Foto: alerta-puntoregistral.com
Por Javier Torres
11 de julio, 2012.- Luego de una semana en la que la “mano dura” del primer ministro Oscar Valdés parecía imponerse por sobre todas las cosas, y por sobre la razón y el sentido común, el gobierno del presidente Humala dio un nuevo giro e invocó a la Iglesia para que mediara en el conflicto por el proyecto Conga. Frente a ello, y sin perder tiempo, el presidente regional Gregorio Santos aceptó la propuesta, e incluyó en el diálogo al padre Gastón Garatea.
Aunque el nombramiento de dos destacados miembros de la Iglesia Católica abre la posibilidad de un nuevo momento en el conflicto, sirve también para poner de manifiesto el fracaso de la precaria institucionalidad estatal y de nuestro sistema político para resolver un conflicto que tiene más de ocho meses y que la semana pasada dejó cinco muertos -todos heridos de bala- además de la prepotente detención del líder de Tierra y Libertad y crítico al proyecto Conga, Marco Arana.
¿Es solo la intransigencia de las partes la explicación al fracaso del Estado en Cajamarca? A primera vista parece que sí, ya que nadie tuvo mayor disposición al diálogo, salvo cuando se llegó a una situación incontrolable, y con la amenaza de un desborde mayor. Pero el conflicto por el proyecto Conga también ha puesto en evidencia que la estrategia para enfrentar los conflictos parte de un supuesto equivocado, que consiste en creer que el problema se resuelve creando una institucionalidad ad hoc, y no revisando cuáles son los problemas de funcionamiento estatal en el manejo de los asuntos mineros.
Los problemas de la minería peruana no son, como se cree, solo problemas de mala comunicación de parte del Estado y/o las empresas sobre las bondades de la actividad. Los problemas derivan del agotamiento de las reglas de juego que se impusieron a inicios del gobierno de Alberto Fujimori para convertir nuestro país –devastado por el terrorismo y la hiperinflación- en un lugar atractivo para la inversión privada. Esas reglas cumplieron su objetivo, pero ahora el país ha cambiado y la minería en el mundo también. En los últimos años las sociedades y los Estados se han vuelto mucho más exigentes con la actividad minera, y existen conflictos como los que vivimos en el Perú, en todas partes, sobre todo en América Latina donde se concentra el 25% de la inversión en exploraciones mineras.
Por ello es necesario insistir en que el debate minero en el Perú debe dejar de ser en torno a la viabilidad ambiental o a la licencia social del proyecto Conga. Más bien se debe discutir las reformas que el gobierno se ha comprometido a elaborar y que probablemente el presidente Humala anuncie el 28 de julio.
Reformas que no pueden limitarse a meras modificaciones a los marcos ambientales, sino a afirmar el rol central del Ministerio del Ambiente en un nuevo sistema de evaluación ambiental, así como en el desarrollo de una política real de información, consulta previa y participación ciudadana sobre las concesiones y proyectos mineros, que debe llevar a cabo el Ministerio de Energía y Minas.
Además es fundamental que el presidente Humala recuerde que hace un año se comprometió a desarrollar una política de Ordenamiento Territorial (OT), la misma que desapareció del discurso presidencial desde que anunció su política de “agua y oro”, quizá porque le hicieron creer que el OT buscaba ser un freno para la minería, cuando en realidad es una política que permitiría un manejo más racional de nuestros recursos y una planificación ordenada de las diversas actividades económicas que se realizan en un territorio.
Lo mejor que puede hacer el gobierno nacional –mientras los facilitadores del diálogo escuchan a las autoridades y pobladores de Cajamarca- es exigirle a Minera Yanacocha que suspenda el proyecto Conga, además de renovar su gabinete y avanzar con la mayor velocidad posible en proponer al país la reforma ambiental prometida, cuyo debate requerirá tiempo y una buena disposición de los diversos actores. Solo así se podrá empezar a encontrar la solución al conflicto en Cajamarca y a la conflictividad minera en todo el país (Con información de Diario 16).
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Fuente: Portal del diario Generación: http://www.generaccion.com/noticia/159686/mas-alla-conga
Comentarios
Nota: en mi comentario anterior, cuando me refiero a la decada 70, es correspondiente al siglo XIX.
¿Que es "Estado"? Es un invento de la monarquia feudal, para extender la influencia social del Rey ("el Estado"; luego los democratas burguseses, ya no de insurrectos contra ese Rey, sino ya probando el poder arrebatado al Rey, para hacer creer que "el Estado somos todos" ante la omnipresencia del Mercado que subordina al Estado. Historica y verdaderamente, en las antiguas culturas de Grecia y Roma, no existe la "ciudad estado" otro invento de esos democratas; lo que existe es la "REPUBLICA" como la comunidad de ciudadanos, pues "res"= cosa y "publius"= publica que es el bien publico para el bienestar comun de todos. Los gobernantes del Peru, saben que existen una parte pobre y una parte rica del Estado : el "Estado de Derecho" se mide con dinero o con represion policial y militar. La vision de futuro es la auto destruccion del "Estado" diseñado en la Constitucion del 93. El contexto geopolitico amazonico-andino, y la acostumbrada corruptibiliadad de los democratas peruanos,analogos a la decada 70 del siglo XII, nos exigen restaurar la Republica, que esta siendo destruida por las concesiones privatistas de los bienes de la Nacion.
Que yo recuerde durante los años de democracia, nunca antes hubo un paro tan largo y pacifico como el que ocurrio en Cajamarca contra el proyecto Conga. Eso demuestra el nivel de organizacion y la pacificidad de los manifestantes. Sin embargo, al parecer, tanto el gobierno, como la prensa pro minera y las mismas empresas mineras buscaron por todos los medios hacer parecer a los manifestante como radicales e incluso como terroristas como unico argumento de esta manifestacion por demas pacifica. A ello se sumo el famoso colectivo cajamarca, integrado por personajes vinculados directa o indirectamente a la actividad minera, que lejos de buscar el desarrollo como lo pregonan, buscan saciar sus apetitios personales y empresariales.
34 dias de protesta y ninguna carretera bloqueada, ningun vidrio roto, ni gente hostilizada, como lo dice la prensa vendida, por el contrario durante este periodo, decenas de manifestantes fueron agredidos verbal y fisicamente y de forma brutal por la policia pagada y movilizada por Yanacocha, ante lo cual el ministerio publico y el gobierno no solo se hicieron los ciegos sino que avalaron dicha actitud.
Lo unico que buscaban era provocar a la gente y hacer que reacciones de forma violenta y asi tener los argumentos suficientes para perseguirlos y encarcelarlos como verdaderos terroristas. Se sabe que en celendin fue la misma policia que incentivo a un grupo de pobladores para que generen el caos y asi tuvieron argumentos para disparar a gente cuya unica arma fue su voz y sus banderolas.
Todo esto demuestra que, tanto Ollanta como Valdez tienen un fuerte compromiso, posiblemente pecuniario, con las empresas mineras que les obliga a reprimir cualquier oposicion al proyecto Conga.
Si el argumento fuese otro, la solucion mas practica y democratica hubiese sido exigir a la empresa paralizar toda actividad en la zona o sacar a su maestro y guia Oscar Valdez, con ello las cosas se hubiesen calmado por un tiempo y se hubiese evitado la muerte de los cinco hermanos "martires del agua", por las cuales tarde o temprano tendran que rendir cuenta Humala, Valdez y Yanacocha.
Lo que se prevee es que si el gobierno fuerza la viabilidad del Proyecto Minero Conga, la situación social y política se pondrá aún en mayor dificultad de lo que estaba. Ni los Cajamarquinos ni los peruanos estarían dispuestos a aceptar que Conga vaya luego de la muerte de cinco personas. Aceptarlo sería una mala señal para la sociedad peruana. Alguna vez los peruanos vamos a aprender a vivir respetando a las comunidades indigenas.
Por otro lado, las comunidades indigenas se están dando cuenta que con respecto a ellos el trato colonial no ha cambiano en nada, siguen siendo ninguneados, por su puesto en nombre del progreso; pero ahora ellos tienen más apoyo internacional y la conciencia social avanza. Así es que creo lo mejor es dejar en suspenso, o que Conga no va.
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