Servindi, 20 de marzo, 2012.- Los productores de soya brasileños deberán acatar la medida cautelar que permite a los indígenas ava guaraní continuar en las 2 mil 683 hectáreas que reivindican como territorio ancestral en la localidad de Ytakyry.
El grupo de soyeros quieren expulsar a los nativos de la que consideran su propiedad, superpuesta al territorio ancestral.
A pesar de que el Estado adquirió dichas tierras en 1995, habitada por cinco comunidades ava guaraní, la disputa no ha sido resuelta.
En 2010 el conflicto se agudizó al hacerse pública la denuncia de que los nativos eran atacados con químicos para fumigación lanzados desde un avión.
En ese año se conformó una comisión de mediación encargada de analizar los documentos y elevar un dictamen en sesenta días. Transcurrió el plazo sin que la comisión pudiera presentar su informe.
Un año después, los ava guaraní dieron por concluida la mediación. Los soyeros, por su parte, insistieron en una nueva reunión hasta que en setiembre de 2011 se conoció un informe que los beneficia.
Para el abogado Aníbal Alfonso, de la Pastoral Indígena de la Conferencia Episcopal Paraguaya, esa resolución ulterior carece de validez porque el proceso de mediación ya había concluido.
El informe de la comisión propone el traslado de los indígenas o que el Instituto Paraguayo del Indígena vuelva a comprar la propiedad.
Indignados, los ava guaraní acordaron permanecer en sus tierras a pesar de las fricciones que buscan desalojarlos.
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