La Jornada.- Desde hace décadas se dice que habrá educación bilingüe en México, como un reflejo de la diversidad lingüística y cultural del país, pero todo eso ha sido "un cuento" y sólo de unos 10 años para acá "empieza a haber algo", critica el historiador, filósofo y humanista Miguel León-Portilla. El autor de La visión de los vencidos agrega que una verdadera educación bilingüe sería "que el niño indígena, desde que entra a la escuela, tomara las varias materias, unas veces presentándoselas en su lengua materna y otras en la lengua común del país, la mayoritaria, que es el español".
Tras mencionar que, por ejemplo, la Secretaría de Educación Pública ya publica algunos libros en lenguas indígenas y que, por otro lado, está floreciendo la literatura contemporánea de escritores de esos pueblos, León-Portilla comenta sobre cómo se podría avanzar en una verdadera educación bilingüe:
"Los maestros y los pedagogos deben ver en qué forma se pueden transmitir los conocimientos, no solamente en la lengua española, sino en las lenguas vernáculas, originarias. Esto no es tan fácil, pues tiene que estudiarse cómo, y cada caso específico. Muchas veces los que preparan libros de texto tienen una mentalidad completamente europeizante. Eso decía Gamio: que las leyes de México y muchas cosas de México están hechas como si fuéramos europeos, y no lo somos, tenemos otras raíces.
"Para lograr que se llegue a la educación bilingüe tenemos que concientizar a la gente de que las lenguas indígenas son un medio de comunicación muy importante y que conviene y es necesario, por ejemplo, que aprendan la gramática de su lengua, o principios jurídicos en su lengua, pues muchas veces los indígenas son detenidos por un delito de poca importancia y no entienden por qué los están juzgando." Abunda: "Hay que concientizar a la población no indígena de lo que tienen los pueblos autóctonos. Y a éstos, acercarles la cultura, pero no para cambiarlos, sino para que participen en la vida de México, si quieren, conservando su lengua y cultura".
Hasta ahora, señala, a los niños indígenas se les había enseñado sólo el castellano, y una vez aprendido "se mandaba al cuerno" a sus lenguas maternas, pues todavía se considera, de manera errónea, que los más de 60 idiomas originarios que quedan en el país son "dialectos". De ello han tenido culpa, dice el humanista, no sólo los gobiernos sino la sociedad, al considerar con ignorancia y discriminación, por ejemplo, que esas lenguas originarias de México "no tienen gramática", o referirse a sus hablantes como "indio pata rajada" o "Marías que estorban".
Bajarse de la cátedra
El autor de Los antiguos mexicanos habla con motivo de la publicación de su libro de divulgación México: muchas lenguas y culturas (Grupo Santillana), en el que, desde sus 81 años, "se bajó" de la cátedra para escribirle a los jóvenes, como dice Clemente Merodio, director de ediciones de esa casa.
Con un lenguaje sencillo y muchas imágenes, el nuevo libro del experto es un compendio de los planteamientos fundamentales del historiador acerca de la riqueza y diversidad de México, una de las más abundantes del mundo: geográfica, biológica, cultural y lingüística. "El motivo del libro es que los jóvenes vean qué significa que haya en México muchas lenguas y culturas; en primer lugar: que se enteren que hay muchas lenguas y culturas." Son una "riqueza olvidada" que se debe compartir, afirma. Es importante, abunda, que los jóvenes y todos los mexicanos se enteren cómo es el país en que vivimos; no se puede mejorar si se desconoce cuál es "la raíz más honda en el ser de México", como consigna en la presentación del libro, en el que también aborda la tercera raíz: la africana.
Autor de La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes, León-Portilla critica a quienes piensan que las muchas lenguas de México son un estorbo y recuerda que cada una de ellas conlleva una visión singular del mundo. Cada lengua, agrega, es "como una atalaya" en la que se ve el mundo de un modo distinto. Por eso, cada vez que muere una de ellas "la humanidad se empobrece para siempre", reflexiona. Abunda: "que haya lenguas y culturas diferentes es una gran riqueza, no un problema. Puede plantear problemas iniciales, pero un gobierno sí puede lograr perfectamente que haya una lengua común, que antes fue el náhuatl y ahora es el español, y a la vez que exista la riqueza de perspectivas de las otras lenguas. Eso sucede, por ejemplo, en Suiza, donde se hablan cuatro idiomas".
León-Portilla reitera sus planteamientos en favor de la autonomía de los pueblos indígenas, quienes, recuerda, no se quieren independizar del país sino recuperar derechos políticos y culturales.
De la globalización y las tendencias dominantes a la estandarización, señala que una manera de enfrentarlas es fortalecer la diversidad de lenguas y culturas. "La globalización tenemos que digerirla y no hacerla a la imagen y semejanza de quien la quiere imponer. Lo que hay que buscar es el diálogo de culturas, no el pleito de culturas."
Fuente: La Jornada, recibido por cortesía de Genaro Bautista, Regiones IndiasÂ
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