Servindi, 30 de octubre, 2022.- El viernes 4 de noviembre el maestro y artista Raúl Casanto Shingari presentará el libro “Doctor en su propio pueblo: historia de vida de un intelectual asháninka”.
La cita es en el auditorio del Lugar de la Memoria (LUM) a las 5 p. m. y contará con un panel de comentaristas integrado por Luisa Elvira Belaunde y Juan Carlos La Serna.
El comunicador shipibo Willian Barbarán le realizó hace pocos días una espléndida entrevista en su programa radial Voces Amazónicas y que gracias a su gentileza compartimos a continuación.
- La última vez que nos encontramos fue con motivo del encuentro binacional Brasil-Perú en Yurúa. Habías venido de tu comunidad a participar. Partimos con este tema. Cómo has visto y analizado este encuentro binacional. Hace poco también el apu Berlin Diques fue al Brasil con una delegación llevando algunas propuestas principalmente para cuidar la frontera de ambos lados, tanto por el lado de Brasil y también por el lado de Perú.
En el encuentro binacional se trató de la conservación de nuestros bosques, porque sabemos muy bien que en el lado brasilero –no los indígenas– sino la gente mestiza ha depredado bastante su bosque. Hay inmensas ganaderías de tal manera que ya los bosques han sido depredados y como consecuencia vemos, pues el cambio climático y los riachuelos y las quebradas se van secando a medida que los bosques van desapareciendo.
- Eso es real. ¿También ustedes así lo perciben en la cultura Asháninka?
Claro, pero en el caso de nosotros en Yurúa se puede decir que todavía se mantiene intacta, es una selva todavía virgen, justamente gracias a Aidesep, gracias a ORAU que en los años anteriores tuvimos una visión como indígenas de abarcar cuanto más territorio. Nosotros podemos conservarlo porque sabemos, nosotros los indígenas por naturaleza siempre hemos sido conservacionistas, aunque nos digan que somos haraganes.
- Pero no somos en realidad haraganes. Esto lo podemos desmentir públicamente.
Al contrario, nosotros con mantener nuestros bosques estamos contribuyendo a la salud de nuestras familias, de nuestra comunidad, de nuestra región, de nuestro país y del mundo entero, porque gracias a que esos bosques todavía están ahí captan el carbono y no solamente nos sirven a nosotros, sino a todo el mundo.
- Las medicinas y otros productos farmacéuticos también salen del bosque por las plantas medicinales y la biodiversidad.
Siempre dije que nosotros –en referencia a la frase del sabio Antonio Raymondi– nosotros somos mendigos, pero sentados en nuestro banco de oro; es decir, nuestra riqueza tan grande está en nuestras manos, pero sin embargo nosotros carecemos de los medios económicos.
- Pero tampoco hay una política de Estado que incentive ¿no?
Volviendo al tema binacional, justamente en el lado brasilero hay comunidades ashéninkas que son nuestros parientes también, que colindamos con ellos, es decir para nosotros no existe esa línea divisoria o fronteriza. No tenemos límite fronterizo.
- Hay una comunicación fluida, comunicación con ambos lados.
Los hermanos de Brasil en este caso están mejor atendidos en el sentido de que el gobierno brasilero les da las facilidades para poder tener, se puede decir, un ingreso económico como para no depredar el bosque. Esto no ocurre con nosotros en el lado peruano.
- Es muy poco lo que protegen las autoridades por lado peruano; es decir si tú denuncias, ni creo que les interese. He visto varios casos.
En el mundo hay mucho dinero para la conservación de los bosques, los países desarrollados están pagando una especie de multa por contaminar el ambiente, pero este dinero que es de las aportaciones de los países grandes va de gobierno a gobierno, es decir, el gobierno peruano recibe una buena cantidad de dinero.
- Pero no se revierte en las comunidades.
Pero no llega pues a las comunidades; es decir, ese dinero, todo queda para la burocracia limeña.
- Y termina en puras consultorías.
Exacto. Nosotros que somos los verdaderos conservacionistas no estamos recibiendo nada. Como repito, nosotros somos los conservacionistas, nosotros somos los que cuidamos el bosque, pero a cambio de qué, de nada. En cambio, en el lado brasilero, a los hermanos le están dando su incentivo económico por proteger sus bosques, entonces ya no se preocupan de talar montes, de vender madera.
- Para eso debe haber un proyecto de ley, pero como no tenemos representantes en el Congreso de la República y a pesar de que tenemos congresistas regionales, tampoco promueven ese tipo de iniciativas. No, absolutamente nada.
Eso es lamentable justamente. Yo siempre he dicho que para eso existen nuestras organizaciones, existen Aidesep, ORAU y todas las bases, pero es lamentable también decir que nuestros dirigentes han caído también en corrupción, que solamente piensan en sus beneficios personales propios y no están pensando, pues en la población a quienes representan en este caso las comunidades nativas. Bueno, este entonces ahora tenemos conversaciones con los hermanos de Brasil, no solamente los Ashéninka, sino también están los Konqui y otros pueblos más.
- Cuántos pueblos hay en Yurúa.
En Yurúa hay 6 pueblos.
- Por el lado de Juruá le dicen, pero qué es el mismo río ¿no?
Es el mismo río. La pronunciación de Yurúa en castellano y en Brasil le dicen Shurua en portugués. Entonces, estamos de acuerdo con ellos en que pensábamos organizarnos en la binacional porque así para tener voz en las Naciones Unidas y allá a reclamar nuestros derechos, ya que el gobierno peruano nos deja de lado, el gobierno peruano no hace nada por nuestras fronteras.
Entonces la idea es tener a alguien de nosotros, un representante que esté en la OEA o en las Naciones Unidas, en comunicación constante y haciendo gestiones en favor de nuestro pueblo en forma directa porque ya tenemos experiencia que como repito, los gobiernos peruanos no solo este actual, sino los anteriores, siempre han recibido el dinero en nombre de nosotros como pueblos indígenas para conservación, pero nosotros nunca hemos recibido ni un sol y si es que hay en estos momentos, por ejemplo, y Ministerio de Ambiente tiene un programa que dice Programa Bosques, pero mira, para mí es un insulto cuando el gobierno destina apenas diez soles por hectárea para cada comunidad de conservación.
- ¿Diez soles?
Así es, diez soles por hectárea. Entonces, comunidades que están atendiendo más en las zonas del Pichis, Puerto Bermúdez y Selva Central, esas comunidades que no pasan de 200, 300 o 500 hectáreas qué pues les vale ese dinero. No da pues.
- Para los que tienen gran extensión puede ser algo. Si el huevo ya está costando 3 por dos soles.
Pero sabemos muy bien, tenemos información de que los países donantes están más o menos dando algo de 80 a 100 dólares por hectárea. Entonces, quiere decir que el gobierno recibe eso y a nosotros nos están dando la migajita, es como un darle un caramelito.
- Y ellos se están llevando a la gran parte, digamos. Muy bien y hablando de estos territorios, los territorios de selva central, donde está la mayor parte de los hermanos asháninkas sus terrenos son pequeños.
Sí, pequeños.
- Un poco cuéntanos la historia de por qué son pequeños porque tuvieron la oportunidad de aprovechar en su tiempo también porque Velasco era el presidente cuando él inició la titulación primero en esta zona.
Justamente este libro que va a salir cuenta esa experiencia porque es muy lamentable que cuando se produjo la guerra con Chile el gobierno de entonces se endeudó. Es decir obtuvo préstamos para afrontar la guerra y cuando ésta acabó el Perú quedó endeudado. Entonces el gobierno peruano, ha dicho, bueno, yo no tengo dinero para pagarte, pero acá tengo terreno, ustedes los dan en concesión explótenlo y recuperan su dinero y de esa manera, entonces es que una compañía inglesa llamada la The Peruvian Corporation recibe en concesión en la parte de Selva Central entre Perené, Chanchamayo y Satipo una concesión de 500 000 hectáreas. Entonces la compañía recibe esa tierra los 500 000 hectáreas sin saber que ahí estamos nosotros los nativos.
- ¿Los asháninkas, principalmente no?
Exactamente. Entonces ellos ya reciben eso y encuentran que estamos nosotros ahí y que más han querido los gringos como decimos nosotros, mano de obra barata para ellos y entonces, por los años 30 y 40 del siglo pasado no había ley de comunidades, y no había comunidades con título, o sea nosotros vivíamos ahí nomás.
- Tampoco, no visionamos mucho, qué es lo que iba a ocurrir.
Entonces, es ahí donde entra a la compañía y empieza a depredar los bosques para el cultivo del café y para la mano de obra barata están ahí los nativos asháninkas.
- Ustedes o sus ancestros trabajaron de manera gratuita.
Exacto, y era una explotación bárbara. Por ejemplo, mi abuelo trabajaba ahí un año por una escopeta. Hay otros que por una olla o por una frazada trabajaron 6 meses, 7 meses y como no sabían escribir ni contar nada, solo agarraban un palito y con un cuchillito contaban sus tareas ahí con una rayita todos los días para saber cuántos días han trabajado.
Entonces vino una explotación bárbara, estaban obligados a venir a la compañía para trabajar en la cosecha de café, hacer los roscos, la tumba y los etcéteras, etcétera. Entonces hubo varios líderes que surgieron de todo eso y dijeron: “pero si nosotros somos nacidos acá, somos dueños de nuestras tierras y por qué tenemos que trabajar a favor de los gringos”.
Se dieron cuenta entonces y comenzaron a reclamar por sus derechos y por esto es que ellos lucharon contra la explotación. Luego entró el primer Gobierno de Belaúnde Terry y habló de la reforma agraria, pero no habló del derecho de las comunidades. ¿Pero cuál era la reforma agraria de Belaúnde? Belaúnde decía que la Selva es inhabitada y por lo tanto se necesita colonizar la Amazonía.
- Tenía una política de colonizar pensando que no hay nadie.
Eso es. Aparte de eso promovía la colonización y también la apertura de las llamadas carreteras marginales, o sea la marginal de la selva, entonces cuando la gente supo de la carretera marginal, mucha gente andina empezó a llenar todo ese tramo y había una lucha entre los colonos, las comunidades nativas y la compañía inglesa.
- Había tres sectores en disputa.
Así es. Pero más podían los colonos, porque como ellos eran andinos tenían más pericia para trabajar la tierra. Entonces empezaron a tomar las tierras y de esta manera las comunidades han quedado como unas pequeñas islas. Hay comunidades que han podido defender 100 hectáreas, otras 150, otras 200 o 300. Y me acuerdo en este momento de una comunidad muy pequeña que solamente tiene 50 hectáreas, y desde los años del 60 hasta la fecha esa población comunera ha crecido. Entonces, ya las 50 hectáreas ya no es nada.
- Bueno, retomando la conversación con Raúl Casanto, es un hermano sabio, el pueblo Asháninka y también un intelectual de su pueblo. Hermano Casanto, yo he tenido la oportunidad de visitar la Selva Central a una comunidad asháninka y he visto y consultado a la gente que su territorio prácticamente no tiene bosques, no hay fauna y me decían que habían alquilado su tierra a un empresario para sembrar algunos cultivos en su territorio, ¿es cierto? nos puede confirmar esta situación que hay en la Selva Central.
Sí, es lamentable que esté ocurriendo eso debido a la presión económica. Nuestros hermanos alquilan sus tierras a empresarios que vienen, por ejemplo, a producir kion y otros productos, pero lo más triste es que la cantidad por la que ellos alquilan prácticamente casi toda su comunidad y lo que reciben por el derecho de usufructuar sus tierras es poco. Ese dinero que les dan, pues les dura tal vez una o dos semanas porque al no saber cómo invertir su plata se lo gastan en cualquier cosa.
Después de terminar con ese dinero, ellos mismos, los que han alquilado sus tierras se convierten en operarios de los patrones, o sea, de los que han alquilado las tierras y efectivamente, como usted acaba de decir estas comunidades que tienen 100, 200, 300 hectáreas, y han sido depredadas totalmente, son tierras que ya están en algunas partes en desuso y la fauna ya no existe.
La población joven de esos lugares no conoce que es una sachavaca, un paujil, un motelo o un venado. Eso ha pasado a la historia, es decir, ellos solamente ven esos animales en los libros, pero no de manera física como lo vemos acá.
- Ese ha sido el motivo principal que también algunos hermanos asháninkas se han ido a otro sitio, por ejemplo, al Purús, a Yurúa, al Alto Tamaya y por el Ucayali también.
Hay una migración.
- Una migración de hermanos indígenas. ¿Poblacionalmente cuántos asháninka habrá?
Antes que nos divida el gobierno, porque anteriormente el pueblo Asháninka era uno sola, pero después nos dividieron con Asheninka.
- ¿Qué piensas sobre eso?
Para mí está mal porque es igual que ustedes pueden ser Shipibo konibo no, y eso no es otro pueblo, si no solamente es en la variante del dialecto.
- Eso no más, dialecto, como pronunciar algunas palabras.
Pero como cultura yo sigo sosteniendo que es un solo pueblo. Yo me reconozco como Asháninka que quiere decir, que es la persona que es del mismo pueblo o de la misma etnia, pero ashéninka es mi pariente. Entonces, cuando digo ashéninka me estoy refiriendo a mi primo, a mi cuñado, es en términos generales, qué es paisano de nuestra tierra.
- ¿Pero hay sectores como los hermanos ashéninka que se autodenominan y no aceptan ser asháninka? ¿No?
Eso es lamentable, pues te digo cuando antes que nos divida el gobierno calculábamos que estábamos más o menos en habitantes, algo de 100 000 asháninkas en toda la Amazonía.
- Población nacional.
Población nacional entre Cusco, Ayacucho, Ucayali, Junín, Pasco, Huánuco y un poco también creo que hasta Madre de Dios.
- ¿Y ahora en cuanto quedan los que son ashéninkas?
No puedo decirlo exactamente. La mayoría sigue siendo asháninka, aunque hay una disputa también por ahí, por los lingüistas.
- En la selva central también se autodenomina Ashéninkas o solo es en Ucayali, porque yo principalmente escuchó en el Gran Pajonal, por ese sector.
Por el hecho de que ellos hablan su propio dialecto, ellos son los autores del Ashéninka, pero hay algunos en otros lugares porque hay una constante migración entre poblaciones. Por ejemplo en Alto Tamaya, yo encontré hace 22 años una familia que es un pariente mío que vino de selva central y que emigró por acá hace más de 30, 40 años atrás.
- Se quedó ahí.
Se quedó ahí sobre todo por la cuestión de alimentación. Como allá en la Selva Central ya se acabaron los animales, entonces van migrando. O sea, la migración indígena se debe a varios factores, uno por la alimentación, otro por las enfermedades, otro porque han sido traídos.
- Pero han venido regularmente y van a seguir viniendo.
Van viniendo porque en la zona de Sheshea se están formando nuevas comunidades.
- Eso es bueno. Porque yo no veo ninguna incomodidad, porque es una forma también de asegurar la territorialidad indígena, ¿no?
Exactamente, pero es lamentable decir qué ORAU, un poco que se está oponiendo porque dicen que van a venir que o sea no están pensando en el futuro de las otras generaciones.
- Así es, pero eso es un punto de discusión, digamos, pero igual yo no le veo nada de malo, porque es un territorio y hay varias cuencas.
Es más, como ya dije antes, mira si agarramos un territorio grande, esto estamos sirviendo como indígenas, no sólo estamos mirando por nosotros
- Y aparte de eso, hermano Raúl en el futuro no va a haber tierra y yo siempre le digo a mis hijos, más bien va a haber escasez de tierra cuando ya somos mayor cantidad de población. El estado no piensa así hacia nosotros, por eso es por lo que también nos restringe una serie de cosas.
Yo soy dirigente a partir de los años 80, y en ese tiempo ya nosotros pensábamos en estos problemas que iban a surgir y por esto es por lo que hemos propuesto nosotros las reservas. Por ejemplo, una de las reservas que hemos exigido tanto al gobierno ha sido la reserva del Sira.
- Muchas de las reservas surgieron a iniciativa de Aidesep.
Pero esas reservas lamentablemente ahora nosotros tenemos que exigir para que los beneficios de esas reservas lleguen a las comunidades y no solo se queden en el gobierno y sus funcionarios.
- Y ahora los narcos están invadiendo las áreas naturales protegidas.
Exacto.
- Raúl, hay muchas cosas para hablar sobre estos temas. Pero háblame de la presentación de tu libro. ¿Cómo nació esta idea? Porque siempre nosotros, los pueblos indígenas transmitimos de manera oral y no hay mucho escrito, digamos, si algún líder hubiera dejado, estaríamos enriquecido culturalmente, no con las costumbres, etcétera. ¿Pero cómo te nació esta iniciativa de escribir este libro?
Mira te voy a decir que desde muy niño a mí me gustaba captar la historia de nuestro pueblo. Este libro que va a salir narra más o menos seis etapas de mi persona, comenzando desde los seis años, cuando yo me crie con mi abuelo y mi abuelo era uno de los líderes que protestaba, que reclamaba por el derecho a las tierras.
Como ya te mencioné antes, la compañía entró y nos han hecho esclavos a todos, pero mi abuelo era uno de los que empezó a reclamar y yo como crecí con él, a partir de los 6 años le acompañaba a donde iba, a una reunión, a todos lados.
- Y vas captando todo, grabando todo en la mente.
Así es y cuando yo tenía la edad de 15 años ya sabía más o menos de qué se trataba y empecé pues a colaborar con mis abuelos, pero también llegaba a mi abuelo, mucha gente que le vino a entrevistar antropólogos, yo veía todos barbudos y yo decía quienes serán y me acercaba ahí para escucharlos, y les preguntaba un montón de cosas, esos antropólogos también han escrito sus libros recogiendo la información.
- El testimonio de tus abuelos.
Hasta que vino un tal señor Moisés Gamarra que dijo, necesitamos jóvenes que quieran estudiar para atender la salud de la gente, porque en ese tiempo por la malaria y el sarampión era demasiado. Entonces tuve la oportunidad de estudiar enfermería, trabajé 5 años en el Ministerio de Salud, pero no estaba conforme, porque toda vez que me iba a visitar a una comunidad encontraba quejas de que bueno, mira, aquí no tenemos escuelas, que en nuestro territorio nos están invadiendo, que no tenemos pastillas, que no tenemos esto, que no tengo el otro.
Entonces, yo me he sentido identificado con esas necesidades del pueblo y no tanto me gustó estar encerrado en mi puesto de salud atendiendo a los enfermos. Entonces tuve que renunciar a ese trabajo y dedicarme más a la labor social.
- Labor dirigencial también. ¿Fuiste miembro del Consejo Directivo nacional de Aidesep no?
No, no tuve la suerte.
- Eras como personal técnico.
Bueno técnico después, pero inicialmente he sido uno de los promotores que hemos empezado a formar, porque dijimos que un arma indispensable para defender nuestros derechos es organizar. Ya no podemos solo agarrar nuestra flecha o nuestra escopeta para defendernos sino también tomar las armas legales, y es así como entonces empezamos a organizarnos y la primera organización que se formó en el Perené, me acuerdo ha sido en octubre del año 76, la primera federación a nivel de la Amazonía. Entonces no había otras.
- ¿Cómo se llamaba?
Se llamaba la Federación de Comunidades Nativas del Perené, FECONAPE. Y desde entonces empecé a promover las organizaciones hasta que en 1988 ya también renuncié a los cargos. Me estaban proponiendo para ser dirigente de Aidesep, pero renuncie debido a que yo prefiero atender a mi familia, porque ésta ya se estaba desintegrando porque llevaba mucho tiempo fuera de mi casa.
- Ya había presión.
Si, ya había presión familiar, entonces tuve que renunciar a los cargos, pero no he renunciado a mi labor social; es decir, yo sigo trabajando en favor de los pueblos con cargo o sin cargo. Ahora cuando yo vengo a Ucayali vengo a ocupar un nuevo cargo técnico ya no dirigencial, trabaje 7 años en el proyecto Huertos Integrales Familiares Comunales (HIFCO).
- ¿Qué año has venido a Pucallpa?
En el 89. Gracias a que en el 89 cuando, fue la asamblea nacional de Aidesep, la mayoría de las organizaciones de base querían elegirme a mí como presidente. Yo renuncio en plena asamblea y dije, no acepto el cargo. ¿Pero entonces, quién propone aquí? ¿A quién asháninka propones tú para ser tu reemplazo? Yo le propongo al señor Miqueas Mishari que estaba ahí.
- ¿Por consenso?
No, no ha sido por consenso porque ahí había dos candidatos que disputaron: Miqueas Mishari y Román Shanjean del pueblo Awajún.
Nos hemos quedado hasta las 2:00 de la mañana tratando de consensuar con la gente, La votación era pareja. Primera votación, empate; segunda votación, empate; tercera votación, empate. ¿Qué hacemos entonces? Entonces Mishari dijo, mira entonces, yo voy a declinar le voy a pasarla banda al señor Shajean y yo le he dicho no, no es así, vamos a someter a sorteo.
- Ah no sabía esa historia.
Pero algunos dijeron no, como vas a hacer sorteo, acaso es fútbol. Pero al final aceptaron, llaman a una secretaria: a ver usted saque el primer papel, y sale Mishari. Es entonces cuando Miqueas Mishari entra de presidente. Ya para ese momento el proyecto HIFCO ya estaba funcionando acá y Manuel Huaya Panduro era el coordinador con Haroldo Salazar Rossi.
Es entonces que Miqueas Mishari me dice, bueno yo en verdad te agradezco haberme propuesto y tú no vas a quedarte así no más. Pues me dijo, ahora, pues tú que vas a hacer. Vas a regresar a tu comuna, ¿qué vas a hacer? Y en ese tiempo también ya el terrorismo estaba bien candente.
Conversé con mi esposa y le digo, sabes que hay una propuesta para trabajar en Pucallpa, ¿qué te parece? Ella medio que no, ya bueno, acepta, pero solamente por un año hasta que esta situación política se aclare. Yo vengo aquí a Pucallpa en el 89 pensando en regresar al año siguiente, total acá también se agravó la situación política y allá en la selva central peor, aún.
- ¿En qué año te vas a Yurúa? Que ahora tiene su propia comunidad.
El proyecto terminó en el año 96 y me quedé sin chamba. Converso con mi familia para regresar otra vez a la Selva Central pero ya no tenemos terreno y ya no había nada de oportunidades. Entonces yo tengo 8 hijos y qué vamos a hacer.
- Y entonces ya eras un ex comunero de tu comunidad en la Selva Central, ya te habían sacado.
Así es, dejé de ser comunero.
- Y que decides con la familia.
Entonces mi familia me dice, hay que buscar un terreno porque nosotros no podemos quedarnos en la ciudad. En la ciudad hay que tener dinero para vivir, todos los días hay que comprar, pagar la luz, pagar el agua, esto no es mi vida. Vamos a la chacra. Consigue de donde sea un terreno, aunque sea lejos, lo que sea.
- Lo más lejos, aunque sea frontera.
Eso es.
- Muy bien, se nos va el tiempo del programa. Invita a la gente a la presentación de tu libro. Esperamos también que después que hagas eso podamos coordinar para presentar acá en ORAU o en Pucallpa. Yo me comprometería, de repente, a coordinar eso. También conocer el costo del libro, porque a mí me interesaría comprar y leer uno.
Sí, William. Gracias, bueno, quiero dirigirme al público en general para invitarles a la presentación del libro titulado “Doctor en su propio pueblo”. Este acto ceremonial se va a realizar en la ciudad de Lima el 4 de noviembre próximo a las 17:00 h de la tarde. Los que pudieran ir bienvenidos y los que no vamos a programar tal vez una segunda presentación acá en Pucallpa, creo que sí va a ser posible, me estaban diciendo que posiblemente en la UNIA. Entonces va a haber oportunidad de que los ucayalinos podamos estar presentes.
- También invita a todos los hermanos asháninkas para que conozcan su historia, porque también radican en Pucallpa y Yarinacocha varios hermanos asháninkas.
Si hay bastantes y entonces desde ya quedan invitados todos a esta presentación y no solo porque lo que Raúl Casanto hizo, sino también es que es el resultado de ese trabajo aquí, especialmente con el proyecto HIFCO, ha trascendido no solamente en la Amazonía peruana sino también fuera del país. Entonces es importante destacar que no se trata de un logro personal mío, sino que es un logro de equipo también que gracias a la organización el Perú ha sido conocido en la parte de la agroecología hasta en Europa y otros países.
- Perfecto hermano Casanto. Hasta la próxima oportunidad.
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Un naturalista en esencia, sus observaciones vivencias, prácticas preservacionistas y su amor a la naturaleza ha aquilatado sabidu ría en este indígena que comparte tanto co nocimiento valioso.
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