑOS DE INJUSTICIA (NNUU FOREST REPORT.)
LUIS HUARCAYA DEFENSOR MUNDIAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
PREMIO INTERNACIONAL 2012 UPF
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