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América latina: "La Amazonia no está en venta" afirman funcionarios de Brasil

- Las transnacionales y EEUU quieren apropiarse de las reservas naturales.

Por Sylvia Ubal, Barómetro Internacional

La amazonía ha sido desde siempre, la más grande selva tropical existente en el mundo. Este gran tesoro no solo es sudamericano sino de todos, describir esta belleza natural es realmente imposible.

El amazonas es el río mas caudaloso del planeta, por su presencia los niveles de pluviosidad son muy altos en la región, se encuentra casi en su totalidad en la zona tórrida, a pocos metros sobre el nivel del mar, con una temperatura altísima; todos estos factores, unidos, dan al planeta un equilibrio y dan a esta zona una exuberante vegetación, fauna exótica, flora indiscutiblemente bella, paisajes increíblemente hermosos, en general un tesoro natural a conservar.

El Gobierno de Brasil exige que los países industrializados se preocupen de sus propios problemas ambientales, lo advirtieron hoy tres ministros brasileños del medio ambiente Marina Silva; Relaciones Exteriores, Celso Amorim, y Ciencia y Tecnología, Sergio Machado Rezende en una columna de prensa titulada, "La Amazonia no esta en venta", publicada hoy en la pagina editorial del diario Folha de Sao Paulo.

Aquellos que con buena intención y con razón, se preocupan por el clima del planeta, deberían dedicarse a influir en sus propios gobiernos para promover un cambio de modelos sostenibles de producción y consumo de utilización de energías no renovables aseguran representantes del gobierno brasileño.

Brasil espera que los países industrializados, responsables por el problema (del efecto invernadero y los cambios climáticos) cumplan sus obligaciones de reducción de emisiones (de gases contaminantes). Estamos cuidando de la Amazonia de acuerdo con modelos de desarrollo basados en principios sustentables definidos por la sociedad brasileña, la Amazonia es un patrimonio del pueblo brasileño y no esta en venta" advirtieron los ministros.

Pero las buenas intenciones de las autoridades del gobierno brasilero sufren las presiones de los países industrializados, como lo demuestra un reportaje en el diario británico Sunday Telegraph, donde el Secretario de Medio Ambiente, David Milliband, estaba promocionando una propuesta para un consorcio global para comprar y vender árboles en el Amazonas, además se refería a un plan para privatizar la Amazonia con el fin de frenar la devastación de la selva.

Las declaraciones provocaron fuertes reacciones en Brasil y llevaron al Gobierno de Reino Unido a divulgar una nota oficial para desmentir la versión. "Dejamos muy claro que el interés del Gobierno de Reino Unido no es apoyar o promover la compra de la selva amazónica, sino el de trabajar con los colegas brasileños (y de otros países) para apoyar el manejo forestal sostenible", según la nota firmada por Milliband.

Con frecuencia vemos circular noticias sobre el interés de personas y gobiernos extranjeros con relación a la región amazónica. Recientemente surgieron en el exterior iniciativas para adquirir tierras en la Amazonia con fines de conservación ambiental ante las preocupaciones por los cambios climáticos.

Sobre la devastación de la Amazonia, los tres ministros afirman que el programa brasileño de combate a la deforestación ya ha logrado importantes resultados y que, mientras se respete su soberanía, Brasil está dispuesto a aceptar la cooperación de otros países en esta área.

Pero los técnicos al servicio de las transnacionales han demostrado tener una ilimitada capacidad de inventiva para servir mejor a quienes les pagan. Nada es imposible, ni absurdo, ni inmoral para ellos. Entre sus más recientes logros, figura el haber conseguido poner en venta a la propia naturaleza bajo el disfraz de los llamados servicios ambientales. Expresiones como venta de oxígeno y venta de sumideros de carbono son ahora moneda corriente, y en particular en el Perú funcionarios del Gobierno de Perú, consultores, certificadores, ONG conservacionistas nacionales e internacionales como por ejemplo The Nature Conservancy y Conservation International entre otras, organismos de Naciones Unidas, agencias de cooperación, bancos privados y grandes multinacionales, se esmeran por obtener su tajada de este gran pastel, estimado en miles de millones de dólares. Al mismo tiempo, ellos u otros compran y venden biodiversidad, conocimientos tradicionales, conservación de recursos hídricos. Lo que sea, por dinero y poder.

La soberanía y los derechos de los pueblos se enfrentan al robo y al engaño de los mercaderes, bajo la consigna de que la naturaleza no es una mercancía y que no está en venta. Así de sencillo y así de profundo, pero estas comunidades tienen que enfrentar a -los que por un mecanismo u otro- estas empresas fraudulentas se apropian de lo que no es suyo y adquieren los derechos y el control sobre los territorios, bien a través de la compra de tierras o bien a través del manejo de mal llamados proyectos de conservación y expulsan a las poblaciones locales. La propiedad de los servicios pasa entonces enteramente a sus manos, para ser prontamente comercializados en el mercado internacional.

El segundo mecanismo consiste en lograr, a través de la firma de un contrato con representantes de las comunidades, el derecho al usufructo del bosque y por ende de sus servicios. Tales contratos, en general obtenidos en forma fraudulenta de poblaciones desinformadas acerca de su real alcance, otorgan a los compradores derechos ilimitados de uso sobre algunos o todos los servicios que brindan los bosques. Por unas monedas, los engañados habitantes de los bosques pierden su soberanía sobre los mismos, que pasan a ser manejados por los vendedores y compradores de servicios ambientales, y es decir de las trasnacionales.

Sin embargo, a medida que el proceso avanza, esos dos mecanismos están siendo crecientemente cuestionados por las comunidades afectadas, que alzan sus voces en defensa de sus derechos. Tal situación se evidenció hace unos pocos días en Ecuador.

En efecto, en diciembre de 2007 se llevó a cabo en la Amazonía ecuatoriana un encuentro internacional denominado Servicios Ambientales: la Naturaleza como Mercancía, al que asistieron representantes de todas las nacionalidades indígenas del país, así como de otras poblaciones tradicionales y de ONG nacionales e internacionales.

Luego de haber debatido ampliamente sobre el tema, los participantes declararon unánimemente: la nulidad de contratos, convenios y proyectos que contemplen la venta de servicios ambientales. En su declaración se incluyeron muchos otros aspectos, entre los cuales se destacan los siguientes:

Rechazamos todas las iniciativas que contemplen la venta de Servicios Ambientales en territorios de los pueblos y nacionalidades indígenas, comunidades campesinas y afroecuatorianas. Y los proyectos que afectan las comunidades, tales como represas hidroeléctricas, plantaciones forestales y otros.

Rechazamos en nuestras comunidades la firma de nuevos contratos de Venta de Servicios Ambientales con ONG nacionales o internacionales, municipios o empresas privadas.

Rechazamos rotundamente la presencia en los territorios de los Pueblos Indígenas y comunidades campesinas y afroecuatorianas de las organizaciones tales como GTZ, Conservación Internacional, The Nature Conservancy, Ecolex, Ecociencia, Fundación Natura, Arco Iris, Antisana y de las empresas trasnacionales.

Rechazamos los proyectos de bioprospección y biopiratería, que vienen disfrazados de investigaciones científicas, que pretenden adueñarse de nuestros recursos naturales y de los conocimientos ancestrales asociados a ellos.

En definitiva, esta declaracion constituye un importante y muy oportuno mensaje desde la Amazonia al mundo, alertando a los pueblos acerca de los peligros de este comercio de servicios ambientales y denunciando a quienes así pretenden apropiarse de los territorios indígenas.

El presidente de Perú en una entrevista publicada el 21 de enero en el diario español ABC dijo:"Hay que aprovechar la madera y renovarla es una posibilidad de generar trabajo haciendo inversión. Estamos en un mundo ideológico que dice que no se puede tocar la Amazonia porque es parte del idilio del comunismo primitivo", sostuvo.

Pero el interés del gobierno de poner en venta terrenos de la Amazonia ya había sido adelantado por García antes en un artículo de opinión publicado en el diario local El Comercio. Las intenciones mercantilistas del Presidente Alan García expresadas en la prensa mediante el artículo "Perro del Hortelano" se comienzan a materializar. E incluso el mismo Antonio Brack, ayer en el programa Prensa Libre comentó la importancia de la propiedad y titulación de los terrenos amazónicos antes de desarrollar cualquier actividad productiva.

Los especialistas aseguran que García sólo da prioridad al factor económico de la inversión sin tomar en cuenta la situación real de esos terrenos, que conforman un área de gran riqueza natural, y tampoco a los habitantes de la zona, muchos de ellos indígenas.

El Poder Ejecutivo busca dar en concesión las tierras de la amazonía, supuestamente en zonas desérticas, para favorecer a grandes consorcios multinacionales que quieren copar el negocio de la captura del carbono, que en los últimos años viene dando grandes ganancias, advirtió José Álvarez Alonso, investigador del Instituto de Investigaciones de la Amazonia Peruana, y agregó: el hecho de que los grandes y fuertes se comerán a los débiles, o por que sus disposiciones están orientadas a la zona amazónica agreste, inhabitable y salvaje del oriente del Perú.

También manifestó que vemos que hay inversionistas interesados en el negocio de canje por la captura del carbono. A través de mecanismos que se definieron en Kyoto y en Bali, se está pagando bonos por captación de carbono, entonces hay un gran negocio ahí. Y se va a prestar a incentivos perversos, hará que la gente deforeste para hacerse de la propiedad.

Álvarez aclaró que en la amazonia peruana no existen grandes extensiones de terreno en estado de abandono como asegura el Presidente de Perú para justificar la concesión de extensas hectáreas de terreno.

Todos saben que van a encontrar mil o diez mil hectáreas deforestadas sin ningún tipo de derechos. Todos tienen derechos que ahora pretenden ser ignorados por el hecho de no tener papeles, no tener títulos, recalcó.

Debemos de acotar que el Banco Mundial está financiando proyectos de ganadería y colaborando con la deforestación en la selva Amazónica al Norte del Brasil, esta afirmación es de un informe elaborado por la organización no gubernamental (ONG) Amigos de la Tierra.

Amigos de la Tierra revelan un crecimiento de la ganadería en la región en los últimos cinco años y el área deforestada en la Amazonía en 2007 representa el 18 % de toda la selva amazónica brasileña. Sin embargo, las dimensiones de los daños generados por esta producción en gran escala aún son ignoradas por órganos del poder público e instituciones financieras.

Entre los proyectos utilizados para intensificar esta actividad está la construcción de mataderos para el ganado. Y además se sabe por medio de la prensa que gobiernos extranjeros han tenido la iniciativa de adquirir tierras en la Amazonia. El informe apunta que el alto valor de los recursos disponibles para grupos exportadores de carne bovina permitió la construcción de más de 200 mataderos en la Amazonia, pero solo 87 de ellos emiten hasta 12 mil millones de toneladas de gas carbónico (CO2), gas generador del efecto invernadero.

En la página 14 del diario La República de Lima del día de domingo, se informa que el Ministro de Agricultura Ismael Benavides ha enviado al Congreso un proyecto de ley que facilita la venta de 4 millones de hectáreas deforestadas de un total de ocho millones, ubicadas principalmente, en la zona de la selva amazónica y agregó que hay una ley en el Congreso para permitir realizar las tareas de reforestación, de manera que podamos conseguir que la inversión privada fluya a la selva. También les ha comunicado a los habitantes de la zona amazónica, que su territorio será concesionado y que tendrán que obedecer y adecuarse a las normas. Y que el centro de operaciones tendrá sede en la provincia de Lima, de la capital de Perú.

Este domingo 3 de febrero se dio a conocer un nuevo caso de venta fraudulenta de parcelas en la Amazonia. En este caso, en Brasil se arrestaron a tres ciudadanos estadounidenses por vender terrenos de la Amazonía a través de la Internet, y a nombre de una fundación ambientalista bajo la responsabilidad del cantante de música inglés Sting.

Diversos reportes de prensa indican que el matrimonio estadounidense Donald y Mary Davis, y el brasileño Joao da Cruz Veloso, naturalizado norteamericano, vendieron bonos valorados entre 25 y 100 dólares por medio del sitio de Internet de la Rainforest Foundation (Fundación del Bosque), la fundación patrocinada por Sting. La organización aseguraba a sus donantes que a cambio de su dinero recibirían parcelas de tierras protegidas en el mayor bosque del mundo.

El caso es trágico pero se apoya en una práctica que se está diseminando en toda la Amazonia: ofrecer en "venta" sea directamente, o bajo diversas formas de patrocinio o apoyo, áreas de bosque tropical destinadas a la conservación.

Es un procedimiento por el cual la protección de la Naturaleza se vuelve dependiente de un mecanismo de mercado, a su vez usado por muchos gobiernos y varias organizaciones no gubernamentales. Más allá de sus intenciones, lo cierto es que esa estrategia refuerza una visión mercantilista de la Amazonia.

El jefe de la policía del Brasil, Geraldo Araujo, dijo que los arrestados fueron acusados de fraude y que podrían ser deportados porque la tierra que "vendieron" eran propiedad del estado. La policía también incautó un paquete de títulos de terrenos aparentemente falsificados, comprobantes de depósitos bancarios y material publicitario de la Rainforest Foundation.

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Fuente: Artículo publicado en Voltaire.net, Red de Prensa No Alineados

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