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Bolivia: Gobierno inicia diálogo sobre TIPNIS con representantes indígenas cuestionados

Representantes del Tipnis y de la Cidob en una reunión en Trinidad, el 25 de junio. Foto Los Tiempos

Servindi, 6 de julio, 2011.- La Gobernación de Cochabamba anunció que hoy se reunirá con representantes del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) a fin de evaluar las dificultades y peticiones para la aprobación de la construcción del tramo II, y así viabilizar la construcción de la carretera Villa Tunari- San Ignacio de Moxos. Sin embargo, el líder de la Subcentral de la población de TIPNIS desconoce a delegados indígenas.

El presidente de la Subcentral, Adolfo Moye, señaló que su organización no recibió ninguna invitación de esa entidad gubernamental. Por lo que los indígenas que asistan no representan a todos los pueblos, y es posible que estén presentes colonizadores interesados en que el camino pase por el centro del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure.

“Hay personas que buscan sus intereses y no sé quiénes se están queriendo reunir con la Gobernación de Cochabamba. Nosotros, que somos los que representamos al territorio, no estaremos. Es posible que sean algunos comunarios de la zona sur, la zona colonizada, y eso debe llamar la atención”. Indicó que se desconocerá cualquier decisión respecto a la carretera.

Para Moye, sólo la Subcentral del TIPNIS puede tomar decisiones ya que representa a la mayoría de comunidades moxeñas, yuracarés y chimanes del Tipnis, es la máxima instancia de representación legal y la propietaria jurídica del territorio. El dirigente confirmó que también tiene una invitación para dialogar de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC).

Por otro lado, diferentes medios de comunicación difundieron que representantes del Consejo de Indígenas del Sur (Conisur) –formada por 12 comunidades de 64 que viven en el Tipnis y que es parte la Coordinadora de Pueblos Indígenas del Trópico de Cochabamba (CPITCO)– se reunirán con el gobernador de Cochabamba, Edmundo Novillo.

Fuentes oficiales refirieron que el 6 de julio se confirmará esta reunión, que se efectuaría el fin de semana en Villa Tunari. En tanto, el subalcalde del TIPNIS, Pedro Tamo, dijo que hace más de un año se quitó legitimidad al Conisur. “Son nuestra misma gente, pero hay quienes velan por su interés y no por los colectivos. Vendían tierras a gente del altiplano, a colonizadores”.

La presidenta de CPITCO, Rosa Chao, manifestó que las comunidades definirán si están de acuerdo o no con el Gobierno, pero todas en consenso. Mientras tanto, la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) resolvió que el 2 de agosto se iniciará la VIII Gran Marcha Indígena por la Defensa del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Secure Tipnis (ver resolución con un clic en este enlace).

Los peligros de la vía

La construcción de la carretera Villa Tunari- San Ignacio de Moxos es severamente cuestionada por diversos sectores porque el Gobierno quiere concretarla vulnerando la constitución y normas internacionales sobre consulta a pueblos indígenas. Bolivia es el único país que convirtió en ley la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

El impacto de la vía no se limita al marco legal, puesto que implica otros graves riesgos. El daño al medio ambiente, incluyendo la flora y la fauna; la vulneración de los derechos de las comunidades que viven en la zona; la colonización de territorios protegidos; y el aumento de incursiones de cocaleros, son solo algunos de sus potenciales efectos.

Esta obra, que el presidente Evo Morales anunció que se construirá este año y que pasará por el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), representa una amenaza para los indígenas yurakarés, chimanes, mojeños y trinitarios que habitan ahí.

“Tenemos miedo de que los colonizadores loteen nuestras tierras luego de la ejecución del proyecto. No queremos nada. Ellos están queriendo que haya carretera por nuestro territorio. Ellos van a sacar todo. Nosotros comemos lo que hay en los montes y los peces del río”, refirió Pabla Pamuri, lideresa de las mujeres de la comunidad trinitaria de San Antonio.

Los indígenas consideran que la vía generará el saqueo de bosques, la caza indiscriminada de animales del TIPNIS. “Justamente los colonos nos pueden saquear. El recurso de por acá de nuestra zona, la madera en especial, los animales que hay en los montes, porque acá nosotros no lo saqueamos, los cuidamos”, indican.

El TIPNIS se encuentra entre los departamentos de Beni y Cochabamba, y se divide en siete polígonos. Precisamente, el segundo de ellos es donde los indígenas cazan y pescan para alimentarse. Se presume que en el lugar hay petróleo. Ésta área se conecta con el polígono siete, que es prácticamente habitado por colonizadores.

Según el trazo satelital de la ABC, se calcula que el segundo tramo del proyecto ingrese por el polígono siete, para conectar con el dos y llegar a San Ignacio de Moxos.

El avance de los colonos

Desde hace 20 años, el sector colonizador cochabambino se fue expandiendo en el TIPNIS. En un primer momento, los colonos se asentaron en el polígono siete para cultivar coca y los indígenas chimanes, que vivían en ese lugar, tuvieron que emigrar al polígono uno, porque no lograron convivir con ellos.

El director Ejecutivo del Museo Nacional de Historia Natural, Mario Baudoin, explica que la diferencia entre los colonizadores e indígenas se radica en que estos últimos preservan el medio ambiente, cuidan el TIPNIS y respetan la vida.

“Hay un interés económico fuerte del sector colonizador. En el otro lado está el espacio único disponible, para una serie de pueblos indígenas que tienen sus valores culturales enraizados ahí. Asegura que los pobladores originarios perciben que la confrontación con el sector campesino colonizador, que es dinámico económicamente, los avasalla y los hace desaparecer.

Desde los años 70, se produjo la expansión capitalista en el oriente de Bolivia con carreteras y el desarrollo agrícola, y se inicia el esparcimiento de colonizadores por tierras bajas. A inicio de los 90, los colonizadores e indígenas acordaron asentarse en una parte del polígono siete, pero los primeros no respetaron los límites del pacto.

“Eso no significaba que ellos (colonizadores) tenían derecho ya a decidir por nosotros en todo el TIPNIS, sino es justamente en su área el polígono siete donde un decreto (22610) les da potestad. Primero fueron unos 6 mil a 8 mil colonos, que actualmente están entre 15 mil familias”, señaló Adolfo Moye.

“Ellos invaden para sembrar coca, para eso lo quieren las tierras. No entran a sembrar plátano, yuca. Los indígenas lo ocupamos para hacer nuestro chaquito y a nuestros hijos mantener de la pesca y de la casa de animales del monte”, aseguró la secretaria de Educación de la organización indígena, Leida Humanday.

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