Diálogo de líderes indígenas de Perú con representantes de la delegación oficial de Perú. Foto: Jorge Agurto /Servindi
Chirapaq, 8 de diciembre, 2010.- Al cierre de la marcha que congregara el día de ayer tres mil campesinos, indígenas y ambientalistas en Cancún, México, las delegaciones indígenas y de la sociedad civil fueron recibidas por los negociadores de los Estados de Bolivia y Paraguay presentes en la 16 Conferencia de las Partes.
Cecilio Solis, presidente del Foro Internacional de los Pueblos Indígenas sobre Cambio Climático y la Red Rita de turismo indígena exigió el respeto a los derechos de los pueblos indígenas y la protección de sus tierras y territorios.
“No es posible seguir aceptando lo que embajadores, secretarios y gobernadores del mundo quieran imponernos. Jamás vamos a volver a aceptar que además de tener el control político, económico y social tengan también el control sobre nuestras vidas”, señaló.
Por su parte, Tom Woodtand, líder indígena de Alaska y representante de la Red Indígena Ambiental indicó que existe mucha confusión en las negociaciones de la COP16 donde “solo se habla del dinero y el capitalismo como falsas soluciones al cambio climático”. Woodtand demandó a los Estados el revaluar la relación con lo sagrado de la Tierra.
Dificultades de consenso
Miguel Lovera, presidente del SENAVE, Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas de Paraguay informó a la representación que se está tratando de lograr un acuerdo sensato y que aborde la problemática del cambio climático no solo como un simple negocio.
“Aún no hemos visto un acuerdo sobre REDD y debemos conseguir algo más significativo. El planteamiento que se propone en las negociaciones es que todos tenemos que contribuir con algo y para países en vías de desarrollo, con grandes necesidades insatisfechas, eso no es justo”, denunció.
Pablo Solón, embajador de Bolivia ante las Naciones Unidas, felicitó la presencia de los manifestantes y señaló que la única forma de cambiar el curso de las negociaciones en Cancún y a futuro es con la movilización activa de los pueblos del mundo.
“Si no hay una presión desde los movimientos sociales estas negociaciones van a acabar inevitablemente respondiendo a intereses empresariales de quienes quieren hacer del cambio climático un negocio antes de atender las necesidades de vida de los seres humanos y la naturaleza”, concluyó.
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