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Chile: El campo chileno, nuevo campo de experimentación para Monsanto

Foto: http://www.rel-uita.orgRadio Mundo Real.- El 26 de marzo la empresa Monsanto y el Ministerio de Agricultura de Chile anunciaron que la empresa está habilitada para sembrar hasta 20 000 hectáreas de soja transgénica para la producción de semillas. Monsanto también anunció su intención de introducir en Chile maíz y raps transgénicos.

Las organizaciones y movimientos sociales que integran en Chile la red internacional Vía Campesina ya hicieron saber su rechazo a esta política del Ministerio de Agricultura y de la empresa, afirmando que con el ingreso de las semillas transgénicas se profundizan las agresiones en contra de la soberanía alimentaria de los pueblos, la agricultura campesina y la salud de todos los chilenos. Nos movilizaremos para impedir que Chile se convierta en un peón más de la Monsanto.

En Chile existe una ley por la cual no está permitido el cultivo de alimentos genéticamente modificados, pero sí multiplicar semillas transgénicas para su exportación.

Los movimientos que integran la Vía Campesina en este país son la Asociacion Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI), la Confederación Nacional Ranquil y Plataforma Rural por la Tierra, junto a la Alianza por una Mejor Calidad de Vida, representada por la Red de Acción en Plaguicidas y sus alternativas para América Latina (RAPAL), el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales y la Corporación de Investigación en Agricultura Alternativa.

Esas organizaciones emitieron un comunicado en el cual alertan que el Ministro de Agricultura y el representante de Monsanto intentan presentar la producción de semillas transgénicas como una gran oportunidad para los agricultores, especialmente los pequeños. Ninguno de los dos menciona que la producción de soja transgénica en los demás países del Cono Sur ha significado la desaparición de miles de familias campesinas, el abandono del campo, la pérdida de la tierra y la intoxicación de miles de personas, hasta la muerte de niños y adultos.

Los movimientos agregan que Monsanto se caracteriza por imponer contratos abusivos -incluso por sobre la ley- que reglamentan cada paso del proceso productivo (...) y dan poder a la transnacional para inspeccionar cada detalle de la actividad agrícola y comercial de quienes acepten trabajar con ellos.

Monsanto ha demandado judicialmente a cientos de agricultores canadienses, estadounidenses y argentinos que no han podido cumplir con las cláusulas abusivas, llevando a la ruina y a la pérdida de la tierra a muchos de ellos agrega el comunicado.

Los movimientos campesinos enfocaron también las responsabilidades del Estado chileno y del Ministerio de Agricultura por permitir el ingreso de las semillas de soja transgénica de Monsanto. El Estado chileno tiene una larga historia de incapacidad o desinterés para evitar la contaminación transgénica de las semillas y variedades naturales.

Las 20 000 hectáreas anunciadas por Monsanto y la posible introducción de maíz y raps multiplican de manera dramática las posibilidades de contaminación alerta el comunicado.

Con respecto a la imposibilidad de regular y controlar la presencia de alimentos transgénicos en el consumo diario de los chilenos, las organizaciones indicaron que cuando una decisión judicial de 2002 aplicó la ley y ordenó retirar del comercio todo alimento con contenido transgénico, la Sociedad de Fomento Fabril -SOFOFA- indicó que eso era imposible, ya que habría que retirar cerca del 75% de los alimentos envasados.

Todos los chilenos estamos consumiendo alimentos transgénicos sin que siquiera se nos permita informarnos al respecto y nuestras posibilidades de acceder a productos campesinos sanos y variados están siendo destruidas... Incluso en el 2003, levantó la prohibición de incluir materiales transgénicos en los alimentos para niños denunció el documento.

Según Vía Campesina Chile, la empresa Monsanto y otras trasnacionales en los rubros de medicamentos y biotecnología se están valiendo de las normas de protección de la propiedad intelectual negociadas en el Tratado de Libre Comercio entre Chile y Estados Unidos. Es alarmante también que el representante de Monsanto diga que producirán en Chile porque aquí se respeta la propiedad intelectual.

Para los movimientos las declaraciones del representante de Monsanto son parte de la presión política que esta y otras transnacionales junto al gobierno de Estados Unidos están haciendo sobre el gobierno y el parlamento chilenos, a fin de obtener las máximas garantías para operar en Chile.

Fuente: Radio Mundo Real

Foto: http://www.rel-uita.org

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