Esta semana el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas decidirá la suerte del proyecto de Declaración Internacional de Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU. Héctor Huertas, abogado del pueblo Kuna de Panamá y uno de los líderes indígenas más entendidos en el tema, denuncia en el presente artículo la posición de los gobiernos de Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia, que tradicionalmente se oponen a los derechos indígenas, y alerta sobre la actitud adoptada por Canadá, que con su petición de consultar el texto, puede abortar una oportunidad histórica para aprobar dicho instrumento de suma importancia para los pueblos indígenas del mundo.
Por más de 20 años representantes indígenas de todas partes del mundo han acudido a Ginebra, Suiza, a participar de las discusiones del Proyecto de Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Este instrumento internacional busca establecer estándares mínimos sobre los derechos humanos de los pueblos indígenas.Los pueblos indígenas del mundo son actualmente más de 350 millones de personas, hombres, mujeres, niños y niñas, que se caracterizan por poseer una rica diversidad cultural y lingüística. La mayoría de ellos viven en estrecha relación y armonía con los diferentes ecosistemas del planeta, regiones en las que han desarrollado sus culturas, tradiciones y estilos de vida.
Sin embargo, los pueblos indígenas también son los sectores poblacionales cuyas víctimas de genocidio son tres veces más grandes que todos los muertos de las dos guerras mundiales. En la actualidad, los indígenas son los más discriminados, marginados y explotados del planeta, a tal punto, que cada día se pierde una lengua indígena y cada año desaparece un pueblo indígena.
La extinta Comisión de Derechos Humanos de la ONU formó una subcomisión para la elaboración de una declaración sobre los derechos humanos de los pueblos indígenas. Por más de 10 años representantes de los estados, de los pueblos indígenas y expertos independientes elaboraron un proyecto de declaración que fue adoptado por la subcomisión en 1994. Éste proyecto de la subcomisión adoptó principios fundamentales sobre los derechos humanos de los pueblos indígenas, tales como el derecho a la libre determinación, derechos culturales, derechos a la tierra, al territorios y a los recursos naturales, entre otros.
Dicho proyecto fue presentado a la Comisión de Derechos Humanos y esta consideró necesario crear un grupo de trabajo abierto, en el cual representantes de los estados y de los pueblos indígenas elaborasen la futura declaración en base al texto adoptado por la subcomisión.
Por once años más representantes de los pueblos indígenas y de los estados, bajo la conducción del Presidente del Grupo de Trabajo, han discutido en su totalidad el proyecto de la subcomisión. Párrafo por párrafo, artículo por artículo, han tratado de mantener en esencia los principios internacionales de derechos humanos que servirán a los pueblos indígenas y a los estados a desarrollar nuevas relaciones, en base al respeto y la buena fe.
Sin embargo, en el proceso de veintiún años de discusiones sobre los derechos indígenas algunos estados se han especializado en obstaculizar la adopción de cualquier instrumento internacional que reconozca derechos humanos a los pueblos indígenas. Entre estos se hallan los Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, principalmente.
En esta primera sesión del Consejo de Derechos Humanos se puede escribir una nueva historia de vida o de muerte para los más de 350 millones de indígenas pobres del mundo. En esta semana próxima estarán en las manos de los 47 miembros del Consejo la suerte de los pueblos indígenas del mundo.
Lo que nos indigna es constatar cómo en momentos decisivos como el actual algunos países, supuestos grandes defensores de la democracia, los derechos humanos y la libertad y que tienen a su servicio las armas mas sofisticadas del mundo, se lanzan unidos contra los más pobres del mundo que somos los pueblos indígenas. Nos referimos a los Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia, a quienes ahora se suma la representación de Canadá, lo cual nos extraña por que éste último estado ha participado activamente en los veintiún años del proceso y es autor de muchas de las contribuciones positivas del proyecto de declaración.
Canadá, miembro del Consejo de Derechos Humanos, muestra hoy al mundo su bochornosa cara al pretender dilatar la adopción de la Declaración de los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas por supuestas razones de procedimiento o consulta del texto, cuando sabe perfectamente que el texto actual de la declaración, propuesto por el Presidente del Grupo de Trabajo, refleja el máximo consenso al cual se puede llegar entre los estados y los pueblos indígenas. Canadá también debe ser consciente de que cualquier dilación de tiempo solo servirá para destruir o socavar el consenso mundial obtenido sobre los derechos humanos de los pueblos indígenas.
Los pueblos indígenas contamos con al apoyo honesto, transparente y decidido de los estados miembros del Consejo de Derechos Humanos pertenecientes a Latinoamérica, la Unión Europea, Asia y África que de una forma histórica ejemplar van a adoptar el proyecto de Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas para enviarlo luego a la Asamblea General para su aprobación final.
El flamante Consejo de Derechos Humanos recién instalado este año tiene la oportunidad histórica de enviar una señal inequívoca afirmando que los derechos humanos son un compromiso de todos los seres del planeta y que la adopción de la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas es una deuda histórica que tiene el mundo para con la humanidad.
Con la declaración aprobada se iniciaría una nueva etapa de diálogo entre los estados y los pueblos indígenas teniendo como base el reconocimiento y respeto de los derechos humanos de los pueblos indígenas. De esta manera quedará muy clara y desnuda la hipocresía de los estados poderosos económica y militarmente y que se han venido aprovechando históricamente de los pueblos y comunidades indígenas del mundo mediante la explotación, la marginación y el genocidio.
Hacemos un llamado a los hombres, mujeres, niños y niñas, organizaciones indígenas y no gubernamentales y a la sociedad civil en general a repudiar la actitud bochornosa asumida por el estado de Canadá a fin que la Comisión postergue la adopción de la declaración y así privar a millones de seres humanos de un instrumento para vivir dignamente. Asimismo, instar a los estados de Latinoamérica, la Unión Europea, África y Asia a no apoyar cualquier medida que pretenda burlar los más de veintiún años de discusiones y consensos logrados mundialmente a favor de los derechos de los pueblos indígenas.
Comentarios
señor Huertas:
Hablas bonito en congresos internacionales, eso deberias practicarlo en la realidad de la sociedad kuna.
Es francamente mezquino criticar al hermano Huertas por su labor a favor de los pueblosn indÃgenas no solo de Centroamérica sino del mundo, porque la lucha en el terreno de la ONU no es para beneficio de una región sino para todas.
La hermana que escribió el mensaje anterior debe comprender que la lucha internacional es difÃcil y muchas veces incomprendida porque sus resultados no son de corto plazo. Además hermana no es fácil orientarse en esa lucha y hay que estar bien preparado y no todos los lideres indigenas estan a ese nivel.
Alberto Durán
me parece muy bueno el articulo ya que tiene mucho que ver con los derechos de mi pueblo soy tupi guarani del norte de argentina y aca nos falta mas pelea con el gobierno provinclai y nacional nos falta desicion para plantear nuestro necesidades como pueblo acreca de la entrega de tierras a nuestro pueblo guarani por eso espero que nos apoyen soy de jujuy zona del ramal
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