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¿La Teología de la Liberación superará la contrarreforma que persiguió su extermininio?

Mural en la Catedral São Félix do Araguaia, de Brasil

Servindi, 1 de junio, 2014.- ¿La elección del nuevo papa Francisco facilitará que la Teología Latinoamericana de la Liberación profundice una etapa de redefiniciones y maduración de nuevas tareas, y supere el contexto de contrarreforma que pretendió exterminarla? Esta es una de las interrogantes que surgen del ensayo: Marco histórico de la evolución de la Teología Latinoamericana de la Liberación.

El texto escrito por Guillermo Meléndez y publicado por Amerindia y el Observatorio Eclesial ha sido compartido virtualmente por medio de la Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (ALC).

El autor distingue dos grandes tiempos o períodos históricos en el desarrollo de la Teología Latinoamericana de la Liberación: uno de nacimiento y crecimiento, entre 1968 y 1984, y otro de redefinición y maduración de nuevas tareas, desde entonces hasta hoy.

Advierte, citando a Pablo Richard, que el contexto del segundo período fue de contrarreforma o restauración, la cual, entre otros objetivos, persiguió de manera explícita erradicar la Teología Latinoamericana de Liberación.

A continuación reproducimos la breve introducción contenida en el ensayo:

Gustavo Gutiérrez Merino, filósofo y teólogo peruano, creador e iniciador de la Teología de la Liberación.

Introducción

En este ensayo distinguiremos dos grandes tiempos o períodos históricos en el desarrollo de la Teología Latinoamericana de la Liberación (TLL): uno de nacimiento y crecimiento, entre 1968 y 1984, y otro de redefinición y maduración de nuevas tareas, desde entonces hasta hoy.

Según Richard (2003), el contexto eclesial del primer período coincidió en general con un tiempo de reforma en la Iglesia Católica (IC). El contexto del segundo período, por el contrario, al menos hasta la reciente elección del papa Francisco, ha sido de contrarreforma o restauración, la cual, entre otros objetivos, ha perseguido de manera explícita erradicar la TLL (1). Cada uno de esos contextos eclesiales, claro está, ha tenido a su vez su respectivo contexto sociopolítico y económico.

En 1962 se inauguró el concilio Vaticano II, mismo que se extendió hasta 1965 y se propuso una reforma de la IC. Esta reforma fue recibida e interpretada en América Latina y el Caribe (ALC) por la Segunda Conferencia General del Episcopado, que se realizó en 1968 en Medellín, Colombia, y, en alguna medida, profundizada en 1979 por la Tercera Conferencia que se celebró en Puebla, México.

Hacia mediados de la década de los ochenta, el intento del cardenal Joseph Ratzinger de deslegitimar la TLL desde su cargo de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), evidenció la existencia de un nuevo contexto eclesial. De acuerdo con varios teólogos de la liberación, como veremos, el Sínodo Extraordinario de Obispos (1985) marcó un momento decisivo de la contrarreforma o restauración.

En este ensayo solamente nos ocuparemos de los mencionados contextos —no de la raíz de la TLL, que es la opción preferencial por los pobres y la experiencia de Dios dentro de una praxis de liberación—, y nos referiremos a ella en su dimensión católica. Concluiremos con un apartado referente a algunos desafíos y perspectivas que surgen en el actual nuevo contexto eclesial, sociopolítico y económico.

Nota:

(1) Desde un punto de vista histórico global, 1989, como fecha de cambio de período, es más real. El 9 de noviembre de 1989 fue la caída del muro de Berlín. Se impuso entonces la hegemonía de la economía de mercado y de una globalización neoliberal. Otros hechos llenos de simbolismo fueron el asesinato de seis jesuitas en El Salvador (16 de noviembre de 1989) y la derrota electoral del Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua (25 de febrero de 1990) (Richard, 2003).

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Acceda al ensayo completo con un clic en el siguiente enlace:

¿Qué dice la Wikipedia de la Teología de la Liberación?

La Teología de la Liberación es una corriente teológica que nació en el seno de la Iglesia católica en Latinoamérica tras el Concilio Vaticano II y la Conferencia de Medellín (Colombia, 1968).

Su representante más destacado es el sacerdote Gustavo Gutiérrez Merino (peruano), quien editaría los primeros libros sobre el tema: Hacia una Teología de la Liberación (1968) y Teología de liberación - Perspectivas (1971).

Otros exponentes destacados de esta corriente han sido los teólogos Leonardo Boff (brasileño), Jon Sobrino (español), Juan Luis Segundo (uruguayo), y Pablo Richard (chileno).

Otro sector, estuvo representado por los sacerdotes revolucionarios Camilo Torres Restrepo (colombiano), Manuel Pérez Martínez (español), y Gaspar García Laviana, (español).

La teología de la liberación intenta responder a la cuestión de cómo ser cristiano en un continente oprimido, y a preguntas como: "¿Cómo conseguir que la fe no sea alienante sino liberadora?". Muchos sacerdotes y agentes de pastoral practican y aceptan los supuestos de esta teología en varios países de América Latina.

La Iglesia católica mantiene una postura cauta frente a la teología de la liberación. Por un lado, Juan Pablo II, en una carta al episcopado brasileño y de fecha 9 de abril de 1986, indicó: "La teología de la liberación es, no sólo oportuna, sino útil y necesaria".

Por otro lado, la Congregación para la doctrina de la fe publicó dos documentos (Libertatis nuntius, Libertatis conscientia) en los que avisaba del peligro de un uso de elementos de tipo no compatibles con el Evangelio".

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