Continúa el incendio que viene consumiendo 12 mil hectáreas de bosques sin que las autoridades frenen esta emergencia como es debido. ¿Dónde está el Presidente del Consejo de Ministros Pedro Pablo Kuczynski de cuyo despacho depende la Comisión Multisectorial de Prevención y Atención de Desastres así como el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci)? ¿Qué están esperando para reaccionar y pedir ayuda ante este desastre ambiental que afecta a pueblos indígenas altamente vulnerables? ¿Cuándo las autoridades del país van a tomar en serio los graves problemas que afectan a las comunidades indígenas del Perú? ¿Permanecerían impasibles si el incendio afectara sus viviendas y sus parques ubicados en zonas residenciales? (Nota Servindi)
Arden los bosques en el Ene
Diario La República.- El panorama que se divisa desde el helicóptero es preocupante. Gruesas columnas de humo producto del mayor incendio forestal que haya tenido lugar en la cuenca del río Ene, se elevan desafiantes, junto a amenazadoras lenguas de fuego que ya han consumido unas 12 mil hectáreas de bosques, poniendo en riesgo incluso a poblaciones asháninkas enteras asentadas en el distrito de Río Tambo, provincia de Satipo, en la selva de Junín, que han tenido que evacuar la zona por sus propios medios.
El incendio forestal que ya lleva casi un mes, se inició según los lugareños en la margen derecha de la comunidad nativa de Quiteni, por acción de colonos llegados de la sierra que suelen "rozar" las laderas para prepararlas para el sembrío de coca, un cultivo ilícito que en los últimos dos años ha crecido desmesuradamente en toda esta cuenca.
Hoy son 11 las zonas afectadas por el incendio forestal, que ha tendido una densa neblina sobre todo el valle dificultando la visibilidad desde el aire, como lo pudimos verificar el martes último durante un vuelo rasante a bordo de un helicóptero policial, acompañando a una comisión de autoridades del distrito de Río Tambo, que más allá de comprobar las áreas afectadas por el fuego, se han visto imposibilitadas de poder actuar por lo inaccesible de esta enmarañada geografía y la nula disponibilidad de recursos para hacerle frente.
Los castigados
Una de las comunidades nativas más afectadas es Meteni, en la que en el año 2003 se reubicaron a 236 asháninkas luego de sobrevivir en condiciones infrahumanas cerca de las zonas inaccesibles del Parque Nacional de Otishi, lugar en el que permanecieron por espacio de 15 años ocultos de Sendero Luminoso. Hoy, esta población empobrecida tiene que hacerle frente a un nuevo infortunio: estar cercada por el fuego que ha consumido sus tierras y se encuentra apenas a dos kilómetros de su comunidad.
Hace una semana, hombres, mujeres y niños que padecieron en carne viva las masacres más sangrientas ocurridas durante la época de la violencia terrorista, han tenido que huir, esta vez no por acción del terrorismo sino del fuego que ya ha consumido unas 2,700 hectáreas de sus bosques, siendo junto a la comunidad nativa de Quiteni las que se hayan en mayor peligro.
Fueron sus autoridades comunales las que alertaron en Satipo sobre el incendio forestal, pero sin ningún resultado. Luego de tres semanas una comisión de autoridades del municipio de Río Tambo encabezadas por su alcalde Luis Ascensio decidió visitar la zona, en vista de que tenían información que era la margen izquierda del Ene y no la derecha, la que estaba ardiendo. "Si es así no es nuestra jurisdicción sino le corresponde al Cusco", señaló un gobernador incrédulo.
El sobrevuelo logrado gracias al apoyo de la Policía Aérea los convenció de que el fuego estaba más cerca de lo que ellos se imaginaban.
Apenas a dos minutos desde Puerto Ocopa, se eleva la primera columna de humo denso. A cinco minutos por aire, o tres horas río arriba, surcando las caudalosas aguas del río Ene, el panorama es más desolador. El incendio se ha diseminado peligrosamente cercando a la CCNN de Quiteni desde tres frentes, lo mismo que a Meteni que es colindante. Bosques próximos a las CCNN de Puerto Unión, Palmeras, Juan Pablo II, Samanieto, Chamiriari y Puerto Ocopa también arden peligrosamente.
El ingeniero Javier Yupanqui Vargas del municipio de Río Tambo y su colega Fernando Blanco señalaron que este es un tema que ha sobrepasado las posibilidades de Defensa Civil y requiere del apoyo urgente de brigadistas de países que tengan experiencia en el combate a incendios forestales. "Hemos intentado enviar brigadistas por tierra, pero es imposible", dijo.
Para la población asháninka que vive en medio de la miseria más extrema, sin luz, agua potable, ni acceso a los servicios básicos de salud y educación esta es una nueva tragedia, una más, de las que le ha tocado vivir desde 1986 cuando la subversión tomó el control de su territorio y los sometió voluntariamente o de manera compulsiva, obligándolos a vivir en condiciones infrahumanas. Los que lograron huir permanecieron ocultos hasta agosto del 2003, cuando fueron ubicados y recuperados por acción del gobierno, que sin embargo rápidamente los olvidó.
Hoy claman ayuda para evitar perder su único medio de subsistencia, que es su bosque.
Foto: El Dictamen, el Decano de la prensa nacional http://www.eldictamen.com.mx/imagenes/fotos/pr_IncendioForestal.jpg
Comentarios
Es francamente increible que haya sido la naturaleza quien apague el incendio que desde hace meses venÃa destruyendo más de cien mil hectáreas de la selva central. Ningún congresista presentó moción alguna y ninguna autoridad asumió su responsabilidad. Un amigo bombero opinó que deberÃan por lo menos nombrar a la lluvia natural Jefe de Defensa Civil
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