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Servindi, 17 de enero, 2011.- Cerca de treinta mil truchas aparecieron muertas en una piscifactoría de Socotá, una localidad minera a orillas del río Comeza, según informaron las autoridades regionales de Boyacá, en Colombia.
Imelda Ubayán, dueña del criadero reportó la pérdida a las autoridades, y aseguró que la muerte de los peces se debía al agua contaminada que vierte al río una de las mineras de la región.
Ubayán consideró el incidente “inaceptable” ya que son 150 vecinos los que utilizan las aguas del río para consumo humano, ganadero y de regadío, y lamentó que las autoridades no tomen cartas en el asunto.
William Correa, alcalde de Socotá, manifestó que aún no se puede concluir quién es el culpable, mientras no se tengan los resultados de la investigación.
Por lo pronto, dijo que ha ordenado el cierre preventivo de una de las minas de la región, y que será la Corporación Autónoma Regional de Boyacá, autoridad ambiental competente, quien decidirá el cierre definitivo del yacimiento.
En Perú: Peces muertos en playas de Máncora y Paita
La semana pasada, las playas de Máncora amanecieron pobladas por centenares de peces muertos. El hecho fue confirmado por la directora regional de la producción, Cecilia Vilela, quien informó que este mismo fenómeno se ha producido en toda la franja costera de Piura, desde Máncora hasta Negritos, y algunas playas de Paita.
En las playas La Tortuga y San Sebastián, en Paita se trató de anchovetas y anguilas muertas, mientras que en Máncora y Negritos se hallaron peces espejo esparcidos en la arena.
Vilela manifestó que hasta el momento se manejan dos hipótesis. La primera, de los pescadores de Paita, se refiere a las bolicheras que habrían lanzado al mar sus excedentes.
En el caso de Negritos y Máncora la mortandad se debería a la marea roja y microalgas nocivas. “Los técnicos de Imarpe vienen tomando muestras del agua. Entre hoy y mañana se emitirá un informe”, afirmó Vilela.
Sin embargo, aún no se descarta la hipótesis referida a los efectos de los desagües de Máncora, donde la mayoría de hoteles y restaurantes sólo cuentan con silos que habrían colapsado debido al enorme flujo de visitantes durante el año nuevo que llegó a más de 15 mil personas.
Se espera que las autoridades se pronuncien en los próximos días.
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