Por Nieve Solórzano Zambrano
Al sur de la provincia de Esmeraldas, en la reserva Mache Chindul, habitan tres comunidades que hacen parte de la nacionalidad indígena Chachi y están empeñadas en proteger una de las reservas ecológicas más ricas en biodiversidad del Ecuador, ubicada en la parroquia San Gregorio, Cantón Muisne.
Estas comunidades son San Salvador, Balzar y Chorrera Grande, tres centros Jurídicos que, con las comunidades chachi del norte de Esmeraldas, constituyen la Federación de Centros Chachis del Ecuador (FECCHE).
La Nacionalidad Chachi es parte de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Costa (CONAICE) y por ende, de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE).
En esta reserva se mantiene una espesa vegetación de árboles frondosos y gigantes, a cuya sombra floreció una de las culturas indígenas más viejas del continente, la cultura Jama Coaque, desde 500 años antes de nuestra era hasta la conquista española y negra de 1670.
De la mezcla de esta cultura indígena con la cultura afro nacieron los que más tarde serían los más grandes enemigos de los españoles y a los que apodaron "cimarrones", gente que se unieron a Simón Bolívar primero, y luego a Vargas Torres, Eloy Alfaro y Carlos Concha para defender la Revolución Liberal de 1895.
Hoy Mache Chindul, territorio que comprende 70.000 hectáreas, al igual que la Reserva Cotacachi - Cayapas, es el refugio de una de las pocas culturas indígenas tropicales de la costa del Pacifico Sudamericano, la nacionalidad Chachi o Cayapas, que conservan su lengua, el Chá palaa, y todas sus tradiciones.
La recuperación del territorio Chachi, que milenariamente les ha pertenecido.
Los Chachi han vivido siempre dentro de sus territorios, uno de los centros jurídicos -San Salvador- obtuvo la escritura pública en el año 1992 ante el Notario Primero del Cantón Muisne, e inscrito en el Registrador de la Propiedad del mismo Cantón, en dicha adjudicación San Salvador cuenta con 8905,20 hectáreas otorgadas por el entonces IERAC.
La zona circundante a los tres centros Chachis (San Salvador, Chorrera Grande y Balzar) fue declarada Área de Reserva Ecológica, el bosque perteneciente a los centros poblados de las comunidades indígenas quedaron fuera de la declaratoria porque es de propiedad comunitaria y fue designado Bosque Protector.
Esta área constituye 18.000 hectáreas de bosque húmedo tropical y forma una unidad compacta de sobresaliente riqueza biológica. Desafortunadamente, desde hace unos quince años, estos territorios han sido invadidos por colonos (gente campesina y urbana) oriundo de diferentes provincias del País. Por lo que el territorio se ha ido fragmentando en inmensas hectáreas, afectando de esta manera los derechos colectivos, la tranquilidad de los habitantes Chachis, y la autenticidad de sus futuras generaciones.
Esta situación ha provocado que los dirigentes Chachis busquen formas de proteger íntegramente su territorio, en especial, el territorio de la nacionalidad Chachi del Sur de Esmeraldas, que al momento esta siendo sometida a una gran presión por parte de los colonos invasores, traficantes de tierras y madereros ilegales.
Breve descripción del problema
El territorio de San Salvador, Balzar y Chorrera Grande está sometida a intensas presiones no sólo para la explotación del recurso forestal, sino también para integrar estas tierras vírgenes a la producción agrícola, lo que seguro significaría la destrucción total de este remanente de bosque húmedo tropical.
Unos de los últimos hechos de invasión al territorio de la nacionalidad indígena Chachi se pudo comprobar el día 20 de marzo de 2007, cuando se realizó un recorrido solicitado por la comunidad Chachi al Ministerio del Ambiente, quien es responsable de la Reserva.
El recorrido se lo realizó por los sectores de Algodón, Balzar y Rompe, encontrándose en el sector de Balzar 150 tablones de maderas y tablas de madera de coco, esta madera fue talada y aserrada en el bosque de área protegida.
Este recorrido, en el cual participaron guarda parques comunitarios de la reserva Mache Chindul, finalizó en el sector de la Cuna, lugar en donde se encontraron in fraganti a un grupo de ocho personas en territorio Chachi de San Salvador, cada uno los ocho ciudadanos portaba armas de fuego.
Estos colonos, oriundos de Santo Domingo de los Colorados, habían talado selva virgen, construido viviendas y sembrado productos de ciclo corto como maíz, yuca, etc., sin autorización del Ministerio del Ambiente ni de la Comunidad Chachi.
Cabe recalcar que estos invasores no ingresan a poseer estos territorios por falta de un lugar para vivir, ya que la mayoría de ellos, como el caso de los ochos ciudadanos invasores, tienen casas en Santo Domingo de los Colorados, o en alguna otra parte del país, según sus propias versiones.
Lo que les motiva a invadir estos territorios es la posibilidad de explotar los recursos naturales que existen en la zona, de manera especial la madera, puesto que Esmeraldas es una de las provincias con mayor reserva maderera del Ecuador, lo que motiva a los invasores a dedicarse a la tala indiscriminada e ilegal de madera muy costosa y que se encuentra en peligro de extinción.
Efectos socio-ambientales de la deforestación (1)
Uno de los principales efectos de la deforestación es la pérdida de fuentes de agua puesto que uno de los servicios ambientales que proporciona el bosque es la producción de agua, tanto a través de la regulación hídrica como de la producción de precipitaciones por evapo-transpiración.
Con la pérdida de bosques se pierde la biodiversidad. Es decir, desaparece la variedad de especies vegetales y animales de los lugares deforestados, desequilibrando los ecosistemas.
Sin cubierta forestal, los suelos quedan expuestos a la acción directa de las lluvias, el sol y los vientos, perdiendo sus propiedades de fertilidad (calcio, potasio, magnesio, nitrógeno). Si a esto se suma la carencia de fuentes de agua, los suelos se vuelven proclives a los procesos de desertificación.
La deforestación deteriora las condiciones de vida de las poblaciones locales. Mientras éstos asimilan los costos ambientales de la destrucción de los bosques, los negociantes de la madera, obtienen las ganancias. Los pobladores dejan de acceder y de beneficiarse de los recursos de los bosques: recolección de productos alimenticios y medicinales, fuentes de agua y suelos fértiles.
Esto redunda en el abandono de prácticas culturales tradicionales, es decir en el abandono de modos de subsistencia autónomas.
Cuando se deforesta para implementar monocultivos y plantaciones como el de la palma africana, los pobladores locales que vendieron a los empresarios sus parcelas, además de perder con la tierra la posibilidad de producir para su subsistencia, pasan a buscar nuevas fuentes de ingresos o a depender de la misma plantación (y si optan por esta última alternativa, se exponen a los químicos propios de las plantaciones y monocultivos).
En la preparación y proceso de estas agroindustrias, se utilizan maquinarias que van compactando los suelos.
Generalmente, los desechos del procesamiento de la palma son evacuados a los cursos de los ríos, acequias o quebradas, contaminando las fuentes de agua.
Las zonas de mayor deforestación actual
Las zonas que más se deforestan para la industria maderera y para la implementación de cultivos de palma africana son precisamente aquellas de mayor riqueza en biodiversidad y los últimos reductos de bosque primario.
Estas zonas, ricas en bosques primarios, constituyen patrimonio forestal estatal, territorios indígenas o posesiones campesinas.
La deforestación ha sido mayor en las zonas bajas del país: Costa, Amazonía y zonas tropicales de la región andina.
En la Costa (que cuenta con el 13% de bosques nativos) se ha deforestado más del 90% del bosque, mientras que en la Amazonía (que cuenta con el 70% de bosques), se ha deforestando el 30%. Todo ello, entre 1985 y 1991.
En épocas recientes, se está produciendo una destrucción acelerada de bosques en las estribaciones de la cordillera occidental, en la región del Chocó ecuatoriano, es decir, en la zona nor-occidental de las provincias de Esmeraldas, Carchi e Imbabura. Los bosques de estas zonas están a punto de desaparecer, como ya ocurrió con los bosques del nor-occidente de Pichincha.
En la provincia de Esmeraldas
Se estima que en esta provincia se han destruido más de 500 mil hectáreas de bosques entre 1969 y 1991, sin tomar en cuenta los bosques destruidos de manglar.
Las zonas de San Lorenzo y Eloy Alfaro, ubicadas en la parte norte de la provincia de Esmeraldas, desde épocas recientes, han sido objeto de una deforestación impactante.
En dos años, se ha deforestado 8.000 hectáreas de bosques primarios, para desarrollar plantaciones palmícolas.
En ellas, se han concentrado negociantes de tierra (comerciantes e intermediarios), madereras, palmicultoras, campesinos colonos. Todos ellos, con interés por acceder a tierras y a los bosques de patrimonio forestal.
La presión sobre estas zonas tiene un nuevo ingrediente: el proyecto vial de las carreteras Esmeraldas-San Lorenzo y la marginal de la Costa, que atraviesan zonas de bosques y tierras de comunidades afro-ecuatorianas, el mismo que facilitaría la entrada a bosques no penetrados y la transportación de la madera, las empresas palmícolas podrían transportar con agilidad los aceites (garantizando así su calidad y rentabilidad).
Las poblaciones locales
En este escenario, y, en muchos casos, siendo parte de esta red del negocio de madera, se encuentran las poblaciones locales: comunidades indígenas Chachi, y comunidades afro-ecuatorianas y campesinos colonos, buena parte de los cuales, hasta la fecha, no han logrado legalizar sus posesiones territoriales.
En este escenario de intereses, dilatar los procesos de adjudicación de tierras, es un instrumento para no legitimar los derechos de los campesinos.
Para algunos pobladores, la venta de madera es el único negocio a través del cual obtienen dinero, pero están sujetos a los precios que les imponen los intermediarios y comerciantes de madera.
La supuesta rentabilidad de la venta de madera, resulta tan pobre para los campesinos (por las razones ya anotadas en párrafos anteriores), apenas logran cubrir algunos aspectos mínimos de su subsistencia.
Por otra parte, las poblaciones, en general, se caracterizan por tener un precario nivel organizacional. No cuentan con organizaciones locales ni regionales. Si sumamos a esto la falta de institucionalidad oficial local sobre medio ambiente, podremos entender su vulnerabilidad a las intervenciones y presiones externas
Las empresas madereras
Las empresas madereras con mayor presencia en la provincia son las del grupo maderero Peña Durini.
Este ha obtenido del Estado catorce concesiones madereras en Esmeraldas, lo que representa aproximadamente 540 mil hectáreas de bosque nativo, extraídas sin ningún tipo de seguimiento y control de parte de las instituciones forestales.
Desde los años 70, las empresas madereras, han accedido a los bosques a través de la posesión directa de las áreas forestales estatales, del arrendamiento de tierras indígenas Chachi, y de la compra o apropiación de posesiones campesinas.
La compra de lotes campesinos lo hacen poco a poco, compran entre 100 y 500 hectáreas. Estos mecanismos les han permitido titularizar (desde octubre de 1999 hasta la actualidad), unas 25 mil hectáreas de tierras y bosques.
El arrendamiento de tierras a las comunidades indígenas, a pesar de los graves impactos socio-ambientales que estas sufren: pérdida de los bosques, vibraciones de maquinarias, nuevos vecinos colonos, nuevas enfermedades, desarticulación de sus economías, ha facilitado a los madereros la extracción de la madera de esos territorios.
En este proceso de ocupación y compra de bosques y tierras, cometen una serie de atropellos contra los pobladores locales, por ejemplo: a más de pagarles precios irrisorios por los árboles, crean unilateralmente agrupaciones campesinas, impulsan movimientos colonizadores (como por ejemplo, el que dio como resultado el recinto de Hojas Blancas, en la parroquia Malimpia de Esmeraldas, y sobre el cual tienen el control); dividen y enfrentan a los pobladores, les hacen ofrecimientos (construcción de obras de infraestructura, carreteras, escuelas) y les atemorizan.
En este contexto de necesidades, intereses y posiciones que se contraponen, y a falta de una respuesta institucional del Estado a las necesidades locales, han dado lugar a algunos conflictos territoriales, como el que comentamos a continuación, en el cual la comunidad local se enfrenta de manera directa a un grupo de colonos extraños a la zona, posiblemente impulsados por negociantes de madera.
Patrocinio Jurídico de Inredh para la protección de territorio Chachi (2)
La Comunidad San Salvador, a través de su presidente José Eberto Tapuyo, se contactó con INREDH, para que colaboren con el patrocinio del caso de tala indiscriminada de bosque en que habían incurrido un grupo de colonos de Santo Domingo.
Un abogado de la Fundación Inredh se trasladó a la Ciudad de Esmeraldas para presentar la acusación particular en contra de ocho ciudadanos encontrados in franganti talando madera dentro de la Reserva Mache Chindul, para que se establezca las responsabilidades penales sobre ellos y sean procesados de acuerdo a la Ley.
El Fiscal de Atacames-Muisne inició la Instrucción Fiscal signada con el número 020- 2007, en la cual acuso a los detenidos de cometer el delito de destrucción y tala indiscriminada de bosque y especie vegetales, delito que consta en el código penal ecuatoriano en el Artículo 437A, por lo que se dispuso la practica de algunas diligencia procesales, entre las que constaban un peritaje legal a la zona destruida para verificar los daños ocasionados, peritaje que estuvo a cargo de un Ingeniero Perito Forestal, en la misma diligencia se evacuo el reconocimiento del lugar de los hechos.
Posteriormente se tomaron las versiones de los testigos y se practicaron otras diligencias de Ley.
Luego de haber transcurrido el término de Ley, el fiscal de la causa dio por concluida la Instrucción Fiscal y resolvió dar su dictamen Fiscal, en el cual Acusa a los ocho ciudadanos por el delito de tala de bosques y destrucción de especies vegetales.
Dicho dictamen fue resuelto en virtud de que en merito a las diligencias realizadas se encontró graves presunciones de responsabilidad penal en contra de los antes mencionados ciudadanos por lo que se solicito al Juez de lo Penal de Atacames-Muisne que dicte auto de prisión preventiva en contra de los señores imputados y convoque a audiencia preliminar para que se resuelva su llamamiento a Juicio.
Hay que destacar que estos ciudadanos que fueron aprehendidos de manera in fraganti, a los cuales el Juez ordeno en primera instancia la prisión preventiva, solicitaron que se les conceda la sustitución de esta medida cautelar por una medida alternativa que consiste en presentarse una vez a la semana ante el juez que ordenó sus detenciones.
Dicha solicitud fue concedida por el Juez de la causa, en virtud de que el delito por el cual se los acusaba era de pena privativa de tres años máximo; y además por que los antes mencionados ciudadanos, no registraban juzgamientos penales en los juzgados de la provincia de Esmeraldas.
Sin embargo esta concesión del Juez, ocasionó que los referidos ciudadanos no cumplan con la orden del juez de presentarse una vez a la semana y tampoco acudan a ningún llamado del Juez, en especial a la Audiencia Preliminar convocada por cuatro ocasiones.
Lo que motivó a los abogados de Inredh, a solicitar al Juez que revoque esa medida alternativa otorgada y vuelva a ordenar la prisión preventiva en contra de los acusados por no cumplir con la resolución judicial.
Hay que recalcar que los ochos ciudadanos acusados en este proceso son reincidentes en entrar ilegalmente al Territorio Chachi en el área comprendida que está dentro de la reserva mache - chindu.
El Proceso se encuentra en la etapa intermedia. Y de realizarse la Audiencia preliminar, el Juez resolverá el auto de llamamiento juicio de los imputados, situación que es evidente puesto que existen méritos suficientes para que sean llamados a un Tribunal Penal.
Este proceso penal que se inició por este tipo de delito ambiental, es uno de los pocos procesos que existe en los Juzgados del Ecuador, tanto porque la legislación en materia penal ambiental es relativamente nueva, como porque los sujetos procesales o los ofendidos no asumen la defensa de estos derechos.
Esperamos que este hecho delictivo tipicado en nuestro código penal vigente sea sancionado para crear precedente en materia penal ambiental.
La detención de los ciudadanos invasores fue un hecho significativo para la comunidad Chachi Sal Salvador, puesto que esta problemática había sido denunciada hacia varios años por la comunidad, sin embargo no se tomaban acciones por las autoridades locales y provinciales, para mitigar los efectos de estas invasiones.
Ahora con este antecedente parece ser que las autoridades locales, están uniendo esfuerzos con las comunidades Chachis, para proteger a la reserva ecológica de los propósitos depredadores de los traficantes de tierras y madera.
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Notas:
(1) Fuente Acción Ecológica (Bosques)
(2) Fuente: Nieve Solórzano y Wiltón Guaranda. Abogados del Inredh, defensores de los Chachi.
Fuente: Boletín INREDH
Comentarios
Me encanto esta pagina necesitaba hacer un deber y aqui encontre todo
.
felicidades
senor presidente necesitamos su apoyo las escrituras individuales y la via para progreso de las comunidades el 80 % esta fincado ganaderia necesitamo su apoyo
NO SE PREOCUPE QUE ESTAMOS
NO SE PREOCUPE QUE ESTAMOS TRABAJANDO EN ESO PARA CUMPLIRLA
NO SE PREOCUPE QUE ESTAMOS
NO SE PREOCUPE QUE ESTAMOS TRABAJANDO EN ESO PARA CUMPLIRLA
me gusto leerlo pero me
me gusto leerlo pero me pareció mucho imprimir todas estas paginas señor Zambrano
Me intereso bastante
Me intereso bastante
Interesante esto es lo que
Interesante esto es lo que queria.
Mi punto de vista a los presidente de cada centro, ya vasta de talar árboles ya es hora de actuar.
No se duermen
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