Foto: Diario ABC Digital
Servindi, 4 de octubre, 2011.- Indígenas enxet del Chaco recuperarán su territorio ancestral gracias a un acuerdo firmado con el representante del propietario del inmueble que será de los indígenas, y el Estado.
La transacción de cerca de 14.404 hectáreas de tierra se hizo en el marco de una condena a Paraguay de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El documento fue firmado por el procurador general de la República, Enrique García y el abogado Daniel Lobo Corveta, representante de las empresas Kansol S.A. y Roswell & Company S.A.
También suscribieron el acuerdo la titular del Instituto Paraguayo del Indígena (Indi), Lida Acuña, y los representantes indígenas de la comunidad Sawhoyanaxa, que será beneficiada con el predio.
La comunidad Sawhoyamaxa está integrada por alrededor de 90 familias a la vera de la ruta Coronel Rafael Franco, en el departamento de Presidente Hayes.
La comunidad es una de las más vulnerables de la región y sus familias viven en precarias condiciones de vida, sin acceso a su hábitat tradicional y con el constante peligro que supone la carretera.
Por ello es que la CIDH había condenado además la indemnización a los familiares de 19 víctimas indígenas que fallecieron por falta de atención médicas y en situaciones que pudieron evitarse; lo cual ha sido cumplido por el Estado este año.
Asimismo, la Corte impuso al Estado asignar un fondo de desarrollo comunitario de 1.000.000 de dólares americanos, que deberá ejecutarse cuando los enxet retornen a sus tierras.
El líder de la comunidad, Carlos Marecos, manifestó su deseo de “volver a sus tierras y ver a sus hijos crecer lejos de la ruta, en mejores condiciones”., por lo que conminó al Estado a cumplir con sus obligaciones.
De otro lado, el abogado de la comunidad Óscar Ayala Amarilla, sostuvo que esta es una oportunidad histórica para solucionar el reclamo de los indígenas.
En noviembre de este año, en su último periodo de sesiones, la CIDH supervisará la ejecución de las tres sentencias para Paraguay sobre pueblos indígenas. Las otras dos son los casos de Yakye Axa y Xakmo Kasek.
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