Servindi, agencias.- La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA) pidieron este jueves respetar la cultura y los territorios de los indígenas, varios de cuyos líderes reivindicaron el uso de la hoja de coca y señalaron que las comunidades originarias de Latinoamérica tienen "poco que celebrar".
Con motivo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, la ONU hizo un llamado a preservar la cultura y las tradiciones de esas comunidades, sobre las que se cierne la amenaza del despojo.
El secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki-moon, dijo en una declaración que hoy se "celebran las contribuciones de los pueblos indígenas a la humanidad a través de sus ricas culturas".
Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dependiente de la OEA, instó a los países miembros a reconocer y respetar los territorios y la identidad de los pueblos aborígenes.
El relator sobre Derechos de los Pueblos Indígenas de la CIDH, Paolo Carozza, urgió a los Estados a redoblar los esfuerzos para mejorar el cumplimiento de las recomendaciones de ese organismo y de las sentencias de la Corte en casos en que la víctima sea miembro de una comunidad originaria.
La importancia de reconocer y respetar la identidad cultural de los pueblos indígenas radica en el hecho de que esos territorios son su principal medio de subsistencia y en que constituyen un elemento integrante de su cosmovisión.
La CIDH ha reconocido y valorado las acciones emprendidas e implementadas por múltiples Estados que han reconocido legalmente los territorios tradicionales de los pueblos indígenas. No obstante, continúan existiendo significativas debilidades en las acciones de protección, que deja a los pueblos indígenas en una situación de vulnerabilidad, especialmente ante los intereses de terceros interesados en explotar los recursos naturales existentes en los territorios indígenas.
Por otra parte, los órganos del sistema de protección de los derechos humanos han desarrollado una jurisprudencia progresiva en la que se reconoce los derechos colectivos de los pueblos indígenas. La Comisión Interamericana ha expresado su preocupación por las dificultades encontradas para lograr que los Estados implementen sus recomendaciones y medidas cautelares en que los beneficiarios son pueblos indígenas, así como en el cumplimiento de las sentencias de la Corte Interamericana.
Al respecto, el Relator insta a los Estados a redoblar sus esfuerzos para cumplir con las decisiones de las instituciones interamericanas que afectan a pueblos indígenas. Con ello no sólo se reconoce, protege y repara a grupos específicos de personas, sino que se respeta una forma especial de vida y la diversidad humana que forma parte inherente de las sociedades del continente americano.
En coincidencia con ese exhorto, la Corte Interamericana, con sede en Costa Rica, señaló hoy que condenó al Estado colombiano por el secuestro y muerte a manos de militares del líder indígena Germán Escué Zapata, en 1988.
La noticia se conoció cuando líderes de las etnias de Colombia deliberaban en la sede del Congreso en Bogotá, donde anunciaron su intención de crear un "Parlamento indígena" y aplicar su propia justicia a los guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes y otras personas que cometan delitos en sus territorios.
En tanto, Bolivia, el país de América con la mayor población indígena, conmemoró este día con un acto en el que el canciller del país, el aimara David Choquehuanca, reivindicó la "cultura de la sagrada hoja de coca, que es medicina, alimento y vida".
"Nada funciona en el país sin la coca", dijo el jefe de la diplomacia boliviana, en alusión a una planta usada desde hace cientos de años por las comunidades originarias de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, y materia prima para producir cocaína.
Diversas organizaciones de indígenas y de defensa de los Derechos Humanos de Perú también pidieron en esta jornada la valoración de su legado cultural y espiritual.
El Consejo Indigenista Misionario de Brasil (Cimi) aprovechó esta fecha para denunciar que al menos 602 indígenas se encuentran presos en el país, lo que viola la Carta Magna y las leyes.
Los nativos de Guatemala, que representan el 42 por ciento de los 13 millones de habitantes del país, señalaron, por su parte, que tuvieron "poco que celebrar" este jueves.
Según la Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (CNOC), la más grande y radical organización indígena de Guatemala, las comunidades aborígenes siguen siendo víctimas de un Estado excluyente, debido a la "permanencia de los gobiernos empresariales y conservadores".
Organismos humanitarios aseguran que los indígenas representaron el 75 por ciento de los 200.000 muertos que dejó la guerra interna que azotó a esa nación entre 1960 y 1996.
En los demás países centroamericanos, donde las comunidades originarias son muy pobres, los dirigentes de los nativos reclamaron respeto para sus tradiciones y territorios, muchos de ellos ricos en biodiversidad y recursos energéticos.
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