Por Ranjit Devraj
IPS, 10 de febrero, 2010.- La decisión del Ministro de Ambiente de India de prohibir el cultivo de berenjenas transgénicas salvó a este país agrícola de un desastre en materia de diversidad biológica, según activistas y expertos en seguridad alimentaria.
“Se trata de una decisión histórica. El ministro (Jairam Ramesh) merece ser felicitado, dado que estaba bajo una enorme presión para dar su visto bueno a la berenjena transgénica, especialmente después de la autorización del Comité de Aprobación de Ingeniería Genética” (GEAC, por sus siglas en inglés), dijo a IPS el especialista en seguridad alimentaria Devinder Sharma.
Si el producto hubiera sido aprobado en India, habría abierto las compuertas a una tecnología que es vista con mucha sospecha en todo el mundo, observó Sharma. “Países como Filipinas y Bangladesh estaban esperando a ver qué dirección tomaba India en esta materia”, agregó.
La decisión adoptada este martes por Ramesh sobre lo que hubiera sido el primer producto alimenticio genéticamente modificado que se cultivara en India tiene varias consecuencias, comenzando por la credibilidad del GEAC, que antes había autorizado el cultivo del algodón transgénico.
Tanto el algodón como la berenjena transgénicos tienen un gen tomado de una bacteria, el bacillus thuringiensis, que es tóxico para las plagas y supuestamente ahorraría el uso de pesticidas.
Pero la introducción de la berenjena genéticamente manipulada no fue tan fácil como la del algodón, y las protestas contra la aprobación del producto, resuelta por el GEAC en octubre de 2009, fueron tan fuertes que Ramesh se vio obligado a celebrar audiencias públicas antes de la autorización final.
En esas audiencias, los ministros Sharad Pawar, de Agricultura, y Prithviraj Chauhan, de Ciencia y Tecnología, condenaron el dictamen del GEAC, coincidiendo con el público en general.
En una conferencia de prensa realizada este martes para anunciar su decisión, Ramesh admitió haber sido influido por la oposición masiva a la introducción de cultivos transgénicos que percibió en las audiencias realizadas en siete ciudades de India en las últimas semanas.
“Cuando el sentimiento público es negativo, es mi deber adoptar un enfoque cauteloso y basado en principios”, declaró el ministro.
“No impondré una decisión hasta que estudios científicos independientes establezcan la seguridad del producto para la salud humana y ambiental, incluyendo la riqueza genética de las berenjenas de nuestro país”, dijo Ramesh. “Mi conciencia está limpia”, agregó.
La oposición a la berenjena transgénica procedió no sólo de grupos de la sociedad civil sino también de gobiernos estaduales, como los de Himachal Pradesh, Bihar, Bengala Occidental, Orissa, Madhya Pradesh, Karnataka, Andhra Pradesh y Kerala.
Autoridades de estados gobernados por partidos de oposición acusaron al gobierno central del Partido del Congreso de venderse a grandes empresas multinacionales de alimentos y biotecnología, en este caso a la estadounidense Monsanto, propietaria de la patente de la berenjena transgénica y con grandes intereses en Mahyco, la firma india que comercializa semillas en este país.
Según Sharma, que preside el Foro para la Biotecnología y la Seguridad Alimentaria, una entidad no gubernamental con sede en Nueva Delhi, si se hubiera permitido cultivar berenjena transgénica en gran escala, las variedades naturales de este vegetal habrían sido eliminadas rápidamente.
“Las plagas a las que la berenjena transgénica es supuestamente resistente habrían atacado a las variedades naturales”, explicó.
Sharma destacó que la berenjena es originaria de India, y que el Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad contiene cláusulas que desalientan la modificación genética de cultivos en su lugar de origen.
El Protocolo de Cartagena es complementario de la Convenio sobre la Diversidad Biológica, un tratado internacional aprobado en 1992 en Río de Janeiro para proteger la riqueza natural de flora y fauna y el uso sustentable y equitativo de los recursos genéticos del mundo.
Chitra Devi, científico de la Oficina Nacional de Recursos Fitogenéticos de Nueva Delhi, dijo a IPS que la liberación de la berenjena transgénica en el ambiente podría causar la rápida contaminación de variedades naturales con genes de bacterias mediante la polinización cruzada.
Como parte de su trabajo de conservación de la biodiversidad, la Oficina ha conservado unas 2.500 variedades de berenjena.
Médicos agrupados en el Foro Popular de la Salud también se opusieron a la introducción de la berenjena genéticamente modificada, con el argumento de que no se conocen sus efectos en la salud humana.
En un comunicado de prensa, Gyanendra Shukla, director de Monsanto en India, señaló que, como las plantas transgénicas “son mucho más estudiadas que ningún otro tipo de planta en el mundo”, ofrecen “igual o mayor garantía de seguridad”.
Pero P.M. Bhargava, un disidente dentro del GEAC, observó que son otras las preguntas que deben hacerse. “Para comenzar, no necesitamos alimentos transgénicos para alimentar a la población de India. Podríamos alimentar a más de 2.000 millones de personas sólo aumentando la productividad de los alimentos, que es comparativamente baja en este país”, concluyó.
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Fuente: Costa Rica Hoy
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