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México-Guatemala: Domésticas son tratadas como esclavas, por Maria Peters

Guatemaltecas en Mexico, foto Maria Julia Peters, Prensa Libre

Indígenas guatemaltecas se reúnen en el parque central Miguel Hidalgo. Foto Prensa Libre: María de Jesús Peters.

Prensa Libre, Chiapas. El cónsul general de Guatemala en Tapachula, Melvin Valdez González, denunció que las trabajadoras domésticas guatemaltecas son tratadas como esclavas en algunos hogares del sureste mexicano.

Son despedidas injustificadamente para no pagarles el salario devengado.

El diplomático señaló que aunque no se tiene un registro del número de mujeres que vienen a prestar sus servicios, la cantidad es considerable y el fenómeno es similar al tema de los trabajadores agrícolas.

Guatemala ha planteado la posibilidad que ellas entren regularizadas. Eso nos permitiría más control y que no se dé la explotación, indicó Valdez González.

Expresó que las principales violaciones que se cometen con las trabajadoras del hogar son la marginación total de la familia, aislamiento, lo cual se convierte en esclavitud; les atrasan sus salarios, que no son ni quincenales ni mensuales, pues muchas veces se pasan de dos o tres meses.

Para la Coordinadora del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova (CDHFMC), Fémina Rodríguez, los principales abusos contra las trabajadoras domésticas son la explotación laboral, bajos salarios, abuso sexual y maltrato físico y verbal.

Explicó que estos ilícitos no son denunciados por las afectadas debido a que desconocen sus derechos.

Sabemos que algunas mujeres son abusadas sexualmente por los patronos o los hijos de éstos, pero desafortunadamente no tenemos casos documentados; sólo nos enteramos por los comentarios de las empleadas, expresó la activista de los derechos humanos.

De acuerdo con un informe que documentó el CDHFMC en 2003, los abusos más frecuentes detectados son despidos injustificados, retención en pagos de salarios, jornadas excesivas de trabajo, maltrato físico y verbal y abusos sexuales.

Jornadas largas

La mayoría de estas mujeres son obligadas a trabajar de 13 a 18 horas diarias, por un pago de mil pesos mensuales (más o menos Q800).

Según el estudio, la edad promedio de las féminas que se desempeñan como trabajadoras del hogar es de 13 a 19 años de edad.

Estas mujeres no cuentan con un espacio digno dónde descansar, porque son instaladas en pasillos, rincones o la cocina, y carecen de servicio médico.

El 90 por ciento son indígenas de la etnia mam, procedentes de comunidades de Tacaná, San José Ojetenam, Tajumulco, Sibinal, entre otros lugares que se ubican en la franja fronteriza occidental de Guatemala.

El informe señala que las principales causas que las obliga a emigrar son de tipo económico, ya que necesitan apoyar en el gasto familiar, pues en sus comunidades no hay empleos y/o los sueldos son todavía más bajos.

Por la mano de obra barata, gran número de estas mujeres son empleadas en comercios semiestablecidos como juguerías, taquerías y fondas, así como en negocios de restaurantes donde lavan trastos.

En 1994, el CDHFMC a través del párroco Carlos Lomelí y la religiosa Amparo Lenarduzzi, pusieron en marcha los talleres de Santa Zita, donde cada domingo se impartían cursos de alfabetización, continuación de primaria, tejido y manualidades, mecanografía, guitarra, cocina y corte y confección; empero hace un par de meses fue cerrado debido a la falta de recursos económicos, indicó Fémina.

Actualmente, la organización no gubernamental les brinda asesoría legal para que puedan adquirir la Forma Migratoria (FM3) que les permita estar de manera legal.

Concentración: El parque

El parque es el lugar de concentración y contratación de las mujeres guatemaltecas.

Visten trajes étnicos multicolores unas tres mil indígenas guatemaltecas. Una cantidad considerable asiste cada domingo al parque central Miguel Hidalgo para encontrarse con sus familiares o ser contratadas.

Es aquí donde se llevan a cabo las contrataciones de manera verbal y se establecen las condiciones de trabajo.

Un gran número de estas indígenas ha cambiado el corte por falda y solamente la blusa con bordados multicolores permite diferenciarlas de la identidad étnica y social -si es soltera, casada o viuda.

Me jalonea del pelo

Julia Chilel, de 15 años, de Tacaná, San Marcos, expresó que en muchas ocasiones su patrona la jalonea del pelo cuando no hace bien el aseo.

Indicó que como apenas está aprendiendo le pagan 600 pesos mensuales, y cuando aprenda serán 800.

Martina Pérez, otra empleada doméstica, refiere que es normal que en principio las dueñas de la casa se enojen con ellas y les jalen el pelo o las empujen porque no saben hacer la limpieza.

Explicó que una su amiga sufrió abuso sexual de parte del hijo de la patrona y cuando le dijo que estaba embarazada la corrió del trabajo.

Fuente: Prensa Libre.com , un periodismo independiente, honrado y digno Prensa Libre

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