Imagen: Agencia AFP
Masacre de jóvenes universitarios kenianos no suscitó en la prensa internacional la misma atención que el atentado contra el semanario Charlie Hebdo cometido en París a comienzos de año.
Servindi, 8 de abril, 2015.- En la ciudad de Garissa, ubicada a 144 kilómetros de la frontera entre Kenia y Somalia, la universidad pública que lleva el mismo nombre fue escenario de un terrible atentado.
Una decena de miembros de Al-Shabbab, grupo islamista radical, irrumpió en el recinto a las 5:30 de la mañana. Los terroristas ingresaron luego de detonar con material explosivo los portones de la ciudad universitaria.
Los atacantes siguieron por los pasillos hasta llegar a las habitaciones de los estudiantes donde comenzaron a disparar. Algunos pudieron huir saltando por las ventanas, otros salvaron sus vidas encerrándose en los armarios.
Este último fue el caso de la estudiante cristiana de 19 años, Cynthia Cheroitich, quien permaneció cerca de 50 horas escondida entre las ropas del armario de sus compañeros. "Estaban disparando para todos lados (…) Yo no quería abrir los ojos", declaró al diario británico The Telegraph.
Julia Gichuki, otra sobreviviente y alumna en la facultad de Biología y Química, contó a la agencia AFP que corrió fuera de su cama para ponerse a salvo. "No sabíamos hacia dónde ir porque silbaban balas por todas partes".
"Fue horrible. Nunca en mi vida había pasado tanto miedo. Ametrallaban todo cuanto estaba a su alrededor", relató John Ongamo para la agencia informativa inglesa The Guardian que pudo salir con vida del ataque.
Ongamo agregó que los terroristas estaban en busca de los no musulmanes: “Querían saber si había kafirs (infieles)".
Otras víctimas explicaron que los radicales separaron a la población universitaria por su religión, ya que tomaron a los cristianos como rehenes para después decapitarlos.
Collins Wetangula, quien fue rescatado por los militares, narró que los terroristas mataban de inmediato al que identificaban como cristiano.
Según fuentes oficiales la masacre duró aproximadamente 16 horas. La policía de Garissa y las tropas del ejército tuvieron dificultad para llegar al lugar, ya que debían repeler los disparos de los extremistas para contener la situación.
Una vez controlada la situación, las autoridades dieron cuenta de los fallecidos. Se contabilizaron 143 estudiantes, dos trabajadores de seguridad de la universidad, tres oficiales y cuatro terroristas. Además se reportaron 104 heridos y un total de 533 estudiantes desaparecidos.
Trascendió que Al Shabaab, agrupación musulmana yihadista, mantiene estrechos vínculos con Al Qaeda, al querer instaurar un estado islámico en el este de África.
Se buscan sospechosos
Luego que los asaltantes fueran abatidos por las fuerza del orden, se dio inicio a las pesquisas para conocer sus identidades. El hecho que atemorizó a la población sucedió el sábado pasado cuando los oficiales pasearon los cadáveres de los cuatro asaltantes de la universidad, apilados en la parte trasera de una camioneta pick-up.
Las autoridades explicaron que el macabro desfile pretendía la participación de los civiles a la identificación de los autores de la masacre, pero la mayoría de personas comenzaron a arrojarles piedras y proyectiles a los cuerpos sin vida.
Mwenda Njoka, portavoz del ministerio del Interior, manifestó que desde el mismo día del atentado ya se han detenido cinco personas. “Dos de ellos fueron detenidos en el campus. Sospechamos que son cómplices de los atacantes, intentamos establecer los vínculos”, aclaró.
Asimismo, se comunicó que uno de los sospechosos se llama Rashid Charles Mberesero, de nacionalidad tanzana. Los militares lo encontraron escondido en los altos de la universidad y tenía en su posesión granadas de mano.
El otro detenido sería uno de los vigilantes, llamado Osman Ali Dagan, un keniano de la etnia somalí. Las autoridades se figuran que habría facilitado el ingreso de los terroristas.
El gobierno se pronuncia y Al-Shabbab responde
Luego de la masacre de 148 universitarios en Gerissa, la organización terrorista Al-Shabbab confirmó su autoría mediante un comunicado el pasado sábado 4 de abril.
En el mensaje, Al-Shabab exigió al gobierno keniano el retiro inmediato del ejército de “tierras musulmanas” (refiriéndose a Somalia donde el ejército keniano combate a los islamistas desde 2011).
De lo contario, los extremistas amenazaron con ejecutar más atentados en escuelas, universidades, lugares de trabajo e incluso casas. "La sangre correrá a mares en las ciudades de Kenia, será una guerra larga, espantosa", amenazaron.
"Si Dios lo quiere, nada nos impedirá vengar la muerte de nuestros hermanos musulmanes hasta que vuestro gobierno cese su opresión y hasta que todas las tierras musulmanas sean liberadas de la ocupación keniana", dice el comunicado.
En respuesta, Uhuru Kenyatta, el presidente de Kenia, se mostró determinante en no dejarse intimidar.
"Mi gobierno responderá con la mayor severidad posible al ataque y a cualquier otro ataque (…) A pesar de la adversidad, no nos hemos plegado nunca, y jamás nos plegaremos a este tipo de actos, y continuaremos construyendo una nación próspera y segura", expresó.
También comunicó que se dará tres días de duelo nacional con banderas a media asta.
Bombas y represiones
En respuesta al ataque recibido, la fuerza aérea keniana lanzó bombas en dos aldeas donde se encontrarían las fuerzas militares de Al-Shabab en la región somalí el lunes 6 abril.
David Obonyo, portavoz del ejército keniano, informó que las bases se encuentran en la región de Gedo. “Los bombardeos forman parte del compromiso continuo contra Al Shabab”, dijo.
Esta acción bélica corresponde a una serie de operaciones comandadas por la Unión Africana (AMISOM). Ya que las fuerzas armadas de Kenia participan activamente en el destierro de radicales somalíes en la frontera desde el 2011 con la misión de “proteger a la Nación” y “luchar contra el terrorismo”.
Por ello, en abril de 2014, el gobierno keniano inició operación “Uslama Watch” donde realizaron “detenciones arbitrarias, malos tratos, extorsiones, traslados forzados y expulsiones” entre la comunidad somalí del país, según denunció Amnistía Internacional.
Es importante mencionar que la etnia somalí se encuentra en Somalia, Djibouti, Etiopía y en la provincia nororiental de Kenia, donde existe una población de somalíes de al menos dos millones y medio sin contar habitantes no registrados.
Incluso en Nairobi, capital de Kenia, existe un barrio con basta presencia somalí llamado “Eastleigh”, donde sus residentes marcaron distancia del pensamiento extremista de Al Shabab.
Datos:
- El 21 de setiembre de 2013, Al-Shabbab atacó el centro comercial Nakumatt Westgate en Nairobi. Fallecieron 72 personas y 175 resultaron heridas a causa del ataque.
- El 22 de noviembre de 2014, Al-Shabaab asesinó a 28 pasajeros de un autobús en la localidad de Mandera por desconocer versos del Corán.
- El 80 por ciento de la población keniana es cristiana.
Añadir nuevo comentario