Generó el 59% de las regalías mineras del país en 2014, pero su población es la más pobre. En tiempos de la colonia fue la ciudad más poblada y próspera del mundo, pero hoy integra la lista de lugares históricos en peligro de la Unesco.
Servindi, 3 de agosto, 2015.- Ubicado al sur de Bolivia, Potosí es el departamento que más ingresos por minería genera. Sin embargo, es también el departamento más pobre, según un reciente informe de la BBC Mundo.
Potosí se caracteriza por su riqueza en minería, cuya actividad es la segunda más importante del país. Reflejo de esta riqueza es que el 2014 el departamento generó el 59% de las regalías por explotación minera.
Asimismo, fue el tercer departamento que más ganancias produjo por exportación de bienes después de Tarija y Santa Cruz, con ingresos de US$1.882 millones.
Inclusive, en la época colonial la mina de plata más grande del mundo estuvo en este departamento. Hoy, gran parte de este metal se ha agotado, aunque su explotación continúa junto a otros minerales metálicos como el cobre y el oro, además de minerales no metálicos.
No obstante todo ello, la mitad de sus aproximadamente 800 mil habitantes viven en la pobreza extrema, según la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (Udape), cita el informe.
La nota hace hincapié en que de poco ha servido la importante producción minera que hay en el departamento, ya que como explica el gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, sus frutos no llegan a una gran mayoría de la región.
“La explotación minera no tuvo un efecto multiplicador en la región”, sentencia.
Según el informe, una de las principales razones se debe a que la actividad minera es muy concentrada, utiliza mucha maquinaria y genera poca mano de obra local.
De acuerdo a un estudio de la Fundación Milenio, añade la nota, más del 60% de la población de Potosí realiza actividades agrarias, mientras que casi el 10% se dedica al comercio.
“Pero a pesar de que solo una minoría trabaja en minería, esa actividad es el principal motor económico de Potosí ya que es la que más aporta al Producto Interno Bruto (PIB) local”, explica el informe periodístico.
Manifestaciones se repiten
El descontento de los habitantes de Potosí data del año 2010, cuando por miles salieron a protestar a las calles. La más reciente manifestación se inició hace algunas semanas y las causas que la motivan son, prácticamente, las mismas.
Los marchantes piden al gobierno la ejecución de 26 obras -entre las que figura la construcción de un aeropuerto internacional, una hidroeléctrica y fábricas de vidrio y cemento- que mejorarían las condiciones de vida en su departamento.
Entre los que protestan se encuentran mineros cooperativistas y asalariados, estudiantes, maestros, sindicalistas y activistas cívicos. La situación económica que viven explica la paradoja en que viven: perciben uno de los ingresos per cápita más bajos de Bolivia.
Entre 2006 y 2013 la minería vivió una bonanza gracias al aumento de los precios internacionales, multiplicando el valor de sus exportaciones, pero eso no impulsó el crecimiento de la economía de los pobladores de Potosí y tampoco que Morales ejecutara las demandas que el departamento le pedía.
Fue durante ese período, más concretamente en 2010, que el presidente Morales se comprometió a realizar una serie de obras públicas para mejorar la vida en Potosí. Sin embargo, la caída en los precios de los minerales a partir de 2013 dejó muchas de esas obras inconclusas.
En medio de este escenario, la tensión en Potosí continúa y parece aumentar con las continuas protestas que se han reavivado en el departamento y que han llegado incluso hasta la La Paz.
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