La Jornada, San Andrés Sakamch'en de los Pobres.- La comandanta Ramona fue enterrada en las primeras horas de esta tarde en el cementerio municipal de la cabecera de San Andrés, en una sobria ceremonia religiosa que reunió a los familiares de la indígena tzotzil, y un millar de zapatistas, representantes de todos municipios autónomos rebeldes de Los Altos.
La comandanta había sido velada en el caracol de Oventic, donde el Ejército Zapatista de Liberación Nacional le rindió los más altos honores. Como adelantó en Tonalá el subcomandante Marcos, el viernes pasado, el acto fue privado. En él habrían participado el Comité Clandestino Revolucionario Indígena, Comandancia General, así como los gobiernos autónomos de Los Altos, bases de apoyo y milicianos del EZLN.
Desde anoche comenzaron a reunirse en el caracol de Oventic millares de bases de apoyo zapatistas. Llegaban en vehículos de transporte, la mayoría pertenecientes a los distintos municipios autónomos, especialmente de San Juan de la Libertad, Magdalenas La Paz, San Pedro Polhó y San Andrés Sakamchén de los Pobres, aunque también de Santa Catarina, San Juan Apóstol Cancuc y 16 de Febrero.
Los indígenas ingresaban al caracol y se perdían en la niebla helada. El silencio era grande, aún entre tanta gente que llegaba. Fuera de ellos, a nadie más se permitió el paso.
De allí salió esta mañana el discreto cortejo que la acompañó hasta el cementerio de San Andrés para la última ceremonia, que fue estrictamente religiosa, con el canto Más allá del sol, nubes de flores blancas y el llanto de los allegados a la comandanta Ramona. Desde horas antes ya esperaban allí unos 200 indígenas procedentes de San Juan Chamula.
Pasaban las 13 horas de hoy cuando llegó al cementerio, en las afueras de la cabecera municipal andresera, una ambulancia de la clínica de Oventic, bautizada con los nombres de Carlo Guiliani y Davide Dax Cesare, activistas italianos literalmente caídos en la lucha contra el neoliberalismo. La seguía una discreta comitiva de representantes de comunidades zapatistas de toda la región tzotzil en una decena de vehículos.
Entre rezos y cantos fue inhumado el cuerpo de la pequeña gran comandanta, bajo un sol radiante y el viento invernal. No hubo discursos, ni consignas.
Esta mañana, entre música tradicional de marimba y mensajes en favor del respeto a las mujeres, la Radio Insurgente Nuevo Amanecer de San Andrés transmitió la historia última del viejo Antonio, en voz del subcomandante Marcos.
"Los arroyos cuando bajan ya no tienen regreso, más que bajo tierra", dice la narración en la cual Antonio, hijo del viejo Antonio, refiere haber preguntado a su padre moribundo si tenía algún mensaje para su pupilo, y que el viejo Antonio respondió escuetamente: "Ya le dije todo lo que tenía que decirle. Ahora tiene mucho trabajo."
Sin mencionar explícitamente a la comandanta fallecida, Radio Insurgente transmitió por la tarde una cápsula dramatizada sobre el derecho de las mujeres a participar en asambleas, cooperativas y actividades políticas. Allí, una indígena discute con Juan, su marido, quien se niega a darle permiso para acudir a una asamblea. Y ella lo refuta ejemplarmente, defiende sus derechos y le cita el artículo 5 de la Ley Revolucionaria de Mujeres, que estipula que cualquier mujer tiene el derecho de participar en las actividades de la comunidad y de la organización zapatista.
Más allá de lo obvio, el homenaje a la comandanta Ramona consiste, no en que hoy se haya transmitido esta cápsula radiofónica, sino en que diariamente se difundan ese y muchos otros mensajes y noticias en favor de las mujeres indígenas. Y el hecho aún más elocuente de que ahora miles de mujeres, jóvenes y mayores han transformado sus vidas, las de sus pueblos y la de México. Como insurgentas, como comandantas, como gobernantes de sus municipios, como cooperativistas, promotoras de salud y educación.
Son millares de razones para decir que la vida y la muerte de Ramona no fueron en vano. Y si queda duda, que le pregunten a cualquiera de ellas.
Recibido cordialmente de Genaro Bautista, boletin Regiones Indias del 09.01.2006
Comentarios
Hola amigos , me da mucha pena al recibir el mensaje de la muerte de la comandante, desde la amzonia reciban mis grandes pesares y segamos , sembrando la rebeldia como un muedtra de revindicar nuestros drechos
Marlon
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