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Perú: Debaten propuestas para evitar la extinción de las lenguas originarias

Fotos: Jahve Mescco / Servindi

Servindi, 24 de febrero, 2011.- El peligro de desaparición de las lenguas indígenas, los deberes y derechos que se deben asumir para evitar su extinción y los retos de la educación intercultural bilingüe, fueron algunos temas tratados en el seminario internacional “Presencia indígena en el Parlamento: balances y perspectivas”.

El evento se realizó ayer en el Congreso de la República, con la participación de ponentes nacionales y extranjeros.

Estuvo organizado por el Grupo Parlamentario Indígena de América presidido por Hilaria Supa, la embajada del Ecuador y la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (Onamiap).

Lenguas del mundo en peligro

Tras el ritual de agradecimiento a la pachamama se inició la primera mesa “Lengua materna y participación política indígenas, pilares de una verdadera democracia” con la ponencia de Myriam Yataco, docente del Steinhardt School of Culture, Education and Development, Multicultural Education Program de la Universidad de Nueva York.

La especialista disertó sobre el peligro que afrontan las lenguas maternas, siendo una de las más afectadas las lenguas originarias o indígenas.

“Hay alrededor de seis mil lenguas en el mundo, pero se cree que más de la mitad desparecerán en el siguiente siglo. Las lenguas subordinadas desaparecen a un ritmo acelerado, en esta categoría se considera a las lenguas indígenas”.

Agregó que en América Latina existen aproximadamente 500 lenguas usadas por poblaciones indígenas, que tienen escasa o nula presencia en el sistema educativo. En ese sentido, los prejuicios y estereotipos de las autoridades educacionales son uno de los factores que influyen en su deterioro.

En el Perú, pese a que la Ley General de Educación considera la interculturalidad como un principio fundamental, ésta no se refleja en el enfoque metodológico. Por otra parte, la Educación Intercultural Bilingüe (EIB) está dirigido a las zonas rurales obviando las poblaciones que viven en áreas urbanas.

Según los datos del censo 2007 en Lima el 6.2 por ciento (479,348 habitantes) de la población refiere el quechua como lengua materna. Sin embargo, los niños, niñas y adolescentes de la capital del país, así como la de los grandes centros urbanos de Cusco, Arequipa y Chiclayo, reciben educación en una sola lengua.

En ese contexto, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) brindó algunas recomendaciones a los estados para promover y proteger los derechos lingüísticos de los pueblos indígenas y sus derechos vinculados.

Algunas de ellas son: aplicar las recomendaciones de los órganos creados en virtud de derechos humanos y los relatores especiales respecto al reconocimiento, protección, promoción y revitalización de las lenguas indígenas.

Usar la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas como base para elaborar políticas y leyes que promuevan y fortalezcan las lenguas, asegurar el financiamiento suficiente para preservar las lenguas indígenas, y promocionar su uso en la administración pública y medios de comunicación.

Otra sugerencia consiste en desarrollar políticas para la educación de calidad de los indígenas, que garantice el derecho a la educación en la lengua materna, con la participación de las comunidades originarias en todos los niveles de planificación y aplicación.

Deberes y derechos

Para mantener vigentes las lenguas, es necesario asumir deberes y derechos, en ese orden estricto, sugiere Gustavo Solís Fonseca, del Instituto de Investigaciones de Lingüística Aplicada (CILA) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM).

“Se trata del deber de delegar y del derecho a heredar. Así, la preservación de lenguas se enmarca en una relación de enseñanza-aprendizaje, ya que el deber de legar es el mismo de enseñarla; y el derecho de heredar es el mismo de aprender”, manifiesta.

En ese sentido, las generaciones de adultos (padres y abuelos) tienen el deber de enseñar, mientras que las nuevas y venideras generaciones (hijos y nietos, etc.) poseen el derecho de heredar y aprender esas lenguas. “Hay un amarre de generaciones. Y la preservación de la lengua ocurre solo en esa situación, de cadena no rota entre el derecho y el deber”.

No cumplir estos deberes y derechos implica la pérdida de lenguas, que significa la pérdida de conocimientos tecnológicos y ecológicos; de los saberes acerca de las formas de convivir con el medio ambiente de manera sostenible; y de la cosmovisión, artes verbales, tradiciones orales e historia de los pueblos.

Los hablantes son los responsables directos de la pérdida de las lenguas cuando dejan de usarlas. Respecto al papel del Estado, Solís se pregunta si estos tienen la obligación de preservar la diversidad lingüística, asegurar su futuro y reparar a los hablantes de una lengua perseguida. Concluye que “todas las lenguas peruanas tienen la misma cantidad de pasado, pero no la misma de futuro”.

Añadió que se requiere que existan algunas condiciones para que las lenguas florezcan. Éstas son: la paz lingüística, es decir, la coexistencia pacífica, que contempla reconocer que las lenguas dominantes son un problema para las demás; y la lucha contra el colonialismo, la explotación en los territorios de las lenguas y la falta de políticas de promoción de los gobiernos.

Del mismo modo, es necesaria una política estatal para el desarrollo de las lenguas, que ya se aplica en países de la región como México y Colombia. Cabe recordar que el valor del idioma materno radica en que ayuda en la comunicación intercultural, al intercambio de conocimientos, y a la mejor comunicación en un marco de respeto.

Experiencias positivas

En el seminario también se reconocieron los esfuerzos en la preservación de las lenguas. En ese sentido, Melania Canales Poma, alcaldesa del distrito de Lucanas, en Ayacucho, dijo que gracias al trabajo de las organizaciones y mujeres indígenas, se promueve la conservación y transmisión del idioma a las nuevas generaciones.

“Ahora estamos revalorando nuestro idioma, identidad y toda nuestra cultura. Es importante recuperar toda nuestra sabiduría ancestral porque es importante saber de donde venimos para después saber donde ir en el camino de la vida”, sostuvo.

Asimismo, señaló que el gobierno local que preside alienta actividades para preservar el quechua en la zona.

Por su parte, la ecuatoriana María Albuja Izurieta, compartió su experiencia en la gestión de la Unidad Educativa Experimental Activa Intercultural Trilingüe Inka Samana, en Saraguro.

Esta institución apuesta por la investigación y el rescate cultural, el sistema de vida comunitario y la implementación de proyectos productivos agrícolas y artesanales, entre otros.

Además, no funciona por grados sino por niveles, y alienta el aprendizaje respetando los ritmos de los niños, niñas y adolescentes, ofrece una educación trilingüe, e impulsa la música indígena y la documentación de la literatura oral.

Esta institución apuesta por la investigación y el rescate cultural, el sistema de vida comunitario y la implementación de proyectos productivos agrícolas y artesanales, entre otros.

Además, no funciona por grados sino por niveles, y alienta el aprendizaje respetando los ritmos de los niños, niñas y adolescentes, ofrece una educación trilingüe, e impulsa la música indígena y la documentación de la literatura oral.

Por otra parte, en el evento, Bruce Mannheim, profesor de Antropología de la Universidad de Míchigan, reflexionó sobre las investigaciones que se realizan en torno a las lenguas.

Explicó que los estudiosos que analizan el tema andino, en su mayoría provienen de una cultura mestiza urbana, lo cual actúa como un filtro en el entendimiento de las lenguas andinas y culturas.

Ello sucede debido a que el lenguaje y cultura mestiza urbana difiere de su contraparte rural, a nivel conceptual y estructural. “Estas diferencias son significativas en todas las dimensiones de análisis etnográfico e introduce una distorsión oculta o quizás “domesticación de las cosas Andinas”.

Esteban Argelio Pérez, del Gupo Indígena parlamentario de Venezuela, esbozó las líneas de trabajo de su país en materia de pueblos indígenas que están orientadas a la preservación de la cultura y el idioma. Por la tarde expuso sobre los logros del grupo indígena en su Parlamento.

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