Servindi, 9 de febrero, 2012.- Una de las mayores ventajas comparativas del país es su agrobiodiversidad, y son los pequeños agricultores quienes la hacen posible. Por esa razón, ellos son los protagonistas de la nueva publicación “Pequeña agricultura y gastronomía. Oportunidades y desafíos”, escrito por el ministro de Agricultura, Luis Ginocchio.
El libro analiza la realidad y los alcances de la micro y pequeña empresa agropecuaria. Expone la importancia de las alianzas entre campesinos y la actividad gastronómica, que contribuyen al boom de la cocina y generarían posibilidades económicas para 2.3 millones de pequeños productores.
Profundiza en la alianza cocinero-campesino lograda en la feria Mistura; el nuevo entorno comercial propiciado por la gastronomía; y el potencial exportador de insumos como las aceitunas, ajíes, trigo, derivados lácteos y frutas. Destacan además diversos casos, como las papas nativas y el café orgánico Tunki.
La elaboración de esta investigación contó con la colaboración del especialista Augusto Cavassa y de la Asociación Nacional de Productores Ecológicos del Perú (ANPE); de la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro) y de las organización Perúbiodiverso.
Asimismo, fue posible con el apoyo de la Sociedad Peruana de Gastronomía (APEGA), la Cooperación Alemana al Desarrollo (GIZ), y las ONG OXFAM y SOS FAIM.
No hay desarrollo sin pequeña agricultura
Durante la presentación del libro, la ministra de Desarrollo Social e Inclusión Social, Carolina Trivelli, dijo que la asociación entre agricultura y gastronomía obliga a mirar varios aspectos del mundo rural, “No se puede hablar de desarrollo rural sin desarrollo de la pequeña agricultura y ambas cosas deben estar unidas”.
“La propuesta de la gastronomía es integrar ese colectivo de ciudades metropolitana, ciudades intermedias y medio rural en una gran cadena, que pasa por integrar y gestionar distintos espacios”, refirió en el evento efectuado el pasado 2 de febrero.
Agregó que otro tema es impulsar las cadenas intermedias, de potenciarlas tanto desde el Estado y desde instituciones como APEGA donde existen oportunidades de promover encuentros, que permitan dinamizar economías locales y generar un proceso de reafirmación cultural.
Por su parte, el ex ministro de Trabajo, Fernando Villarán, resaltó que la alianza entre la gastronomía y los pequeños agricultores es muy poderosa y “que puede sacar al país adelante y crear riqueza en beneficio de todos los peruanos”.
Añadió que la asociatividad como la plena utilización del conocimiento y la tecnología permitirá a los productores agrarios mejorar su calidad de vida. Pero también insistió en la necesidad de incorporar en ese proceso a las universidades y a los centros de investigación en el país.
Retos del sector
La presidenta de Conveagro, Lucila Quintana, saludó la publicación del libro por reconocer el papel de la pequeña agricultura como generadora de empleo y desarrollo en el agro nacional, pero insistió en que se requiere una mayor atención del Estado para mejorar el acceso a tecnología, conocimientos y mercados.
A su turno, Luis Ginocchio señalo que su despacho apuesta por la asociatividad por ser el primer paso para la inclusión social. Así, trabajan en programas de incentivos a la asociatividad y otras medidas como el impulso a la gerencia rural, y a conocimientos y destrezas, que permitan una mayor rentabilidad en el campo.
El ministro anunció que se trabaja con el INIA para ejecutar la tercera fase del proyecto INCAGRO, a fin de apoyar a los agricultores organizados. “Así los productores tendrán más posibilidades en la búsqueda de nuevos conocimientos para destrabar problemas de productividad y calidad”, concluyó.
La cifra:
Según el INEI, en el año 2009 el Perú tenía 2.3 millones de productores agropecuarios independientes, de ellos el 63% vivía en la sierra; el 20% en la región amazónica y el 17% en la costa. Se estima que 9 millones de personas viven relacionadas a la pequeña producción en el campo.
Para descargar la publicación, ir al siguiente enlace: http://www.apega.pe/peuqnaagricultura.pdf
Comentarios
Me parece bien las opiniones del libro que va a favor de la pequeña agricultura, que es la que menos tóxicos ofrece, aunque no he leido el libro las autoridades de investigación agricola deben financiar proyectos que tengan relación con la mejora de vida de los actores sociales directos que benefician a la gastronomía y que sin su aporte la tan difundida cocina peruana no tendría el lugar que está ganando. Entonces más interés y facilidades de crédito sin intereses, más represas de agua, activar extensión agraria para el pequeño agricultor, esto si será inclusión social y sobre todo conservar y vender el agua limpia para regar los productos agricolas en el campo y comer un rico plato peruano sin tóxicos mineros. Avisoro que el libro pida a las autoridades no lanzen miradas de indiferencias a estos hábiles campesinos, esencialmente así se hará frente al cambio climático con respeto justo al agua y menos tóxicos mineros en los cultivos que nos ofrece pequeña agricultura peruana. Felicitaciones por la publicación.
Me parece notable el reconocimiento que esta investigacion da a los pequeños productores, hasta ahora siempre basureados por los empresarios agrarios como gente que no produce o lo hace sólo para la subsistencia. Sin duda, hay que exigir ahora coherencia al Estado que insiste en la explotación minera como la gran fuente de riqueza del Perú, lo que es falso, no sólo porque las grandes ganancias mineras se van al extranjero y quedan en manos de unos pocos y porque esta actividad destruye los suelos y contamina las aguas de los ambientes donde viven esos nueve millones de personas relacionadas a la pequeña producción agraria que menciona la investigación.
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