Por Andrés Kogan Valderrama*
18 de abril, 2023.- Hubiera preferido escribir algo sobre el reciente paso de Boaventura de Sousa Santos por Chile en la Feria del Libro de Ciencias Sociales de Recoleta y la necesidad de descolonizar nuestra historia a través de las Epistemologías del Sur, articulando la crítica al colonialismo, patriarcado y capitalismo, frente a un escenario de crisis climática y de amenaza nuclear (1), pero la gravedad de las acusaciones de acoso y abuso sexual en su contra terminan por borrar todo su pensamiento crítico (2).
la gravedad de las acusaciones de acoso y abuso sexual en su contra terminan por borrar todo su pensamiento crítico
Por eso que es escalofriante y cuesta mucho asimilar que un referente tan importante para el campo del pensamiento crítico mundial, vinculado a distintos movimientos sociales, como lo ha sido Boaventura de Sousa Santos en las últimas décadas, sea acusado por distintas mujeres del planeta de usar su poder académico para agredirlas sexualmente, reproduciendo lo peor del patriarcado que él mismo dice cuestionar en toda su obra.
El relato de una de las víctimas, proveniente de Argentina y del pueblo mapuche, Moira Millán (3), es estremecedor, la cual en detalle describe de manera dramática como el sociólogo portugués aprovechó su posicionamiento intelectual y prestigio para ejercer violencia sexual contra ella, sacando lo peor de una masculinidad violenta que usa los cuerpos de las mujeres para colonizarlos y transformarlos en meros recursos extractivos.
el campo académico es también un espacio de concentración de poder simbólico que reproduce lo peor del capitalismo, colonialismo y patriarcado
De ahí que debiera hacernos reflexionar no solo sobre lo deleznable a nivel individual de lo que se le acusa a Boaventura de Sousa Santos, sino de cómo el campo académico es también un espacio de concentración de poder simbólico que reproduce lo peor del capitalismo, colonialismo y patriarcado, a través de prácticas que en vez de prevenir, proteger y acompañar a las víctimas, terminan por generar las condiciones para que ocurran este tipo de hechos.
Por lo mismo, no se pueden omitir los silencios de universidades, centros académicos y espacios educativos que han callado por años abusos y violencias de toda índole, con tal de no perder prestigio y seguir en la vorágine de un capitalismo académico, centrado en la desenfrenada publicación de investigaciones y documentos científicos, subordinándose a lógicas competitivas, que pasan por alto prácticas racistas, sexistas y mercantiles en distintos lugares.
No es casualidad por tanto, que Moira Millán en su testimonio haya denunciado el silencio de El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), por conocer la gravedad de la situación con antelación y no hacer nada al respecto, mostrando como espacios que promueven el pensamiento crítico y cuestionamiento a sistemas de opresión, tampoco funcionan desde el cuidado.
Es cierto, CLACSO, luego de lo ocurrido sacó un comunicado de rechazo absoluto a cualquier tipo de violencia sexual (4), además de suspenderlo de actividades, al igual que la Universidad de Coimbra, pero llega muy tarde, ya que el enorme daño generado es irreparable, no estando a la altura de un institución regional que debiera poner en el centro la construcción de buenos vivires, libres de distintas violencias ejercidas principalmente a mujeres, trabajadores, indígenas, disidencias, pobladores,
Para que hablar de otras Universidades que Boaventura de Sousa Santos ha impartido clases, cursos, seminarios y ha sido distinguido como Doctor Honoris Causa, como son los casos de la Universidad de Costa Rica, Universidad de Wisconsin-Madison, Universidad de Warwic, Universidad de Londres y tantos otros espacios educativos que han guardado un silencio cómplice, que no solo lo encubre a él, sino a cuantos otros docentes que siguen en la impunidad completa.
Por otro lado, el rol que juega en todo esto la masculinidad hegemónica es clave, en donde como hombres nos mal acostumbraron a idolatrar e idealizar a otros hombres de manera acrítica, como si fueran unos grandes héroes o dioses, lo que se reproduce en el campo académico e intelectual. de la misma forma como pasa en otros campos, como lo son el deportivo, artístico, militar, religioso, empresarial y político.
En el caso de Boaventura de Sousa Santos, que lo transformamos en una especie de gurú de la plurinacionalidad, de la decolonialidad y de la crítica al eurocentrismo, no vimos que finalmente las ideas no le pertenecen a nadie en particular, sino que son parte de un entramado de relaciones y luchas históricas que trascienden a los autores mismos y a sus propias vidas, que en este caso, están en total contradicción a lo que se le acusa.
Notas:
(1) https://www.youtube.com/
(4) https://www.clacso.org/
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* Andrés Kogan Valderrama es sociólogo, diplomado en Educación para el Desarrollo Sustentable, magíster en Comunicación y Cultura Contemporánea y profesional de la Municipalidad de Ñuñoa. Integrante de Comité Científico de la Revista Iberoamérica Social y director del Observatorio Plurinacional de Aguas www.oplas.org.
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Comentarios
Me resisto a descatar las
Me resisto a descatar las ideas de una persona por sus pecados, pero en este caso el machismo está lado en sus escritos, primero por su estilo arrogante y oracular, pontificando sin desarrollar un razonamiento serio y sin evidencias empiricas o bases bibliograficas solidas, y Segundo por lo ausencia de las Mujeres y del feminismo. Debra desarrollar más su crítica al caudillismo academico.
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