Colombia: Conmemoran 37 años del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC)

Por Tejido de Comunicación ACIN

24 de febrero 2008.- El movimiento indígena del Cauca, en cabeza de la Consejería Mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) conmemorará el próximo 26 de febrero con una Audiencia Pública, los 37 años de fundación del CRIC como organización regional que representa a los pueblos indígenas en el Cauca.

La audiencia se realizará el martes 26 de febrero en la Arcada del Puente El Humilladero de la ciudad de Popayán a partir de las 9:00 de la mañana.

La intención es reflejar ante el país y el mundo, que a pesar del reconocimiento que nos da la norma nacional e internacional, continúa de muchas maneras el aniquilamiento sistemático a los pueblos indígenas.

Al mismo tiempo se denunciarán todas las agresiones de las que han sido víctimas las comunidades tanto de los grupos legales como ilegales en los territorios indígenas.

Entonces, lo que se busca es relatar con el testimonio vivo de nuestra gente, el inventario de la barbarie y la infamia del poder económico, representado por el Estado colombiano, contra la población popular.

Y reiterar nuestra voluntad de continuar caminando la Palabra y seguir luchando de forma pacífica por la Defensa de la Vida, y reclamando nuestro derecho a la movilización de la solidaridad, en contra de la impunidad y por la globalización de la resistencia.

Es así como se conmemorarán los 37 años de lucha y resistencia en el Cauca, donde la agenda a desarrollar será la siguiente:

• Reseña histórica de la Resistencia y nuestra lucha por la impunidad.
• Denuncia y testimonios de víctimas.
• Experiencias de Resistencia pacífica (Guardia indígena, Liberación de la Madre Tierra, Parlamento indígena y Popular, Movilización social).
• Intervención de organizaciones sociales e instituciones.
• Acto simbólico de ritual de armonización.
• Actos culturales.

Todas y todos están invitados cordialmente y son desde ya bienvenidos a Popayán, porque el CRIC uniendo Memoria, Resistencia y lucha contra la impunidad, convoca a todas las autoridades indígenas del Cauca, a los sectores sociales y populares, a la solidaridad internacional, a las oficinas de derechos humanos de la ONU, OEA y UE, a las ONG y organismos de control del Estado colombiano a participar en esta audiencia.

A continuación damos a conocer la reseña del CRIC para mayor información.

Reseña

Treinta y siete años de vida organizativa reciente, cientos de años de resistencia y miles de años de historia son el acumulado de una memoria colectiva que no acepta ser voz única de los organismos de poder establecidos en todo el territorio de nuestra Amerrikua.

Si en la década de los setenta decidimos reivindicar el derecho a la tierra y detrás de ello iniciar lo que hoy denominamos Proceso de Liberación de la Madre Tierra, nada más consecuente que invitar a que la memoria visite de forma cotidiana nuestros procesos actuales.

Todos sabemos que el respeto por quienes han sufrido el desplazamiento forzado, sea por la muerte violenta o el abandono de sus territorios y procesos, está acompañado de rebeldía y aborrecimiento contra quienes han sido sus victimarios por eso, atendiendo el pedido de las comunidades indígenas, sus autoridades tradicionales y las organizaciones sociales del Cauca, la Consejería Mayor CRIC convoca para el día 26 de febrero del año en curso a una concentración en memoria de las víctimas del sistema imperante, en especial de aquellos que nos han sido arrebatados en los últimos años.

Dos ejemplos de este inventario los tenemos: uno, en la partida obligada de 20 compañeros en la hacienda El Nilo, causada por las balas asesinas del narcotraficante confabulado con agentes del estado colombiano un 16 de diciembre de 1991; y otro, con Germán Escué, cabildante del resguardo Indígena de Jambaló, asesinado por el ejército colombiano ocurrido el día 1 de febrero de 1988 en la vereda Vitoyó, quien fue presentado a la opinión pública como guerrillero muerto en combate.

Mitomanía, indolencia y barbarie son las palabras que deben calificar este proceder de los victimarios, pues no solo crean mentiras, se las creen y nos obligan a considerarlas verdades, sino que utilizan todos los medios a su alcance para convencernos que los malos somos las mayorías populares. Hechos recientes así lo demuestran.

Lo primero es recordar que en los años setenta, previa la fundación del Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC, los campesinos pobres y explotados del sector rural del país se habían organizado en la ANUC y en otros procesos para reivindicar sus derechos, en especial el derecho inalienable a la tierra.

Ello ocasionó muchas muertes, unas veces ocasionadas por el accionar de los pájaros, que no eran más que personal militar especializado que actuaba de civil con la anuencia del gobierno de turno y pagado por los terratenientes.

La mayoría de estas víctimas están en el olvido o solo en el vago recuerdo de sus compañeros de lucha y de algunos de sus familiares, que como en el caso de Gustavo Mejía, fue su hija quien se encargó de decirle a la academia, mediante una tesis laureada, que su padre no había sido un tenebroso delincuente como los titularon los medios de la época en 1974, sino un visionario luchador de las causas indígenas, afros y campesinas.

Ejemplo que debemos repetir en bien de la sociedad y en homenaje a las luchas de resistencia y pensamientos de libertad practicados por nuestros mayores en este proceso de resistencia ancestral.

Hoy somos conscientes, que desde la llegada de los primeros invasores las comunidades hemos vivido el acoso y persecución del interés económico por nuestros territorios, lo cual vuelve a intensificarse en este periodo, primero a través del desmonte sistemático del Estado social y democrático de derecho, que con la emisión de leyes no solo desconoce el espíritu constitucional y los tratados internacionales en materia de derechos humanos y derecho humanitario sino que elimina sus principios y fundamentos, propiciando el robo de nuestras tierras, saberes y recursos.

Y segundo, con el implemento en nuestras comunidades, conocidas por la opinión pública como territorios de Convivencia, Diálogo y Negociación, de acciones cívico militares denominadas recuperación social del territorio, con lo cual el gobierno colombiano abre las compuertas al capital financiero internacional, con viejos modelos de colonización, para perfeccionar el implemento de macroproyectos en el marco de los Tratados de Libre Comercio; situación que coloca en riesgo permanente a nuestras comunidades.

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Fuente: Prensa Indígena