15 de marzo 2007.- El último informe del Panel Internacional sobre el Cambio Climático (PICC) confirma los pronósticos de futuras modificaciones en el clima global y da ejemplos de su impacto en el presente. América Latina es una de las regiones vulnerables a esos cambios, y sufrirá pérdidas económicas, sociales y ambientales de proporciones, sin tener gran responsabilidad en la causa del fenómeno.
Sin embargo, la mayor parte de los esfuerzos y recursos de la región se están volcando a la reducción de emisiones en vez de reducir la vulnerabilidad. La región en su conjunto da cuenta del 8% de las emisiones globales totales, un porcentaje relativamente bajo si se considera la población y el área geográfica que ocupa. Pero mucho menor es su participación si sólo se consideran las emisiones del sector energético.
América Latina es la que presenta la menor participación del sector energía en el conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). La mayor parte de las emisiones de GEI de Latinoamérica no proviene del sector energía –quema de combustibles fósiles- sino de la deforestación y la agropecuaria.
Es decir, que la mayor contribución al efecto invernadero por emisiones de dióxido de carbono no responde a la quema de combustibles fósiles sino al conjunto de cambios en el uso del suelo, principalmente la deforestación.
El cambio climático tendrá un fuerte impacto en América Latina y el Caribe.
Un reciente informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente indica que un incremento en la intensidad y frecuencia de huracanes en el Caribe, los cambios en los patrones de precipitaciones, el aumento de los niveles de las riberas en Argentina y Brasil, y la reducción de los glaciares en la Patagonia y los Andes, son fenómenos que indican el impacto que el calentamiento global podría tener en la región.
Según el PICC la capacidad de adaptación de los sistemas humanos latinoamericanos a esos cambios es baja, particularmente frente a los eventos climáticos extremos y que, por lo tanto existe una alta vulnerabilidad, dada la poca disponibilidad de recursos financieros, materiales y tecnológicos para hacer frente a los costos que implica la adaptación.
Pese a esto, la adaptación al cambio climático no está en la agenda política latinoamericana; al menos no al nivel en que sí lo está la mitigación de las emisiones del sector energía, un problema bastante menor. Si no se reorienta el foco de atención, esta distorsión entre las necesidades reales y el imaginario político tendrá en el futuro abultados costos económicos e imperdonables costos humanos.
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* Gerardo Honty es un sociólogo uruguayo, especializado en temas de energía y cambio climático.
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Fuente: Tomado de www.energiasur.com
Información recibida por cortesía del resumen de prensa de Oxfam
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