La Chorrera, Amazonas. Nos estamos quedando huérfanos, la palabra del tabaco y la coca se está muriendo. No es romanticismo, es un llamado y un grito de auxilio ante la muerte de nuestros ancianos Huitoto, Muinane y Bora del Resguardo Indígena Predio Putumayo en el Amazonas colombiano. La tuberculosis, el paludismo, el hambre, la desnutrición y ahora el cáncer tienen azotada esta zona, en una situación de extinción de pueblos, invisibilizada para el país.
Las instituciones encargadas de garantizar la prestación del servicio esencial de salud en el departamento, más que con programas de promoción y prevención, intervienen cuando ya no hay nada que hacer.
El Amazonas, ese extenso territorio con enorme diversidad étnica y cultural, el cual resulta interesante conocerlo por el delfín rosado, el palo sangre y su artesanía, el agua dulce, el bosque, el oxígeno, es objeto hoy de grandes intereses turísticos y el planeta clama por su conservación y protección. Y van las preguntas, ¿protegerla de quién y para quién? Proteger la Amazonia debería ser, sencillamente, proteger la vida de su gente, de los seres humanos con cultura propia, poseedores de conocimientos tradicionales basados en el respeto a la vida, en todas sus formas y manifestaciones. Es a ellos a quienes hay que proteger.
Es triste ver que cuando una especie de planta o animal esta en vía de extinción todo el planeta corre a protegerlo, se hacen propagandas alusivas a la conservación en medios masivos, se invierten recursos para proteger el cóndor, el águila, el delfín rosado, el palo sangre, el loro orejiamarillo, la arawana, la tortuga, etc., pero ¿quién corre a defender las vidas humanas?
Ante tanta indiferencia, desde hace 2 años hemos organizado un equipo interdisciplinario entre la Corporación para la defensa de la Biodiversidad Amazónica -CODEBA-, Fundación Caminos de Identidad -FUCAI, una veeduría internacional para hacerle seguimiento a algunos casos puntuales de pacientes indígenas del Departamento del Amazonas. Hoy contamos con el acompañamiento de la Organización Nacional Indígena Colombia -ONIC.
Lo cierto es que los pueblos indígenas, habitantes milenarios del resguardo más grande de Colombia, están en peligro de extinción: En La Chorrera quedan sólo diez Okainas, quince Muinanes, trescientos Boras y mil quinientos Huitotos, situación similar para el resto de las zonas del Predio Putumayo.
Nuestra mayor preocupación es que los conocimientos tradicionales de nuestros pueblos se están perdiendo con la muerte de nuestros ancianos y con ello las culturas milenarias, "Los Hijos del Tabaco, la Coca y la Yuca dulce". En memoria de ellos reseñamos algunos casos en los cuales el cáncer y la negligencia de algunas instituciones de salud son responsables de sus muertes.
Último de los ancianos "de los verdaderos", decimos nosotros cuando se trata de quien se destaca por su sabiduría y conocimientos. Pertenecía al clan del "Amanecer", Autoridad Tradicional, jefe del pueblo Bora, dueño de maloca y de la carrera ceremonial "Yadiko" o "baile de la viga", de los más poderosos en las culturas amazónicas del Predio Putumayo. Venía enfermo desde hacía aproximadamente 3 años, y entre el Centro Médico de La Chorrera y el Hospital regional de Leticia, sólo le diagnosticaron y trataron anemia y gastritis con medicina alopática. Sólo ante la remisión al Hospital La Samaritana el día 6 de Enero, le ordenaron un elemental examen diagnóstico con el cual le detectaron el avance irremediable de un cáncer en el estómago, ante el cual ya no había nada que hacer. Murió el día 23 de febrero de 2007 en el Hospital La Samaritana, en Bogotá.
Francisco Ruiz, pueblo Bora, Cabildo Providencia, La Chorrera, Resguardo Indígena Predio Putumayo, Amazonas. Llegó a Bogotá en mayo de 2005, después de que en Leticia le diagnosticaran melanoma (cáncer de piel) en un pie. Vivió el paseo de la muerte por la negligencia de la ARS HUMANAVIVIR y de la Secretaría Departamental del Amazonas, porque ante el tratamiento planteado por los médicos que le atendieron, estas entidades se negaron a suministrarle el medicamento Interferón Alfa, requerido para que luego le hicieran el tratamiento de quimioterapia. La enfermedad lo invadió, ocasionándole la muerte en un albergue en Bogotá el día 20 de octubre de 2006.
Pedro Umire, pueblo Muinane, Cabildo Sabana, La Chorrera, Resguardo Indígena Predio Putumayo, Amazonas. Anciano remitido a Bogotá con diagnóstico de cáncer de próstata y tratado en el Instituto Nacional Cancerológico durante 6 meses aproximadamente. Ante su crítico estado y ante su expresión de nostalgia por la ausencia de su espacio vital, regresó a su casa en La Chorrera, donde falleció a los pocos días, en agosto de 2006. El grupo étnico al que pertenecía Pedro es uno de los minoritarios en el país, apenas tiene una población de quince personas en La Chorrera, para quienes Pedro era soporte cultural.
Fidencio Bombaire, pueblo Huitoto, Cabildo Centro, Puerto Arica, Resguardo Indígena Predio Putumayo, Amazonas. Anciano, autoridad tradicional y ceremonial. En torno a su maloca reunía a jóvenes y con sus compañeros compartían su ritual diario del mambe, espacio que le permitía dejar su legado de conocimientos tradicionales, o con las instituciones que llegaban a la zona acordaban cómo realizar trabajos. Como paciente fue remitido a Bogotá, donde le diagnosticaron cáncer en el estomago; estuvo en tratamiento entre el 2005 y 2006; regresó a su tierra, donde falleció unos meses después.
David Gaike, pueblo Huitoto, Cabildo San José, El Encanto, Resguardo Indígena Predio Putumayo, Amazonas. Causa de muerte: Cáncer de estomago, año 2006.
Mariano Ñeñetofe, pueblo Huitoto, Cabildo Santa Rosa, La Chorrera, Resguardo Indígena Predio Putumayo, Amazonas. Anciano del clan "etogaro" gente del carpintero, sabio, prudente y poseedor de conocimientos valiosos que no alcanzó a transmitir a su pueblo. Su muerte significó una gran pérdida para los huitoto. Falleció en el Hospital La Samaritana en mayo de 2005, sin que le hubiesen realizado un diagnóstico médico que indique la causa de su muerte. Desde su remisión fue tratado como un indigente, le perdieron sus documentos de identidad y la única ropa que poseía.
Aurelia Teteye, Antonia Ugeche, Adriana Kumimarima, Ignacia Atieme, Amelia Kuiru, Elias Manaideke, también murieron por cáncer.
* Fany Kuiri es indígena huitoto, hija del tabaco, la coca y la yuca dulce. Profesional equipo CODEBA
Fuente: Actualidad Étnica
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