Adital - En nota de la agencia de noticias Reuters, el presidente de la Fundación Nacional del Indio (Funai), Mércio Pereira Gomes, hizo declaraciones cuestionando el derecho de los indígenas a las tierras que tradicionalmente ocupan. "Es demasiada tierra. Hasta ahora, no hay límites para sus reivindicaciones territoriales, pero estamos llegando a un punto en que el Supremo Tribunal Federal tendrá que definir un límite", dijo Gomes. El Concejo Indigenista Misionero (CIMI) rechaza esas declaraciones.
Para la entidad, causa extrañeza que un presidente de la Funai reproduzca el discurso de la imposición de límites para las tierras indígenas en el país, pues ésta es una de las antiguas reivindicaciones de los sectores anti-indígenas. "Esto revela el enganche de Mércio Gomes y del Gobierno de Lula con el agronegocio y con las antiguas oligarquías rurales del país", afirma Saulo Feitosa, vicepresidente del Cimi. Feitosa recuerda que existe en el Senado Federal una propuesta de enmienda constitucional que propone limitar la extensión de tierras indígenas por parte del estado brasileño, de autoría del senador Mozarildo Cavalcanti, que tiene una histórica actuación contra la demarcación de tierras indígenas.
Al defender la actuación de la Funai, Gomes afirmó también que "Brasil debería ser citado como ejemplo para otros países. Retiramos tierras indígenas de hacendados que estaban allí hace dos generaciones. ¿Quién más hace esto?", ignorando los derechos originarios de los indígenas a las tierras que, tradicionalmente, ocupan, garantizados por la Constitución Federal de 1988.
Las declaraciones de Gomes fueron realizadas en el contexto de la repercusión de los datos divulgados por el Cimi este mes, que revelan que 2005 fue el año con mayor número de asesinatos de indígenas en la última década, con 38 muertes. "El Cimi sustenta que la lentitud del Estado brasileño en los procesos de reconocimiento y protección de las tierras indígenas es la principal causa de violencia con la cual los indígenas están obligados a convivir. Uno de los ejemplos más sobresalientes de esta relación es la situación de confinamiento del pueblo Guaraní. Para ellos, así como para muchos otros pueblos, el discurso de "exceso de tierras" no tiene sentido, afirma Saulo Feitosa.
Diez mil indígenas del pueblo Guaraní viven confinados en 3.475 hectáreas, próximos a la ciudad de Dourados, Mato Grosso do Sul, en las aldeas Jaguapiru y Bororo. Gran parte de esas personas no tienen donde plantar y no tienen trabajo en los cultivos de soja o en las haciendas de ganado que circundan el área. Haciendas que, en muchos de los casos, fueron establecidas sobre tierras donde los indígenas vivían.
En esta situación, muchos hombres están obligados a trabajar en ingenios de caña de azúcar, en condiciones análogas a las de esclavitud, en contacto con el alcohol y la prostitución. La falta de perspectivas de vida y el confinamiento lleva a una situación de tensión, alcoholismo, alto nivel de suicidio y a un ambiente sin ninguna duda violento. "No es posible separar esta situación de la situación de falta de tierras", afirma Feitosa.
Fuente: Adital, Traducción: Daniel Barrantes - [email protected]
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