Servindi, 21 de noviembre, 2010.- Mujeres de las comunidades indígenas del Perú compartieron sus experiencias sobre los impactos de la crisis climática que sufren en el Seminario Taller “Justicia Climática para las mujeres y los pueblos”, organizado por la Marcha Mundial de Mujeres.
Se trató de una actividad autogestionada que permitió compartir con cientos de delegados que participaron en el Foro: Pueblos Indígenas Minería, Cambio Climático y Buen Vivir, que organizó la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI).
Estos son algunos de los testimonios compartidos:
Témpora, Frente de Defensa de Tambogrande (Región Piura)
Las mujeres fuimos el blanco de la minera Manhattan, nos engañaron para convencer al pueblo que acepte la minería, pero descubrimos que nos utilizaban y nos organizamos.
En el 2002, organizadas, expulsamos a la minera y hoy seguimos haciendo frente a la minería.
Hoy nos enfrentamos a la minería artesanal en los alrededores del valles de San Lorenzo. El agua se está contaminando, la producción del mango está disminuyendo, el limón no crece.
Las mujeres somos afectadas porque si no hay producción debemos ir a trabajar a las empresas agroindustriales que ha instalado el Grupo Romero. Hay mujeres jefas de hogar y necesitamos trabajar. Pero ya estamos formando sindicatos para enfrentar la explotación.
Otra consecuencia es en la salud: ha aumentado el índice de cáncer uterino y de las infecciones pulmonares en las zonas rurales. Las autoridades lo ignoran.
Solo unidas podemos hacer fuerza a nivel nacional para enfrentar a las transnacionales mineras y agroindustriales.
Claudia, Secretaria de la Mujer de la Confederación Campesina del Perú (CCP), Región Puno
La CCP fue fundada en una lucha de toma de tierras. La tarea de las mujeres es también importante, hombres y mujeres participamos. No ha sido fácil, las mujeres hemos luchado para participar en estos espacios.
La lucha es hoy por el agua. Es hora de juntarnos para enfrentar el cambio climático.
En Puno el clima es adverso. Vivimos a orillas del lago Titicaca, pero no tenemos agua, hay sequía, porque en las alturas no hay agua y no contamos con ella para nuestro consumo, para el ganado y para los pastos.
Ahora nos ha llegado la helada que ha echado a perder la papa, la oca, todos nuestros cultivos. Normalmente la helada es en mayo y junio, y estamos en noviembre. Son los efectos del cambio climático.
El lago Titicaca está contaminado.
Antes teníamos productos naturales, ahora usamos fertilizantes. Debemos recuperar las experiencias de nuestros ancestros. Los químicos están malogrando nuestras tierras.
También sufrimos impactos en la salud, sobre todo en los niños, que mueren como consecuencia del friaje.
Nuestra tarea es también fiscalizar a las autoridades y exigir nuestra participación en la toma decisiones.
Rosa, Marcha Mundial de Mujeres, Región Junín
Ahora ya no sabemos en qué mes llueve, en qué mes iniciamos la cosecha. El cambio climático nos afecta directamente. Nunca antes había helada en este mes, y ahora ha llegado. Nuestra papa y maíz están quemados.
Y la minería nos ha puesto como una de las regiones más contaminadas. La Oroya (capital de la provincia de Yauli) es la cuarta ciudad más contaminada por el plomo. Más de la mitad de nuestros niños tiene exceso de plomo en la sangre, también las mujeres embarazadas. Y en nuestros ríos ya no hay peces, las truchas han desaparecido.
El sol fuerte está afectando la piel de nuestros niños en el valle del Mantaro.
Sin nuestra tierra no tenemos vida, sin agua no tenemos sangre y sin nuestras semillas no podremos alimentarnos. Por eso debemos cuidarlas, defender la tierra, el agua y nuestras semillas, rechazando los transgénicos.
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Con información del área de información de la CAOI
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